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-Yo me encargo de él -dijo Doyoon por encima del hombro mientras trabajaba para salvar la vida de Minho-. Ve por Seungmin.

La sangre le latía en los oídos por su acelerado corazón. Su mente se nubló con una visión en túnel. Alguien se había llevado a Seungmin.

Chan había regresado a casa para encontrar el lugar en caos, Seungmin no estaba en ninguna parte a la vista. Quienquiera que se hubiera llevado a la pareja de Chan iba a morir con una muerte lenta y dolorosa. Chan quería sostener en sus manos el corazón del hijo de perra.

Chan, Hyunjin y San recorrían el bosque circundante, encontrando dos aromas distintivos. Chan también reconoció el aroma de Seungmin. El pecho de Chan se tensó ante la idea de que alguien lastimara a Seungmin. Sabía que su pareja estaba embarazado, se había dado cuenta de que el vientre de Seungmin lentamente estaba creciendo.

Por la noche, mientras Seungmin dormía, Chan pasaba la mano por el abdomen de Seungmin, hablándole en voz baja a su hijo por nacer. Seungmin no estaba listo para enfrentar el hecho de que estaba embarazado, así que Chan no había dicho una palabra, a la espera de que Seungmin finalmente creyera lo que Chan le había estado diciendo todo el tiempo.

Y ahora Seungmin estaba ahí fuera en alguna parte, sólo Dios sabía lo que hacían con él. Chan colocó una tapa en ese pensamiento. Necesitaba su concentración total para esa tarea.

Hyunjin se arrodilló, recogiendo un casquillo. -Tengo al tirador -el Centinela dijo mientras olía el casquillo- Moon Soobin.

Chan gruñó. Moon era la mano derecha de Leehye. Chan sabía que Leehye era tramposo, maldito bastardo. Pero no creía que... sí, él lo hizo. Leehye haría lo que fuera por ganar más territorio.

Pero se había cruzado con Chan por última vez. Chan conocía a Moon, y no había manera de que el hombre hubiera orquestado un ataque como este sin el permiso de Leehye.

Los tres cambiaron a su forma de pantera y salieron hacia el Valle del Sur. Sabía que acercarse a Leehye no iba a ser fácil. El Alpha mantenía cerca a sus Centinelas.

Probablemente porque el hombre siempre fue un bueno para nada.

Cuando entraron en el territorio del Valle del Sur, las panteras utilizaban los árboles en lugar de la tierra, moviéndose sigilosamente hacia la casa de Leehye. Planeaba encontrar en donde tenían cautivo a Seungmin, llegar a él y teletransportar a su pareja fuera de allí. Leehye no tenía ni idea del don especial de Chan. No era como si Chan estuviera comentándolo por ahí. Aparte de sus padres y abuelo, sólo el clan de Chan sabía sobre su capacidad.

San utilizó los árboles para acercarse a la derecha, llegando muy cerca a la Casa de Leehye. Chan y Hyunjin se movieron a la izquierda, donde Chan tenía una perfecta vista de la puerta principal.


Miró sobre la casa, tratando de encontrar en qué habitación Seungmin era retenido. Había dos Centinelas que custodiaban la parte delantera de la casa. Chan también vio uno en la sala, viendo televisión.

En el segundo piso, Chan vio a Leehye. Se detuvo de soltar un fuerte aullido. Por primera vez desde que podía recordar, Chan estaba en peligro de perder el control. Su pareja embarazado estaba dentro, y si Leehye le había lastimado un cabello de la cabeza a Seungmin...

Los dos Centinelas fuera de la casa estaban hablando entre ellos, relajando la guardia. Chan utilizó la distracción para subir más alto en el árbol y saltar a la azotea. Hyunjin aterrizó junto a él. San había desaparecido de la vista, pero Chan sabía que la pantera estaba moviéndose hacia la parte posterior de la casa.

Chan cambió a su forma humana y bajó por uno de los tragaluces abiertos se asomó por la gran ventana antes de deslizarse en el interior, cayendo silenciosamente en pie. Hyunjin se dejó caer a su lado. Había visto la habitación de Leehye donde él se encontraba, Chan quería evitar esa habitación hasta que hubiera revisado las otras habitaciones.

Chan hizo su camino a través de las salas iluminadas con la luz de las velas mientras revisaba cada habitación en el segundo piso. Su instinto le había dicho que Seungmin no estaba en ninguna de ellas, pero tenía que comprobar sólo para estar seguro. Cuando llegó a la habitación de Leehye, Chan miró a Hyunjin, que seguía aún en su forma de pantera, antes de abrir la puerta y entrar.

No sólo estaba Leehye en la habitación, sino que Seungmin estaba atado en la cama con los miembros extendidos. Los ojos color avellana de Seungmin estaban muy abiertos mientras veía a Chan con desesperación. El bastardo incluso había amordazado la boca de Seungmin con un paño. Chan levantó la cabeza, sus colmillos alargándose mientras avanzaba, dispuesto a arrancarle la cabeza a Leehye, hasta que el Alpha levantó una botella transparente.

Estaba vacía.

-Le he dado al Chekota criador un suero especial. - Leehye envolvió con sus dedos la botella, con una mirada de triunfo en su rostro-. Si no le doy el antídoto pronto, morirá.

Chan no estaba seguro de si el hombre estaba mintiendo o no. Si no lo hacía y Chan lo mataba, entonces nunca sabría cómo salvar a Seungmin. No estaba dispuesto a correr ese riesgo. - ¿Qué quieres de mí?

La mirada de suficiencia de Leehye lo decía todo. -Tu territorio. Todas las setecientas mil hectáreas.

Chan era propietario de una gran parte de la tierra de Busan. Abrió la boca para estar de acuerdo, pero algo lo detuvo. él haría cualquier cosa, sacrificaría todo, para mantener a Seungmin y su aún no nacido hijo a salvo, pero había algo más en esta situación de lo que se veía. Chan vio la delgada línea de sudor que cubría la frente de Leehye y sabía que algo más estaba pasando.

¿Pero qué?

Incluso si transportaba a Seungmin fuera de aquí, eso no quitaría la droga del sistema de su pareja. ¿Pero por qué Leehye estaba mirando hacia la ventana? Chan miró por encima del hombro a Seungmin para ver al humano negando con la cabeza, con los ojos tan abiertos que dominaban su rostro.


Chan realmente deseaba saber lo que Leehye estaba tramando.

-Estás desperdiciando mi tiempo.

-Bueno, caramba, que mal. -Chan cerró la boca en el momento en que las palabras salieron, Leehye entrecerró los ojos. Realmente necesitaba mantener el control de su temperamento si esperaba conseguir el antídoto de Leehye-. Sería feliz de irme tan pronto como me des el antídoto.

-¿De verdad crees que voy a dejar que salgas de aquí con mi Chekota Criador?

Ni siquiera un rayo desde el cielo hubiera evitado que los labios de Chan se curvaran hacia atrás mientras un amenazante gruñido salió de su garganta. -Seungmin es mío.

La mirada de Leehye de nuevo fue hacia la ventana. -No por mucho tiempo.

El corazón de Chan golpeó en su pecho cuando miró hacia la ventana que Leehye estaba viendo y vio una caravana de carros subiendo por el camino de entrada. Sólo tenía segundos para llegar hasta su pareja y escapar.

Chan gruñó mientras saltaba hacia Leehye, sostuvo la mano en la que el hombre sostenía la botella. Oyó movimiento detrás de él y rezó para que fuera Hyunjin y no otro miembro del clan de Leehye. Si se trataba de uno de la gente de Leehye, estaba jodido.

Chan gruñó cuando con un golpe de suerte de Leehye lo golpeó, abriéndole el labio. Chan gruñó mientras balanceaba el brazo para golpear al hombre. Mientras su puño conectaba la mandíbula de Leehye, los dedos de Chan se cerraron alrededor de la botella en la mano del hombre.

Chan aumentó la presión sobre la pequeña botella y empujó a Leehye hacia la ventana lo más fuerte que pudo. Oyó el vidrio hacerse añicos y Leehye caer por la ventana y aterrizar en el techo del porche.

Ni siquiera esperó a ver si Leehye rodó fuera de la azotea o regresaba por la ventana. Chan se lanzó a la cama, envolviendo su brazo libre alrededor de Seungmin. -¡Ahora, Hyunjin!

Hyunjin se aferró al otro lado de Seungmin mientras Chan los transportaba de nuevo a su territorio. La puntería de Chan estaba un poco perdida. Cuando cayó en la piscina, buscó aterrorizado a Seungmin. El agua al lado de él se movió y la cara de Seungmin apareció, el agua goteaba de su cabello, Chan se sintió desmayar.

-Seungmin, ¿estás... ¡Joder! ¿Por qué has hecho eso? - preguntó mientras acunaba su dolorida mandíbula. ¿Quién sabía que su pequeño y adorable pareja podría empacar un golpe así? Chan casi se sentía orgulloso.

-¡Me embarazaste!

Chan sonrió. -Sí, lo hice.

Seungmin rodó sus ojos cuando se dio la vuelta y caminó hacia los escalones de la piscina. Hyunjin salió del agua a su lado, murmurando que alguien era un imbécil. Chan ignoró al Centinela mientras veía hacia la forma húmeda de Seungmin.

-Vamos, Seungmin. Sabías que esto podría suceder. Te lo expliqué.

-Muérdeme , Chan. -Seungmin se detuvo de repente en el borde de la piscina-. No, no importa. Es probable que lo harías. -Los ojos de Seungmin se estrecharon a pequeñas rendijas de ira. Señaló con el dedo la ingle de Chan-. Acerca a mí esa cosa de nuevo y voy a cortarla.

-¿Por qué? -Chan estaba tan contento que prácticamente flotaba. Podía ver que lo de Seungmin eran solo bravatas-. Ya estás embarazado. Podemos tener tanto sexo como quieras. No puedes embarazarte si ya lo estás.

-¡Eres un idiota! -Seungmin gruñó y pisoteó el pie antes de girarse y salir furioso del solárium.


Chan se apresuró a salir del agua y corrió tras Seungmin, levantó al hombre en sus brazos justo cuando llegaron al dormitorio. Una vez dentro, cerró la puerta y bajó lentamente a Seungmin al suelo.

Tan suavemente como pudo, Chan deslizó la mano por la leve distensión en el abdomen de Seungmin. -Este es nuestro hijo, Seungmin, tuyo y mío. -Toda la risa había desaparecido de su voz, sustituida por una seriedad que era necesaria que Seungmin oyera-. Él o ella es una bendición, un regalo para ser valorado igual que tú.

Las lágrimas se aferraban a las pestañas de Seungmin cuando levantó la vista. -Tengo miedo, Chan.

-Lo sé, pero no estás solo en esto. No voy a dejar que trates con esto solo. -La respiración de Chan quedó enganchada cuando todo lo que había soñado estaba reunido en este pequeño y delicado humano en su brazos-. Nunca te dejaré.

-¿Cómo puedes decir eso? -Susurró Seungmin-. Apenas me conoces.

Chan pasó los nudillos por la mejilla de Seungmin. -Quiero conocerte, lo que piensas, lo que sientes, lo que quieres.

Seungmin tragó. -Quiero saber cómo infiernos un hombre puede quedar embarazado.

Chan sonrió mientras caminaba con Seungmin hacia la cama. - Déjame que te muestre.

Chan lo jaló hacia la cama y empezó a chupar eróticamente su cuello. La sola sensación hizo que el pene de Seungmin estuviera más duro y más palpitante, por debajo del material que llevaba. Unas manos suaves se deslizaron por los costados de Seungmin hasta que llegaron a la cintura de sus pantalones sueltos.



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