Escorpiones

¡Te necesito idiota!

Bianca

—Bianca — la voz de Malek hace que me detenga a mitad del camino y lo voltee a ver —necesito hablar contigo.

—Dime.

—El trato con los empresarios Owen y Cristian esta por cerrarse y necesito que revises el contrato para que puedas darle el visto bueno y firmemos los tres.

El me tiende el folder donde está todo eso impreso, lo observo brevemente y asiento.

—Lo revisare cuando vuelva, no te prometo querer firmar con ellos... no me agradan. No me dan confianza.

—No entiendo, es algo bueno para el negocio de ambas mafias — me contesta con voz dura.

—Si veo eso pero no creo sea el momento adecuado.

Malek bufa y mira hacia el techo, como si la paciencia que tenía ya se le termino en este momento. Me mira de forma diferente, ya no parezco ser su dulce muñeca sino una molesta colega con la que tiene que lidiar. Sus ojos ya no son suaves sino tensos, enojados.

—Ya... solo porque yo he traído estos nuevos socios y no me tienes confianza a mi así que no confiaras en ellos.

—Eso no es lo que dije Malek.

—No, no tienes que decirlo siempre has trabajado por tu cuenta solo con tu hermano de por medio. Tu fuiste la que propuso hacer socios con las mafias del mundo pero eso de socios no va funcionar su no sabes trabajar en equipo Bianca.

Bianca... ya no muñeca o amore. Esta cabreado.

—Mira, hablaremos de esto cuando vuelva en este momento no puedo — le digo, ignorando el nudo que se está formando en mi estómago.

—Claro que no puedes, déjalo así — él se da la vuelta volviendo por donde vino sin querer mirarme.

Suspiro frustrada, no tengo tiempo para eso él se puede ir a comer mierda si quiere no suelo tener paciencia tampoco y este se cree que me puede dejar hablando sola en el pasillo así como así. Se que está molesto... y que lo mejor sería que hablara con el luego. Lo dejare ir por ahora tengo algo más urgente y es correr a la casa de mi mejor amigo.

Probablemente el solo volvió a meterse en problemas y solo me está asustando de más. Tal vez pasar rápidamente y pedirle un consejo a Claire de cómo hacer esto sola si se pone más feo. Voy directo a su dormitorio pero en el camino Gael me ve.

—¿Dónde vas escurridiza?

—A ver a Claire.

—Ella no está en la casa — me informa y como se ve tranquilo supongo no le ha pasado nada malo a mi cuñada.

—¿Y en donde esta?

—Salió de la ciudad para ayudarle a Daniel con algo, entregar algo creo. Se fue desde la mañana.

—Ya veo, bueno regreso luego — comienzo a caminar a la salida.

—¿A dónde vas?

—Tengo algo que hacer — Gael tomo eso como suficiente información que saber de mí, nunca suelo conversar con el mucho acerca de mi trabajo o de lo que me tenga que encargar así que sabe dejarme sola y es algo que agradezco en ocasiones. Pero ahora no se, quisiera que se tomara la preocupación de saber si iba a hacer algo peligroso. Pero borro la imagen de mi mente, es solo mi mejor amigo en problemas nada que no pueda resolver yo sola.

....

Llego a su apartamento bastante lejos de la ciudad prácticamente a los límites y con cada paso que me acercaba solo escuchaba silencio y en Gabriel eso es preocupante. Toco la puerta pero esta se abre con un golpe, la puerta parece haber sido forzada.

Maldita sea

Saco mi pistola en posición de alerta para disparar a lo que se me cruce que no sea él. Reviso todo el apartamento de manera sigilosa y está totalmente vacío. Bajo la guardia y guardo el arma, veo la mochila de Gabriel y corro a esta. Esta su computadora lo que es bueno y el resto de sus cosas aquí entonces algo muy malo le paso, el nunca saldría sin esta mochila y su maldito aparato.

Al lado de la mochila hay una nota doblada, suspiro con un manejo de nervios que está al borde de explotar, algo le paso a mi mejor amigo y una puta nota solo me da ganas de gritar porque tampoco indica nada bueno.

La abro

Tu amigo es nuestro ahora, si deseas verlo vivo de nuevo, se obediente.

La nota esta impresa sin firma de nadie lo cual no me da pista de quien podría tratarse. ¿Obediente? No entiendo a qué se refiere con eso. Un sonido repentino me hace saltar en mi lugar, mis nervios a mil no me ayudan en este momento, prácticamente saque el arma instintivamente pero me percato que es el sonido de mi celular.

Una llamada anónima. Controlando el temblor de mis manos contesto.

—¿Hola?

—Leíste la nota — no era pregunta, es como si supiera como si me vigilaran en este preciso momento.

—¿Qué quieres?

—Te mandaremos una dirección

—¡No quiero una puta dirección dime que quieres y devuélveme a mi amigo!

—Dije obediente — la voz masculina se escucha calmado, sabe muy bien que me tiene en sus manos.

—¿Qué quieres? — repito más calmada tratando de pensar con la mente fría.

—Tienes hasta esta noche para venir, totalmente sola sabremos si traes a alguien contigo. Tu amigo morirá si no obedeces las siguientes indicaciones. ¿Me estas escuchando Greco?

Esa voz no la reconozco pero no debo ser adivina para saber que tienen secuestrado a Gabriel. Pienso lo más rápido que puedo, no arriesgare a Gabriel así que debo ir sola, tampoco creo reciba mucho apoyo. No es que tenga muchas opciones. Tengo que hacerlo. Cuelgo la llamada si querer decir nada más, ya recibí las instrucciones ahora depende de mí.

Quiero llorar de la impotencia, mis sospechas de quienes pueden ser los causantes detrás de esto son evidentes para mí. Gabriel me estaba ayudando y ahora él va a pagar por mi culpa.

Limpio el par de lágrimas que se derramaron y tomo de nuevo mi celular para encerrarme en el baño del apartamento. No dudo y le marco a Malek. Se que debería hacerlo sola pero él se encambronaría más conmigo si no me atrevo a pedirle ayuda.

Los pitidos suenan pero no contesta en el primer intento, ni en el segundo, a la tercera llamada al fin contesta.

—Dime Bianca.

—Necesito tu ayuda en algo.

—Justo ahora estoy muy ocupado, cuando vuelvas me dices.

—No pude ser luego, necesito tu ayuda ahora.

—Luego — repite sin emoción, como su no le importara en absoluto. Comienzo a entrar en desesperación.

—¡Te necesito idiota!

—Ahora no muñeca — cuelga.