¡¡¡¿YO SOY MUSA?!!!

Cap 13: Los sueños de Roxy

Recorrimos una pequeña parte de la cuidad, mamá se la pasó revisando mi frente a ver si no tenía algún moretón, en ese pequeño tiempo le aclaré pacientemente que no fue nada, solo fue un pequeño golpecito.

Artur, el pequeño canino se acurrucó en mis piernas como forma de consuelo por mi pequeño accidente, le di pequeñas caricias en su lomo mientras hablaba con Roxy de cosas triviales.

Llegamos al parque, el señor Klaus se estacionó en el estacionamiento del parque, hay como unos nueve autos de diferentes marcas y colores, nos bajamos para comprar los tiquets para entrar. Son unas pulseras de papel amarillo para dejarnos entrar.

Roxy le puso la correa al cachorro y caminamos relajados mirando el lugar, mis padres veían todo maravillado el parque, tienen que salir más seguido, pero como somos una familia de bajos recursos nos las arreglaremos para tener lo mejor.

Llegamos a una área donde está un gran árbol, perfecto lugar para ir de picnic o pasar la tarde con amigos y con la familia. En Venezuela tenemos un parque similar, pero hubo un incidente en dónde algunas personas terminaron heridas y ya no voy a ese parque, y dudo que pueda volver ahí.

Nos sentamos en el árbol y mire a mamá que parece muy relajada, sacó algo entre su ropa, una flauta pequeña de color perla, la acercó a sus labios y empezó a crear sonidos en ella, un sonido agradable.

Los presentes que están cerca de nosotros miraron a mamá tocar el instrumento como una profesional, la melodía es relajante y hace que te olvides por un momento de lo que estás haciendo en estos momentos.

Hasta los animales que pasan por ahí se acerca para escuchar la melodía que los atrae de forma mágica.

Mientras mamá demostraba su talento una especie de ondas semitransparentes de color crema rodean a mi madre para luego expandirse por los aires. Me puse un poco nerviosa de la gente quizás lo vea y que luego mamá no sepa cómo explicarlo, pero las caras de relajación de los presentes me hizo soltar un suspiro de alivio.

Mi mirada se fijó en Roxy, tiene una expresión de sorpresa, como si hubiera visto algo inexplicable, Artur también miró a la misma dirección, pues al ser un animal pueden ver cosas que los humanos no, en teoría.

Me acerqué a Roxy mientras que los presentes le prestan atención a mamá. Me ubiqué al lado de Roxy y le sonreí.

— ¿Todo en orden? — Llamé su atención y ella me miró.

— ¿No lo ves? — Preguntó volviendo a fijar si vista en las ondas de magia. — Es algo...— No supo que concluir así que yo me adelanté.

— ¿Mágico? — Volvió a mirarme y asintió de forma tímida con las mejillas rosadas, yo sonreí.

Nos quedamos en silencio por unos minutos escuchando la bella melodía que hace mi madre con la flauta, ví como algunos le daban dinero, no sé cuánto le dieron pero mientras más sonido generaba la flauta, más gente atraía y más dinero le dan.

Algo muy común en la tierra, es bueno saber que algunas costumbres no cambian.

Me giré a Roxy, el perrito se quedó dormido en sus piernas, así que aproveche la oportunidad indagar más sobre el asunto de sus sueños, mi intriga no va a parar hasta obtener un poco de información.

— Me dijiste que sueñas con una hada, ¿cierto? — Pregunté de forma sutil sin mostrar mucho interés, no quería presionarla.

— Si, aunque algunas veces sueño con ella y otras solo me veo a mi misma con alas. — Pude ver qué en su mirada tiene un toque soñador de tan solo imaginarse ser una hada.

— Eso es bueno, sabes, yo también sueño con ser una hada. — Comenté con un brillo de ilusión en mis ojos.

No es mentira, desde que ví por primera vez la serie, me gustó mucho y ya hasta me imaginaba ser una hada y pelear contra el mal. Tenía unos 8 aproximadamente cuando ví la serie, fue una experiencia única y ahora que soy Musa en este mundo, no voy a desaprovecharla, aunque en el fondo me sienta culpable por tomar el lugar de alguien.