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Jeongin dio un paso atrás, mirando el cuarto del bebe mientras sostenía la brocha en la mano. Usó su otra mano para dar masajes a su espalda baja. El bebé había crecido enormemente en los últimos dos meses. Jeongin estaba empezando a sentirse como una ballena varada. Ahora sabía por qué Seungmin había rodado sobre sus manos y rodillas para levantarse.

Dejando la brocha a un lado, Jeongin agarró su contenedor de agua y consumió la mitad del contenido antes de limpiarse la boca. Chan le había dicho antes que Yoon había sido acusado por el estado y ahora estaba a la espera del juicio. Sin duda, así no era como los shifters hacían las cosas. Yoon iba a pudrirse en la cárcel hasta su día en la corte.

Lo cual, de acuerdo con Chan, sería un tiempo muy largo a partir de ahora.

—¿Cómo está mi dulce corazón? —Hyunjin preguntó mientras entraba en la habitación, envolviendo sus brazos alrededor de la cintura de Jeongin. Sus manos recorrían el vientre distendido de Jeongin mientras una sonrisa iluminaba su rostro.

Jeongin no podría haber pedido a un hombre más dulce que Hyunjin. El tipo era atento, cuidadoso, y maldición si no era hermoso como el infierno. Incluso con su vientre abultado, Jeongin estaba duro cuando el olor de Hyunjin llenó sus pulmones.

—Caliente —respondió.

Una sonrisa traviesa cruzó el rostro de Hyunjin mientras levantaba a Jeongin y lo llevaba al dormitorio.

—Sabes, que puedo caminar muy bien. —Pero Jeongin estaba disfrutando de la atención.

Jeongin pudo ver la excitación de Hyunjin en sus hermosos ojos de color gris oscuro. La necesidad del chico era espesa en el aire cuando Jeongin inhaló el olor del hombre. Hyunjin se inclinó y lamió un camino a través de la piel de Jeongin. Podía sentir un fino temblor recorrerlo.

Le tomó segundos a Hyunjin desnudarse mientras Jeongin hacía lo mismo. No se preocupaba por los juegos sexuales en este momento. Jeongin estaba demasiado malditamente caliente y no quería esperar. Ansiaba el toque de Hyunjin, su abrazo, todo del hombre.

Hyunjin agarró el lubricante, extendiendo a Jeongin mientras mordisqueaba su camino por el pecho de Jeongin. Si el hombre no se daba prisa, Jeongin iba a correrse sólo con los dedos del hombre. —Estoy bien —empujó a Hyunjin—. Jódeme.

Hyunjin sonrió mientras se levantaba por encima de Jeongin, la cabeza de su pene contra la entrada de Jeongin. — Voy a joderte —dijo justo antes de que la dura como el acero erección entrara en el cuerpo de Jeongin hasta la empuñadura. Jeongin gritó y Hyunjin se detuvo mientras veía a Jeongin con ojos tiernos.

Jeongin hundió las uñas en el pecho de su pareja, respirando más allá del dolor cuando su pareja acunó la cara de Jeongin. —Dijiste que estabas listo. —Parecía que estaba luchando por el control mientras su cuerpo se estremecía con aparente tensión.

—Sí, imbécil, pero yo no dije que empujaras a toda potencia dentro de mí —dijo Jeongin mientras el dolor le atravesaba y luego disminuía. El cuerpo de Jeongin estaba una vez más en el fuego por Hyunjin.

La expresión de Hyunjin volvió a ser tierna cuando se inclinó hacia adelante y besó a Jeongin lentamente. Jeongin gimió en la boca del hombre mientras se arqueaba contra él, sus pezones rozando contra un muro de carne dura. Las caderas de Hyunjin comenzaron a moverse, su gruesa longitud estirando a Jeongin ampliamente mientras se retiraba y luego penetraba a Jeongin.

Hyunjin rompió el beso y luego enterró su rostro en el cuello de Jeongin. —¿Sabes cuánto te amo? —Susurró mientras deslizaba sus manos debajo de las nalgas de Jeongin. Jeongin se levantó un poco más alto. Un gruñido retumbó en el pecho de la pantera mientras Hyunjin se recostaba sobre sus piernas y miraba a Jeongin.

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