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Estaba sentada en la mesa al lado de Ginny y su hermana. Nymphadora estaba cambiando su rostro, provocando que las dos menores rieran, Andromeda que estaba enfrente de ellas le decía con la mirada a su hija mayor que se comportara en la mesa, a lo que ella solo respondía haciendo una cosa más ridícula que la anterior. Mientras tanto en la otra punta de la mesa Potter estaba teniendo una conversación sobre el ministerio y su vida.

- Que lo vea, de todos modos lo sabrá. -

Todos se quedaron en silencio. Ted Tonks se removió en su asiento.

- No creo que deba leer eso. - dijo serio.

- Estoy con él. - dijo Molly con voz de madre protectora.

Pero nadie le hizo caso y un profeta fue dado al muchacho. El silencio estaba siendo pulcro, el rostro de Harry no mostraba agrado, cosa que era normal ya que aquel artículo no era el mejor para su persona. Por lo visto el ministerio estaba negando que Voldemort había vuelto, estaba dejando llevarse por el miedo o por la idiotez al mismo tiempo que machaban la imagen de Potter al dejarlo como un mentiroso.

- El ministro piensa que Dumbledore quiere su puesto. - dijo Remus intentando resolver una de las preguntas que estaban saliendo.

- Eso no es cierto. - Potter se mostraba molesto. - Una persona con un poco de sentido común no creería eso. -

- El tema es que el ministro no tiene sentido común. El miedo lo tiene paralizado. - hizo una pausa. - El miedo hace que las personas hagan cosas terribles Harry, la última vez que Voldemort tomó el poder casi destruyó todo lo que más valoramos. - Llevó su vista hasta Andromeda la cual sólo apartó la mirada. - Ahora intentará hacer de todo para no tener que enfrentarse con la terrible verdad. -

- Creemos que Voldemort, quiere volver a reconstruir su ejército. Hace catorce años tenía a muchos bajo sus órdenes, no solo brujas y magos, si no toda clase de criaturas. A estado reclutando últimamente y nosotros tratamos de hacer lo mismo, pero armar su ejército no es lo único que le importa. - Sirius se quedó un rato en silencio dudando si debería decir lo siguiente que estaba pensando. - Creemos que Voldemort busca algo más. - Moody le llamó la atención, al parecer estaba yendo muy lejos. - Algo que le faltó la última vez. -

Molly cansada de la situación le puso un alto. Potter al contrario quería saber más y unirse a la orden del Fénix.

- ¡Yo también! - gritó Aurora dando un golpe en la mesa.

Andromeda la fulminó con la mirada. Al notar la mirada de su madre se pegó más a su hermana en busca de protección, ya que cuando Andromeda se molestaba con sus hijas eso no acababa bien, si no con una larga charla.

Sirius sonrió orgulloso, sus dos ahijados mostraban almas fuertes y feroces.





















Era de noche y ya todos estaban durmiendo. Aurora se encontraba compartiendo habitación con Hermione y Ginny. La chica se revolvía en su cama, algo la estaba incomodando.

Se despertó. Su respiración estaba acelerada, movió su rostro a un lado y a otro, estaba en un largo pasillo. Se quedó ahí un rato observando, estaba todo silencioso, solo había una pequeña luz que salía por una de sus puertas. Se levantó, fue con un paso suave hasta el lugar de donde procedía aquel destello. Al llegar asomó su cabeza, no mucho, pudo ver a un muchacho en el suelo temblando y sudando, como si lo hubiera maltratado. A su lado andando a su alrededor en círculos había un hombre que parecía más un alíen que un humano. Aurora sintió que su estómago se hundía, era Lord Voldemort. ¿Pero a quien estaba torturando? , esperó en silencio.

— No me queda tiempo, me estás decepcionando mucho joven — dijo el señor Oscuro.

El castaño temblaba, tragó saliva, le ardía la garganta. Su voz sonó casi como si un cristal se estuviera rompiendo.

— No, no era mi intención señor. Solo deme más tiempo, puedo lograrlo—

Voldemort le lanzó un Crucio, lo que hizo que él chico gritara. Se retorcía, gritaba, como si le desgarraran el alma.

— ¡Mi paciencia se agota!, ¡Escoria!, ¡Consigue eso ya o puede que no lo cuentes más mocoso— le escupió.

Aurora se llevó una mano a su boca para reprimir un gemido cuando escuchó el grito de aquel niño otra vez. Le era tan familiar que hacía que algo dentro de ella se retorciera. Una mano se posó en su hombro, lo que hizo que se asustara. Miró hacia atrás, era Narcissa Malfoy.

— No deberías estar aquí— le dijo con una voz solemne.

La castaña se despertó sudando en frío. Se llevó una mano a su pecho mientras su respiración iba a toda velocidad, no entendía nada, ¿qué acababa de ver?




















Estaba en uno de los vagos dirección a Hogwarts. Leía el profeta mientras escuchaba a ambos gemelos discutir por algo que ocurrió en su casa.

- ¿Por qué tienes que hacer siempre lo mismo? - dijo James suspirando desesperado.

- ¿Lo qué?, ¿tener la razón? - se cruzó de brazos. - Ahora por tu culpa mamá y papá me han castigado sin poder ir al concerto Muggle, ¿Cuando piensas admitir que tú eres el que lo hizo? -

El rubio negó. Los dos siguieron discutiendo mientras la castaña se levantaba y marchaba, le estaba empezando a doler la cabeza.

Estaba caminando por el pasillo cuando de repente se chocó. Sin querer le tiró las cosas que tenía en la mano.

- Lo siento, debería mirar por donde voy. - dijo la otra persona mientras se agachaba y recogía sus cosas.

- No pasa nada querida. - dijo una voz femenina que le parecía familiar. Levantó su vista y lo que se encontró no se lo esperaba, era Bianca Black. Desde que se conocieron en el torneo de los tres magos se estuvieron carteando, no tan frecuentemente como le hubiera gustado pero algo hablaron. Pero lo que más la confundía era que hacía en el tren dirección a Hogwarts. En ninguna de sus cartas había dicho que asistiría a Hogwarts.

- ¿Bianca? , ¿qué haces aquí? , ¿no vas a seguir en Beuxbatom? - preguntó extrañada.

La muchacha cogió los objetos que le cayeron.

- Mi padrastro decidió que volviéramos a Londres, al parecer ha conseguido un trabajo aquí. - sonrió. - Además, a mi hermana y a mi nos gustó la escuela, exceptuando la parte en la que ese estudiante se murió. - hizo una mueca al recordar el cuerpo sin vida de Diggory. - Espero que este año no tengamos algo similar. - Aurora no respondió, no queria prometerle nada, porque desde que tenía memoria, en Hogwarts nunca había habido ningún día tranquilo. - Bueno, espero vernos pronto por los pasillos Tonks. - dicho eso comenzó andar.

La castaña se quedó un rato en silencio. Le parecía algo extraño que Thoffin Rowle cambiara su destino a Londres, le parecía mucha coincidencia que con la vuelta del Oscuro aquel hombre decidiera volver. ¿Era consciente Bianca de eso? o solo era su propia imaginación jugandole una mala pasada, podría ser que él solo tuviera una mejor oportunidad y volviera.






¡Holi¡, después de meses aquí está la siguiente parte. Me ha vuelto algo la inspiración, espero que me perdonéis por esta ausencia. Disfruten ✨️

𝙏𝙝𝙚 𝙝𝙖𝙡𝙛 𝙗𝙡𝙤𝙤𝙙 𝙙𝙞𝙖𝙢𝙤𝙣𝙙 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora