Hyunjin entró a la oficina de Chan y tomó asiento. Necesitaba algo que hacer, algo para quitarse de la cabeza a Jeongin. Esto era nuevo para el humano, y Hyunjin estaba tratando como el infierno de darle al hombre un poco de espacio para que pudiera aclimatarse a su nuevo entorno.
Pero él estaba sentado en ascuas, esperando a que Doyoon le dijera si Jeongin estaba embarazado o no. ¿Estaba listo para ser padre? Por supuesto que no. ¿Quién estaba listo para ser padre? Por primera vez en mucho tiempo, Hyunjin sentía que un verdadero temor lo recorría. ¿Y si jodía esto? Era bueno para hablar con cualquier persona adulta para que firmara un contrato. Podía negociar con el mejor de ellos. Pero nadie podía negociar con un bebé. Ellos hacían lo que querían, cuando querían.
¿Y qué si criaba al cachorro y jodía todo, convirtiéndolo en un criminal? Hyunjin podía sentir sus manos sudando cuando se frotó el rostro. Dios, ¿por qué no había visto esa marca?
—¡Hyunjin!
Hyunjin salió disparado de la silla cuando oyó a Jeongin gritándole. Encontró a su pareja y a San de pie en el pasillo. El hombre alzó los brazos, retrocediendo. —Yo no lo toqué.
Dejando escapar un aullido de advertencia, Hyunjin agarró a Jeongin, jalando al hombre a sus brazos. —¿Qué infiernos está pasando aquí?
—Vi a un extraño en la casa —San se defendió—. Le pregunté quién era.
—¡Mentiroso! —Había temblor en la voz de Jeongin—. Me gruñiste.
Girando la cabeza hacía San, Hyunjin le enseñó los caninos. —Háblale de esa manera a mi pareja de nuevo y te cortaré las bolas.
—¿Tú, qué? —Jeongin miró a Hyunjin—. ¿Cómo me has llamado?
San se echó a reír. —Buena suerte.
El hombre se alejó, dejando a Hyunjin para dar una explicación. Había sido honesto con Jeongin hasta ahora, pero... ¿qué diablos?—. Cuando le dije que te quería para siempre, lo dije en serio. Te quiero como mi pareja.
Jeongin se rascó la cabeza antes de apartarse. —Creo que necesito un trago.
—No puedes —Hyunjin protestó.
—Oh, bien, porque estoy embarazado. —El hombre palideció ligeramente—. Entonces hazme uno doble.
—¿Debo volver en otro momento? —Doyoon preguntó mientras caminaba por el pasillo, con el maletín en la mano— . Ustedes dos parece que necesitan un momento.
—Ese momento es lo que me metió en problemas en primer lugar —dijo Jeongin.
Hyunjin se obligó a no jalar a Jeongin de vuelta a sus brazos. Tenía que tener cuidado con el humano hasta que Jeongin aceptara plenamente lo que estaba pasando. Hasta entonces, el hombre podría tratar de huir como Seungmin hizo.
Hyunjin no quería correr ese riesgo.
—Ve y examínalo —dijo Hyunjin, deseando que Jeongin fuera tan confiado como lo había sido en el hotel. Pero el hombre había pasado por muchas cosas desde entonces, y su vacilación era comprensible.
Pero infierno si no quería agarrar al hombre y gritar mío.
—¿Tu habitación estará bien o quieres venir a mi oficina? —Doyoon le preguntó a Jeongin.
—No quiero que él deje la cabaña —dijo Hyunjin.
Doyoon levantó la mano. —Le pregunté a Jeongin, no a ti.
Hyunjin gruñó.
—La habitación está bien —contestó Jeongin—. Pero el señor Macho puede quedarse del otro lado de la puerta. — Jeongin le sacó la lengua a Hyunjin antes de que él y Doyoon fueran al dormitorio de Hyunjin.
