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Sentado en el piso del baño, con la espalda contra la pared, Felix acunaba su cara con las manos. 

Estaba tan cansado que lo único que quería hacer era ir a la cama. 

Pero no había manera en el infierno que volvería ahí. No importaba que él estuviera sentado aquí durante horas, evitando a Changbin. El tipo había llamado a la puerta, casi rompiendo la maldita puerta, pero finalmente cedió después de que Felix le gritara que se fuera. 

Ahora estaba sentado aquí, aterrorizado. 

Felix se levantó y abrió el grifo, poniendo sus manos bajo el agua antes de salpicar su rostro. 

― Tengo que permanecer despierto. ― Si se quedaba despierto, entonces, Felix podía esperar hasta que Changbin se durmiera y entonces se escurriría fuera del baño y huiría de él. No estaba seguro de a dónde iba a ir, pero Felix sabía que tenía que poner mucha distancia entre él y Changbin. Se miró en el espejo y se quedó sin aliento cuando vio los ojos de su pantera. El calor del apareamiento todavía corría por Felix, pero no era tan malo como lo había sido antes. 

― No puedes ir a casa ― le dijo a su reflejo. ― Si San o Doyoon te olieran, entonces... ― Felix se estremeció ante la idea. 

San y Doyoon eran como una familia para él. Dejar a uno de ellos joderlo era simplemente extraño. 

Él no tenía que preocuparse por Chan, Hyunjin, o Minho. No serían capaces de oler las feromonas que Felix estaba soltando porque que ya estaban acoplados. 

¿Será que San y Doyoon lo olerían? 

Changbin se había apareado con Felix. 

¿Él todavía estaba emitiendo feromonas? 

Estaba matando a Felix no saber la respuesta. 

Masticándose el labio inferior, Felix miró a la ventana del baño. Si Changbin seguía despierto, el hombre podría oír cuando abriera la ventana, y no había forma de detener al hombre si abría la puerta del baño. Pero Felix estaba quedándose sin tiempo. El calor aparecería dentro de él y Changbin perdería su mente otra vez. 

Felix se metió en la bañera y abrió la ventana. Estaba moviéndose lentamente, haciendo todo lo posible para no hacer ruido. Si él todavía estaba en el calor, significaba que Felix no estaba embarazado... todavía. Él no iba a quedarse alrededor de Changbin hasta que pasara el calor. Su pantera gruñó en señal de desaprobación. 

― Oh, cállate ― gruñó suavemente. Felix necesitaba espacio para pensar. Estar tan cerca de Changbin estaba jodiendo su cabeza. Todo lo que él quería era tiempo a solas para arreglar las cosas y ponerlo todo en perspectiva. Estaba seguro de que una vez que tuviera la cabeza clara, surgiría una solución. 

Felix comenzó a abrir la ventana, haciendo una mueca cuando esta hizo un sonido fuerte raspando. Contuvo el aliento, esperando. Cuando Changbin no echó abajo la puerta, Felix siguió levantándola hasta que había suficiente espacio para pasar. 

Se puso de pie junto a la ventana, cayendo al suelo exterior. Sin perder tiempo, Felix se puso de pie y salió corriendo. Él estaba huyendo de Changbin, pero Felix sabía que no era de la única cosa que estaba huyendo. Los recuerdos que había tratado de enterrar durante tanto tiempo parecían crear remolinos de las cosas terribles que Felix no podía ocultar por más tiempo. Cosas que le daban pesadillas hasta que aprendió a enterrarlas tan profundamente que casi se había olvidado de ellas. 

Pero cuando sus pies golpearon contra el suelo, ramas y piedras pequeñas cortaron su piel, Felix se acordó de su padre, un hombre en quien no había pensado desde la pubertad. 

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