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Mientras se vestía, Felix temía ir a trabajar. No sólo estaba teniendo que lidiar con la actitud del Sr. Seo, sino con la de Eunsoo y sus hormonas en furia también. Tal vez podría tomar unas vacaciones y evitar el próximo mes o algo así. 

Desafortunadamente, Felix sabía que no podía dejar a Chan. Su alfa dependía de Felix para cuidar del nuevo jefe de seguridad. Tan mal como Felix quería tirar sobre el Sr. Seo y lanzar a Eunsoo en un centro de rehabilitación para pervertidos sexuales, sabía que tenía que sonreír y aguantar. 

Agarrando su chaqueta, Felix salió de su habitación y bajó las escaleras. Chan estaba sentado en la sala de estar, conDahyun acunada en sus brazos. Chan parecía tan natural a la hora de ser padre. El hombre tenía una fuerza para ser considerado peligroso, pero ahora que tenía un compañero y una hija, era absolutamente letal. 

Pero seguía siendo un buen alfa. 

― ¿Cómo está Changbin trabajando? ― Chan sostenía a Dahyun en sus brazos mientras la bebé dormía. Estaba envuelta en rosa, y su rostro apenas apareciendo justo encima del paquete de mantas. Llámenlo inparcial, pero ella era la chica más hermosa en la que jamás había puesto los ojos Felix.
 
Felix no quería mentir a Chan, él no quería. Si le dijera a su alfa que el señor Seo era un idiota insensible que necesitaba lecciones sobre la manera de tener contacto con alguien, entonces sería más que probable que Chan pidiera una junta. Felix todavía no estaba seguro de por qué el chico había sido contratado. 

―Él lo está haciendo bien. ― Felix se puso su chaqueta y luego fue a la puerta. ― Te veré más tarde. 

― Yo no voy a ir hoy ― dijo Chan cuando Felix alcanzó el pomo de la puerta. ― Seungmin y yo vamos de compras para Dahyun. 

Eso era probablemente lo mejor. Felix no quería que Chan viera cómo Changbin trataba con el personal. Su alfa tenía suficiente en sus manos ahora. Chan, Minho y San todavía estaban cazando las subastas de Chekota criadores. 

No quería poner más en el regazo del hombre. 

Además, Felix podía manejar al jefe de seguridad. 

― No hay problema. Nos vemos cuando llegue a casa. ― Es decir, si no mato a ese imbécil sexy en el trabajo. 

Felix a regañadientes conducía al trabajo, temiendo a cada segundo que tendría que pasar por allí. No estaba de humor para la arrogancia del Sr. Seo o las travesuras inducidas por la lujuria de Eunsoo. Felix sólo quería pasar sus días sin incidentes. 

Era una pena que el señor Seo fuera tan arrogante. Qué desperdicio de un buen hombre. Felix había soñado con el chico anoche, se despertó con una erección cerca de ser dolorosa. 

Nunca le diría al jefe de seguridad que se había masturbado mientras se imaginaba cómo el señor Seo podía verse desnudo. 

Ese fue el pequeño secreto de Felix. 

Tirando del coche en el estacionamiento, salió y caminó hacia el ascensor. Preferiría estar en el médico recibiendo una colonoscopia que pasar el día con el Sr. Seo. Cuando se abrieron las puertas al piso doce, Felix respiró hondo y se dijo que hoy sería un buen día. 

― Llegas tarde. 

O tal vez no. 

― No sabía que tenía que llamarte― le dijo al señor Seo poniendo la carpeta en su escritorio y tomando su chaqueta. A propósito, dándole la espalda al chico. Si miraba para el jefe de seguridad, sólo podría recordar el sueño. 

Pero la suerte no parecía estar de su lado hoy. El Sr. Seo se movió hasta sentarse en el borde de la mesa de Felix con los brazos cruzados sobre el pecho. 

La pantera de Felix comenzó a ronronear con la visión. 

Felix estaba moliendo sus dientes. 

― ¿Puedes quitar el culo de mi escritorio? ― Si Felix no se equivocaba, el señor Seo tenía una sonrisa en su rostro antes de desaparecer rápidamente. Sabía que no lo había imaginado, lo que significaba que el chico lo estaba haciendo a propósito. 

Huyendo antes de tomar su engrapadora y disparar a la cabeza del tipo, Felix cruzó la habitación para hacerse una taza de café recién hecho. 

― Necesito que vengas conmigo al estacionamiento. 

Felix contó hasta diez antes de voltearse a mirar al hombre lindo. 

― ¿Por qué me necesitas? 

Se podría decir que trabajar con el Sr. Seo sería casi imposible. Arrogante como el hombre era, también era guapísimo y tenía un infierno de una voz profunda. 

El hombre llenaba todas las fantasías que Felix tenía sobre cómo el hombre de sus sueños debía ser y parecer. Estaba teniendo una migraña recordando que el señor Seo no estaba interesado. 

El jefe de seguridad caminó a través del cuarto, poniendo sus manos en los bolsillos delanteros mientras miraba a Felix. 

― Porque tengo que cuestionar algunas cosas y Jun parece más agradable cuando estás cerca. 

― Estoy ocupado, señor Seo. Al contrario de lo que crees, yo realmente tengo una agenda exigente. No estoy a tu disposición. 

― Changbin.

Felix parpadeó, sorprendido por su nombre. ― ¿Discúlpa? 

― Llámame Changbin ― dijo Seo. ― Si trabajamos juntos, prefiero que las cosas sean menos formales. 

Eso fue un shock. Felix no confiaba en los motivos del hombre, pero asintió con la cabeza. 

― Muy bien, así que llámame Felix. 

― Te importaría venir conmigo al estacionamiento? ― Preguntó Changbin. Ok, ¿quién era este hombre y qué pasó con el verdadero jefe de seguridad? 

Debe haber habido una abducción extraterrestre anoche porque no había manera de que el señor Seo sea este buen hombre.

Pero, el hombre lo había pedido.

Felix asintió y luego se dirigió hacia el ascensor con Changbin. 

― Esto no tomará mucho tiempo, ¿verdad? ― Preguntó Felix. ― Tengo un montón de trabajo por hacer. 

― No ―. Changbin apretó el botón del ascensor. ― No debe tomar más de media hora. 

Eso no era tan malo. 

Esperaba que después, el hombre encontrara algo que hacer y se mantuviera fuera de su camino. El perfume del hombre estaba llevando a la confusión a los nervios de Felix. Su pantera dio un grito gutural bajo y Felix quería poner una mordaza en su ocico.

Las puertas se abrieron y entraron. 

Felix escapó a la izquierda del ascensor, mantenimiento la distancia y esperando que el ascensor bajara rápidamente. El olor a cuero y hombre llenó el pequeño espacio cuando las puertas se cerraron. 

Era una tortura. 

Felix abrió los brazos cuando el ascensor se sacudió y se paró por completo. Lanzó una rápida mirada a Changbin antes de dar un paso y empezar a apretar el botón para el estacionamiento. 

― Eso realmente no ayuda ― dijo Changbin cuando se apoyó en los paneles de la pared. 

― Bueno, eso me hace sentir mejor. ― Felix golpeó la parte trasera de su mano en el botón. ― ¿Qué hay de malo con esta mierda? 

A Felix no le gustaba estar atrapado en los ascensores. 
Estaban en el piso doce. 

Y si el cable se rompía y ellos caían a su muerte? 

Esto no puede estar pasando. 

Felix agarró su corbata, aflojándola antes de golpear la palma contra el botón de nuevo. Su corazón estaba empezando a latir más rápido y las paredes parecían que se acercaban a él.
 
― Vamos ― dijo Felix, sintiendo el sudor correr y empezar un mareo. 

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