Derribare la puerta

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Bianca

Detesto no sentirme suficiente

Detesto no ser suficiente para ellos.

¿Qué es lo que tengo que hacer para que me vean por lo que yo valgo?

Me levanta de esa mesa, sin molestarme en decir algo dejándolos seguir con su estúpida platica. Ambos Owen y Cristian solo me incitan mandarles una bala que les atraviese el rostro, no formar una alianza. Llámenlo instinto de mujer, me vale una mierda si me veo loca solo por sentir que ellos no me dan buenas vibras, simplemente no me parecen buenos para nosotros.

Malditos hermanos calvos, solo llegaron a que me sintiera peor conmigo misma más de lo que he estado sintiendo estos días.

Mi respiración se ralentiza, me duele el pecho y sé que es el primer síntoma, eh visto los ataques de ansiedad que solía tener Claire, debe ser eso. Pero yo no sufro de ansiedad así que no entiendo a qué viene este dolor en el pecho, la dificultad en respirar la necesidad de salir de aquí lo antes posibles.

Lo primero que se me ocurre es ir a uno de los baños de invitados, uno de los más lejanos. No puedo respirar y las lágrimas amenazan en salir. Hiperventilo sentándome en el suelo del maldito baño y mi visión esta borrosa por las lágrimas. Trato de guiar a mi mente a otro lado peor no lo logro.

Pequeños gemidos de dolor salen de mi boca sin poder aguantarlos, intento respirar y calmarme pero no ayuda mucho. Es como si no existiese suficiente aire, mi cabeza se siente liviana pero me duele, aunque me toque el pecho nada libera el dolor que me quema.

¿Qué era lo que le dijeron a Claire que hiciera en caso de un ataque?

No sé... no puedo recordar en este momento

Joder

Nadie me ve capaz, nadie me vera capaz ni siquiera mi propio hermano lo hace.

Escucho unas pisadas difusas acercarse. Inevitablemente se escuchan los golpes en la puerta.

—¿Muñeca? — no contesto —¿Estás ahí? — al no recibir respuesta de mi parte comienza a mover la perilla con más desesperación —Ábreme ... — solo quiero que se vaya —ábreme por favor.

—Vete — manejo decir con un nudo en la garganta.

—No me iré, ábreme o derribare la puerta

—¡Si lo rompes lo pagas! — grito

—Hecho

La puerta recibe varios golpes demasiados fuertes como si pateara o se tirara sobre ella. La puerta se rompe y entra viéndome sentada en un rincón y no duda en acercarse a mi corriendo tomando mi rostro en sus manos. Miro la puerta sin poder creer que el acaba de derribarla.

—Es un ataque ¿verdad? — me pregunta luego de verme por unos segundos. Evito su mirada.

—¿Cómo sabes? — pregunto.

—Izak sufre de eso desde la muerte de nuestro padres, mira concéntrate en tu respiración y con cada respiración imagina sacar la presión del pecho. Concéntrate en mis ojos... vamos tú puedes.

Intento lo que él me pide y lleva un par de minutos pero el dolor en el pecho disminuye. Mi rostro debe verse ridículo por el desorden que mis lagrimas provocaron pero eso no parece importarle a Malek ya que solo limpia mis lagrimas sin dejar de verme.

—¿Ya paso? — pregunta.

—Si... ¿Puedo saber... como tu hermano menor lidia con algo así?

Malek suspira y me sonríe de manera triste, sin alejar sus manos de mi rostro contesta.

—Él fue quien vio como murieron, ese trauma lo persigue aunque solo tuviera cuatro años y casi no recuerde lo que paso. Le afecto de esa manera que necesita algo de terapia y así es como aprendí a ayudarle en caso de ataques como estos — señala.

—No me imagino lo duro que fue para él — le digo comenzando a pensar en cómo Malek tuvo que ver esto, en que tuvo que aprender cómo cuidar a su hermano menor sin ayuda.

—Para todos muñeca, el pueblo quiere a mi familia. Admiraban a mis padres.

Su comentario me hace sonreír levemente.

—¿Te sientes mejor amore? — me pregunta.

—Si, mejor.

—Por qué se otra técnica que podría ayudar.

—¿Cuál? — pregunto por pura curiosidad.

Él no contesta, en vez procede a besarme acariciando mi mejilla, y noto que me relajo con la delicia de sus labios. Me separo para mirarlo y noto que se ve muy feliz, probablemente sea porque le regrese el beso. Narcisista.

—¿Y esto también se lo haces a tu hermano? — rio.

—Claro que no muñeca, mis besos son solo para ti.

....

Pasan un par de semanas desde ese episodio en el baño, todo transcurre tranquilo. Yo y Malek hemos permanecido quietos sin querer matarnos el uno al otro, tal vez ha habido algunos intercambios de besos y algo de sexo casual. Aun así puedo decir que mi brazo lastimado ya no duele nada y mi doctor dice que está prácticamente curado solo que tenga cuidado.

No he podido tener una conversación seria con Daniel, hermano a hermana es como si me evitara y en parte yo también a él. Pero lo que sea que nos tiene incomodos a los dos debemos resolverlo. El momento se dará así que hoy decido tomar mi tiempo y concentrarme en esa boda, la fecha se acerca por más que no quiera así que debo empezar a actuar, al menos hacer que me guste de cierta manera.... Supongo que la luna de miel no me disgustara tampoco.

Me pierdo en llamadas con la me ayuda organizarla casi todo el día, aún no he elegido mi vestido y ella sigue y sigue insistiendo en hacer cita para esa compra y que ya avisé a mis madrinas de bodas.

Ya tengo en mente a la perfecta madrina de bodas.

Hasta cierto punto todo iba bien este día, hasta que recibo esta llamada.

—¿Hola?

—Bianca, enana estoy en problemas

—¿Gabriel?

—Por favor ven a mi casa — dice en llanto, todos mis sentidos se alertan. Jamás lo había escuchado así.

—¿Qué pasa? Dime

No recibo otra respuesta de él, la llamada se cuelga y solo me deja con mi dudas más. Esto tampoco solo lo va a joder todo. 







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