Enana

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Han pasado un par de semana desde que tuve que volver. Zack sigue molesto conmigo pero no me ha vuelto a poner un dedo encima. Sin embargo aun no me deja tranquila, ese hombre es impulsivo por lo que tengo seguro que debo controlar su temperamento lo más que pueda aun que ese hombre en contra de todos mis principios.

Zack me informo que llego el día, Gabriel viajo hasta acá hace un día y me dio la orden de hablar con el para dejar las cosas claras. Tengo que repetirme a mi mismas tantas veces para no dejar mis emociones me ganen.

No lo mates

Cuando lo mires no lo mates

No arruines el plan

No lo mates

Lo que más me gustaría es descargar mi pistola en él, dejarlo con tanto agüeros en el rostro que lo haría irreconocible. Volverlo reconocible en mi vida, que ese rostro en el que me deje entregar mi amistad, mi amistad. Le entregue mi corazón y confianza a ese maldito y ahora tengo que verlo a los ojos para hablar. Cuando lo único que deseo es hacerlo nada, como si jamás hubiera cometido el error de dejarlo entrar en mi cuando siempre fui tan cuidadosa con quien entra en mí. Pero de los errores debo aprender, y es lo que hare ahora.

Entro a la habitación, tiene su propio cuarto en esta casa y parece estar desempacando. Cuando escucha mis pasos se da la vuelta y sus cejas se elevan al verme, tan quieta mirándolo actuando tranquila cuando la ira grita en mi cabeza.

El decide querer caminar ahí pero levanto la mano.

—No dé un paso más.

—Entiendo que estes molesta.

—¿Molesta?... — pregunto incrédula —créeme no solo estoy molesta.

—Enana — dice ese apodo que me ha dicho por años que me hace apretar la mandíbula en impotencia.

—No vuelvas a decirme a si — ordeno.

—Entonces esto va a ser asi de ahora en adelante?

—¿Qué esperabas? — enarco la ceja —¿Un rencuentro con abrazos? ... mis negocios con Zack solo incluyen soportarte, no que volvamos a formar una estúpida amistad.

—Si me entere — confirma dando ese paso que dio atrás, aceptando el espacio que debe darme —Enserio me convenciste cuando me hablaste del otro tipo ¿Malek verdad? Esa mirada que hiciste cuando comentaste te pidió matrimonio tenia un brillo que no había visto en ti —Decido quedarme callada, por miedo a lo que mi boca puede decir. Debo estar firme en la mentira de haberlo traicionado para casarme con Zack —¿Entonces si lo quieres? — pregunta ante mi silencio.

—Cambiemos al tema importante si no te importa — me formo una sonrisa sínica —Oh empezare a creer que si te preocupas por mi — mis palabras parecen tocar una fibra sensible por que su mueca cambia a una mas seria pero la ignoro. Este hombre ya ha jugado conmigo demasiado.

—Bianca — empieza a hablar

—Ya dime ¿cuál es el supuesto plan para atraer a la mafia siciliana? — demando.

—Una fiesta — dice luego de un momento.

—¿Una fiesta?

—Zack organiza una fiesta invitándolos, mas especifico tu fiesta de compromiso — al decirlo sonríe de lado, debí ver venir eso —es ahí donde tendrás lo que quieres. Libraras a tu familia del peligro y detendrás la rivalidad. Siempre y cuando te cases con el hermano de tu ex prometido.

Lo miro mal y este solo se atreve a reír ante mi expresión.

—Chistosito — me acerco y el se pone alerta pero sin mover un pelo —te crees muy gracioso enserio.

—Por supuesto.

Reacciono antes de darme cuenta que le e dado un puñetazo en la nariz que lo hace retorcerse del dolor sosteniendo su nariz que le empieza a gotear sangre.

—Sabia que eras una pequeña monstruo — se queja.

—Se necesita un monstruo para reconocer a otro.








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