8

91 9 0
                                    

Yoon y sus dos hombres salieron de la cabaña. Ahora que sabía que Jeongin estaba aquí, podría llamar a Jiyoung y decirle que había dos Chekota Criadores con el clan StrayKids. Yoon odiaba a las panteras, pero su trato con Bang Corporation le había hecho ganar millones. Podría querer a cada maldito gato muerto, pero él no era tan tonto como para arrugar la nariz ante la gran cantidad de dinero que había hecho. Ayudar a Jiyoung a localizar a los Criadores le proporcionaba la oportunidad perfecta para hacerle daño a los panteras, preservando sus intereses financieros, y también haciendo algo de dinero extra.

—Detén el carro —dijo Yoon al conductor antes de girarse hacia el pasajero. Eran hombres de Jiyoung. Yoon ni siquiera se había tomado el tiempo para llegar a conocer sus nombres. Lo único que le importaba era no enojar a Park Jiyoung. El hombre podría ser un shifter, pero Yoon sabía quién era un hombre peligroso cuando lo veía.

—Sal y regresa. Ten cuidado, esas panteras no son estúpidos y van a olerte antes de que te acerques a la cabaña —Yoon le dijo al pasajero—. Recuerda, vivos o muertos, Jiyoung quiere los cuerpos de los Chekota Criadores.

El hombre asintió con fuerza antes de salir del carro e irse al bosque. Yoon no tenía que preocuparse por estar en el territorio de las panteras. Jiyoung le había suministrado balas de plata. Si uno de esos sucios shifter quería venir tras Yoon, él terminaría con su vida.

Puso la pistola en su regazo, rozando su pulgar sobre el frío acero mientras el carro comenzaba a moverse hacia adelante una vez más. Esperaba como el infierno que los hombres de Jiyoung no fallaron esta vez. Los dos habían ido tras Jeongin en Hawái y habían fracasado. Jeongin se había salido con la suya.

Si Jiyoung no le estuviera pagando a Yoon una cantidad ridícula de dinero para sacar a los Criadores de Busan, Yoon ni siquiera se molestaría. Pero Jiyoung estaba ofreciendo una cantidad que tenía el pene de Yoon creciendo con fuerza. Podría rodearse de twinks, comprarles a los pequeños bastardos lo que fuera que sus corazones desearan. Eso hasta que Yoon se cansara de ellos. Entonces compraría más.

Quizás podría hablar con Leehye sobre también subastar twinks. Yoon estaba cansado de intentar cazar a los más bonitos por sí mismo. El Alpha pantera ya estaba buscando a los Criadores para venderlos al mejor postor. Lo genial acerca de eso era que todo lo que Yoon tenía que hacer era esperar hasta que Leehye los encontrara y, luego, enviar a los hombres de Jiyoung para buscar al Criador.

Dejar que el sucio gato hiciera todo el trabajo. Yoon sonrió ante su genial plan.

***

—Yo no haría eso si fuera tú. 

Jeongin levantó la vista para ver a Minho caminar hacia él. Esta era la primera vez que el hombre hablaba con él. — ¿Por qué no?

Minho señaló con la cabeza la fruta en los brazos de Jeongin. —A la última persona que robó del jardín de Seungmin, él casi le arranca la cabeza.

Jeongin miró el botín en sus brazos y frunció el ceño. —Pero ¿por qué Seungmin se enojaría? Todos vivimos aquí. ¿Por qué no puedo tomar unas pocas fresas?

Minho levantó los amplios hombros en un encogimiento de hombros. —No tengo ni idea.

Jeongin comenzó a llevarse las fresas a su boca, comiendo la evidencia. No era propio de él, pero no podría poner las malditas cosas de vuelta en la planta. Por lo que bien podría disfrutar de su botín.

Tanto Jeongin como Minho se giraron cuando Chan salió corriendo de la casa como un loco. —¿Alguno de ustedes ha visto a Seungmin?

Jeongin dejó caer la fruta cuando Minho cambió justo frente a él. Sabía que estos hombres eran panteras. Hyunjin le había dicho. Pero ver a uno de ellos cambiar ante sus ojos era otra cosa. Se quedó congelado, viendo al gato de aspecto letal. En forma humana, Minho daba miedo. En forma de pantera, era francamente aterrador.

SKZ PanterasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora