— ¿Tenemos un hijo? — fue lo primero que dijo después de salir de su trance — ¿S..soy papá?
— Bueno, en realidad... — me interrumpió.
De un momento a otro su rostro se había transformado. Una enorme sonrisa lo adornaba y sus ojos permanecían completamente abiertos.
Maldita sea, creo que comenzaba a ilusionarse.
— ¡Quiero conocerlo! — me tomó de la mano — ¿Cuántos años tiene?, supongo que ya esta algo grande, ¿No? Bueno, no importa quiero saber de él... ¿O es niña? — juro que vi sus ojos brillar — ¿Viene contigo? ¿Cómo se llama? — tantas preguntas que hacía, no me dejaban procesar.
— Alfredo, tranquilo. — reproché.
— ¿Por qué no me lo habías dicho desde antes, Mariana?
— Es que...
—¿Le has hablado de mí?
— No.
— Ouh... — miró cabizbajo — Supongo que no ha de saber quién soy, ¿Ver...
—No, Alfredo. No sabe quien eres y tampoco le hablé de ti... — suspiré hondo — Porque aborté, Alfredo.
Sentí que me estaba quitando un peso de encima. Bien lo había dicho, Alfredo tenía el derecho a saberlo. Pero mi calma se fue al notar como me comenzaba a ver.
— ¿Qué hiciste qué? — no se necesitaba ser un profesional o conocerlo, para saber que estaba enojado.
Bastante.
— Todo tiene una explicación. No era el tie...
— ¡Eres una puta egoísta, Mariana! — exclamó — ¡Cómo carajos te atreviste a quitarle la vida a mi hijo!
(El más provida, jajaja okno u.u)
Me había quedado muda y no sabía si era por el miedo o impresión de verlo así.
— ¡¿Te das cuenta la clase de m.. en lo que te convertiste?!
— Las cosas no sucedieron cómo te las estás imaginando. Yo no...
— ¡CÁLLATE! — sus ojos estaban ligeramente rojos y cristalinos. ¿Iba a llorar? — ¿No te remuerde la conciencia? Por tu culpa un pequeño inocente murió.
— ¡PUTA MADRE, ALFREDO! ¡ES QUE NO ME DEJAS EXPLICARTE! — me di cuenta que ahora yo había elevado la voz cuando solo escuchaba el silencio en nuestro espacio y bajo el volumen la música del establecimiento.
Comenzó a negar volteando a los lados para ignorarme.
Me paré de la silla tomando mi bolso para rodear la mesa y pararme enfrente de él. Comencé a señalarlo presionando mi dedo contra su pecho.
— El único pinche egoísta aquí, eres tú. Creyendo que sólo tu opinión importa. — mi cuerpo se giró, pero antes de irme necesitaba aclararlo — El aborto fue un accidente, yo ni siquiera sabía que estaba embarazada. Y no, no me puse feliz por lo que pasó, porque no es fácil cargar sola con un suceso tan desagradable como lo fue... Buenas tardes, Alfredo.
Mi voz se quebró.
Atravesé el biombo que dividía las "salas" dirigiéndome a la salida. Iba tan enojada y frustrada que ni siquiera le respondí a quien seguía en la entrada.
No supe en realidad cuanto caminé pues en ese lapso de tiempo solo venían a mi mente las palabras de Alfredo. Tanto que me había costado cerrar esa herida para que él, con solo cuatro simples, pero fuertes palabras; me hiciera mierda otra vez.
Le hice una seña al primer taxi que vi y afortunadamente este venía disponible, le di algunas indicaciones y tomó rumbo al departamento.
Después de haberme aguantado casi todo el camino y tener esa sensación en mis ojos, derramé una lágrima de las varias que estaban acumuladas y me cegaban.
Rápido la limpié y traté de calmarme respirando varias veces. No iba a llorar.
Aventé mis cosas al sofá pero al parecer estas no cayeron en él.
No me importó.
Sabía que Alfredo estaba equivocado, claro que no había sido mi culpa. Aunque de lo que si estaba segura, es que era culpable de haberme quedado cuando bien sabía que no era lo correcto.
Quizás si le hubiera hecho caso a mi ¿Intuición?... Nada de esto hubiera pasado. Pero estando él y yo aquí, tarde o temprano nos encontraríamos y él lo sabría.
No era justo llevar esa carga yo sola.
Bendito Dios tenía la mitad en borrador sino, me hubiera tardado más Ggg...
Cortito 🥹sé que les debo más, pero realmente es difícil que llegue la inspiración y no lxs quiero dejar sin historia... besos🫰🏻
