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Todos se encontraban en el invernadero, iban a dar una de sus primeras clases y sería herbologia. Era una asignatura que a Aurora le encantaba, había empezado compartiendo ese amor por esta asignatura como un hobby en su casa gracias a su padre. Este tenía un pequeño jardín en casa en el cual le tenía enseñado a sus dos hijas sobre aquellos seres vivos que no podían hablar con palabras. Habían plantado desde alimentos Muggles hasta los mágicos.

Alrededor de la Hufflepuff había unos cuantos alumnos. A su lado derecho estaba Hugo, a su izquierdo un estudiante de Ravenclaw, enfrente suya estaba Theo con una estudiante rubia de Gryffindor. Todos estaban hablando unos con otros mientras esperaban la llegada de la maestra, cuando esta llegó dio la bienvenida a todo el mundo mientras sonreía como hacia siempre, todos le respondieron a la vez.

- ¡Bienvenidos al invernadero tres alumnos de segundo! , ahora acercarse todos. Hoy vamos a replantar mandragoras.-

"Que emoción", pensó la Hufflepuff. Había leído sobre ellas en aquel libro que su padre le había regalado a su hermana más a ella, sabía que eran muy buenas para salvarte de ataques pero que también eran muy ruidosas a la vez que bastante feas.

- Sus mandragoras son muy jóvenes, entonces sus lloros aún no son mortales, aunque pueden dejarlos aturdidos unas horas, por eso les di orejeras para que se protejan. -

Observó su lado derecho y vio aquel objeto. Lo cogió con cuidado y empezó a colocarselo de una manera que no pudiera escuchar mucho ruido, que en si hicieran su función.

- Seguro que no es para tanto- dijo Hugo

- No dirás lo mismo si acabas en el suelo tieso- le dijo la estudiante de Ravenclaw

- Escucharme atentamente. Toman su mandragora con firmeza y la sacan bruscamente-

Un chillido como si de un cerdo siendo asesinado fuera empezó a sonar en la sala, haciendo que hubiera una contaminación acústica. Todos se llevaron las manos a sus orejas intentando reducir aún más aquellos chillidos.

- Ahora la mueven a otra maceta y ponen un poco más de tierra para cubrirla de todo.-

Aunque no se llegó a escuchar mucho más ya que de repente un golpe en seco llamó la atención de todos, Neville Longbottom se había desmayado.

- Parece que Longbottom no siguió las instrucciones- dijo algo enfadada.

- No maestra, se desmayó- dijo un Gryffindor

A la profesora no le pareció importar ya que hizo que la clase continuara, indicó a todos otra vez lo que debían hacer. Poco a poco todo el mundo la sacó con rapidez, se notaba que querían que acabara todo eso rápido.

Tonks empezó a soltar quejidos de angustia, no le gustaba nada esa planta; miró a Theo por un momento y este le respondió imitando una cara de agonía extrema en un sentido humorista, cosa que hizo que una pequeña sonrisa asomase en sus labios. Sin más distracciones metió rápido la mandragora en otro jarrón y la tapó hasta arriba de tierra.

- ¡A Malfoy le ha mordido una!- dijo Hugo entre carcajadas.


















Aurora se encontraba sentada jugando con un comecocos, a su lado se encontraba una alumna de primer año de Ravenclaw. Ambas estaban jugando con aquel trozo de papel, la rubia decía un número, la castaña movía sus manos esas veces para que se moviera el trozo de papel y lo abría, luego ella escogía cual abrir y le leí lo que ponía.

- ¿Qué es eso? -

Theo Nott había llegado.
Las había estado observando a ambas, había sopesado acercarse pero no estaba seguro por varios motivos. El primero era por Aurora, no estaba seguro si acercarse a ella porque todos lo miraban mal por eso o le decían que no era correcto ya que ella era una mestiza y hija de Andromeda Black, aquella traidora que había manchado una parte del linaje de aquella casa noble al casarse con aquel sangre sucia y tener dos hijas. El segundo motivo era porque estaba con la lunática del primer año de Ravenclaw y no quería que pensara que eran amigos o algo.
Al final decidió ir porque una parte de él le decía queria estar con su amiga.

𝙏𝙝𝙚 𝙝𝙖𝙡𝙛 𝙗𝙡𝙤𝙤𝙙 𝙙𝙞𝙖𝙢𝙤𝙣𝙙 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora