MalekAl volver me fue ruidoso no sentir cierta presencia en la casa. Aunque sea una mansión simplemente suelo sentir su presencia. Así que intento buscarla, debe estar molesta pero lo mejor sería hablar con ella. Tal vez no debí hablarle como le hable pero estaba ocupado, irritado con ella por su reciente comportamiento. Aun así quiero verla.
—¿Has visto a tu hermana? — le pregunto a Daniel.
—No, pero debe estar en casa.
—Hmm
Volteo a ver a Gael quien está comiendo una galleta como si su vida dependiera de eso.
—¿Y tú Gael? — pregunto él y el levanta la mirada aun comiendo y tragando rápidamente.
—No la veo desde hace horas de hecho, pero es normal que salga todo el día. Suele estar ocupada.
En este momento Daniel parece prestar más atención.
—Imposible, hoy tenía el día libre. Ella misma me dijo que lo necesitaba — dice en un tono que solo altera mis sospechas.
Algo malo ha pasado. Por muy terca que sea mi muñeca no la veo capaz de desaparecer por horas. Claire entra a la habitación y Daniel es el primero en preguntarle si ha visto a su hermana.
—Pajarito dime que has visto a Bianca hoy.
—Amm no, volví hace horas pero no la he visto en todo el día ¿pasa algo?
—Diablos — espeta.
—¿Daniel? — le pregunta Claire.
—Hazme el favor de buscarla en el invernadero, yo iré a su habitación — ordena Daniel, Claire asiente.
—La acompaño — le digo acompañándola unas pasos detrás.
En mi interior enserio deseo encontrarla encerrada en el invernadero, manteniéndose ocupada todo el día por que está molesta conmigo pero Claire y yo entramos y está vacío y abandonado. Aprieto los puños al sentir cierta impotencia.
Al pasar más horas llega la noche y no hay respuesta de mis mensajes y llamadas ni de nadie más. Es como si su teléfono estuviera apagado. Han pasada muchas horas desde la última vez que la vi, la última vez que me hablo solo me pedía ayuda en algo y no escuche cuando más debí. Mi instinto grita que algo malo le paso a mi muñeca.
Recurrimos a pedir apoyo a lo que Owen y Cristian no dudaron en unirse a la búsqueda, están preocupados como nosotros. Daniel no parraba de hacer llamada tras llamada, consiguiendo la mayor cantidad de gente posible para la búsqueda. Por los indicios se trata de un secuestro, y Bianca es prácticamente la emperatriz de la mafia víboras lo cual no tiene muy preocupados lo que podría estar sufriendo.
Claire y Gael salieron hace ratos vigilando las calles y no hemos recibido ninguna buena noticia de parte de ellos. Así que decidieron volver a la casa. Por suerte Claire llega con una idea en mente.
—¿Lograron contactar con el amigo de Bianca hacker? — pregunta.
—No, tampoco hay señal de el — contesto. Esto también me da mucha mala espina.
—Entonces deberíamos pedirle ayuda a los Lobos rusos — propone la prometida de mi socio. Lo miro a él y parece confundido con la propuesta — en nuestra boda llegamos a conocer que unos de los hermanos sabe mucho de softwares ilegales y que hackea muy bien según sus hermanos así que podría ayudar a localizar el teléfono de Bianca.
Daniel le sonríe —Sabia que me case con la mujer indicada.
Bianca
La sangre perdido me hace ver sin claridad y respirar con dificulta. No es mucha como para morir desangrada, estos torturadores saben lo que hacen con los cortes que me hicieron en la espalda combinado con el ahogamiento en la cubeta tratando de romperme lo mejor que pudieron. Me siento derrotada pero jamás daré esa satisfacción a ningún ser existente, no hasta mi muerte.
El dolor llego a punto que me desmaye en el suelo. Cuando despierto estoy en una camilla en el mismo sótano pero conectada a una bolsa de sangre y por la falta de dolor supongo también me han aplicado un sedante. Claras intenciones de recuperarme. Lo cual no entiendo si parecían tener intenciones de torturarme hasta que hable o muera.
Al estar soñolienta me cuesta abrir los ojos por completo, logro distinguir entre la vista nublosa un hombre de aspecto familiar. Quien está examinando a lo que estoy conectada.
—Ya despertaste — dice.
Esa voz
Reconozco esa voz
Mis vista se vuelve fija y a quien veo frente a mí se sorprende por completo.
—¿Gabriel? Por dios ¿estas bien? ¿Qué haces aquí?
El procede a sentarse junto a mi sonriéndome de una manera que comienza a ponerme incomoda, y que la alegría de verlo vivo vaya disminuyendo. El ya no parece mi mejor amigo que conozco de toda la vida.
—Hay mi pobre Bianca, me duele enserio hacerte esto.
—¿Gabriel?
—Se que tal vez no me perdones.
—¿De qué diablos me estás hablando?
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Escorpiones
Romance¿Una serpiente y un escorpión pueden llevarse bien? Bianca Greco una mujer italiana independiente que sabe lo que quiere y hará todo lo necesario para dar a comprender su valor en el mundo de la mafia. Se encuentra con uno de los mafiosos más podero...