Escorpiones

No juegues con fuego

Advertencia: Contenido +18 ;)

Malek

La necesidad de reprochar es lo que me hace no hablarle, sé que con una palabra que diga ella me atacara de la misma manera asique intento huir de una pelea que sé que no ganare. No si es con Bianca.

—Malek — me llama ella.

Quiero buscar paz pero creo que a ella le gusta la guerra.

—Luego muñeca.

—Oye, solo quiero que hablemos

—Es justo lo que quiero evitar — le informo.

Entro a la habitación que ella amablemente me otorgo como mi estadía y quiero cerrar la puerta para poder estar solo y pensar que es lo que voy a hacer. Que voy a hacer con mi prometida, que voy a hacer con los problemas en Egipto, que voy a hacer con los problemas que están teniendo mis socios aquí en Italia que incluye a mi prometida. La vida de mafioso no es sencilla.

No logro cerrar la puerta por completo ya que ella mete su pie, lleva tenis blanco esta vez, lo que me llama la atención casi siempre tiene tacones pero supongo que en su absurda misión que se auto dio ella misma quería un calzado más cómodo para huir.

—Cuando quiero hablar contigo resulta que tu no quieres — se queja abriendo la puerta con la mano que si puede utilizar. Suspiro dejándola entrar a regañadientes, mirando su brazo vendado solo hace crecer mi ira. Salió lastimada.

—Es una ironía — respondo ante su queja.

—Solo quiero explicarme.

—Te doy tres minutos para explicarte — le señalo mi reloj de oro.

—Agh, tenía que hacerlo ...

La sigo escuchando, cada palabra sin interrumpirla para dejarla explicarse. Pueda que tenga un punto, aun así no es razón suficiente para que se encargara sola teniendo a un hermano mayor y teniéndome a mí como apoyo, teniendo una mafia a su disposición. Y a mí, ella debió haber pensado en

—Sigo pensando fue una imprudencia.

—¿Y según tu porque lo fue?

—Terminaste con un brazo casi roto Bianca.

—En la vida que tenemos desde el nacimiento sabemos que cualquier cosa podría salir mal en cualquier momento y lo sabes.

—Si pero aquí tu elegiste meterte en la boca del lobo amore, eso es lo que nos molesta a tu hermano y a mí. Es lo que no pareces ver, vas a tirar tiros como si te creyeras antibalas pero sigues siendo-

—Si dices frágil voy a cortarte las bolas.

Suspira casi en una risa —Iba a decir humana, no te pongas a la defensiva ahora.

—Solo quiero que tú lo veas desde mi punto de vista, es un problema que tenemos que atender.

—Y lo veo pero tu debes verlo desde nuestro punto de vista — contraataco.

Ella se acerca empujando mi pecho con su mano como si solo de esa manera pudiera dejar salir su enojo sin necesidad de matarme.

—No me gusta el punto de vista machista.

—No es machista Bianca, por el amor a dios. Tratamos de ver por tu seguridad ya que tu no lo haces.

Sus ojos brillan en furia y solo la hace ver aún más sexy de lo que ya es. Le sonrió por que aun que esta enojada la sigo viendo demasiado atractiva.