La yema de su pulgar comenzó a jugar con mis labios, pasándola suavemente por encima de ellos y provocando que me diera un cosquilleo.
— Alfre... — calló mi boca con un profundo beso.
Beso que yo también seguí.
Empezó hacer un vaivén de mi cintura hasta mis piernas con ambas manos, pero con el detalle que al subir de nuevo sus caricias rozaban con mi piel por debajo de mi falda.
Involuntariamente llevé mis manos detrás de su nuca, haciendo una especie de entrelazo.
El alcohol me estaba haciendo una mala jugada.
En un movimiento ágil me tomó de ambas piernas, cargándome y sin dejarnos de besar comenzó a caminar a no sé dónde.
Sólo escuché el portazo y supe que ya no estábamos precisamente a la vista de cualquier persona.
Sentí algo suave en mi espalda y como me empezaba a recargar en el lugar, era su cama obviamente.
Hizo una pausa para desabotonar su pantalón y cinturón, dejándolos caer por completo al suelo quedando en bóxer solamente.
Seguido se subió encima mío sin aplastarme, me estaba dejando llevar por los besos húmedos que repartía por mi cuello y boca.
Siempre los había imaginado.
Solté un jadeo al sentir su bulto rosando con mi feminidad. No quería admitirlo pero en realidad me estaba volviendo loca en estos momentos.
No supe en qué momento había desabotonado los broches de mi jumper y también había subido mi blusa y sostén. Pues sentía sus labios jugar con mis pezones, chupándolos y darles pequeños mordiscos.
— Mmm.... — suspiré entrecortadamente, cerrando los ojos.
Escuché como soltó una pequeña y casi inaudible carcajada.
Nuevamente sus manos se dirigieron a mis piernas y subieron por mi cadera, así empezando a jugar con el elástico de mis bragas.
Y así sin previo aviso, las deslizó aventándolas por algún lugar de la habitación.
¿Qué si sentía pena?... No. O bueno, algo.
Pero el alcohol me estaba dando un empujoncito. Porque de otra manera esto no estuviera pasando, no en mi mundo real.
Abrió mis piernas, comenzando a bajar su rostro por el lugar. Besando la parte interior de mis muslos y una que otra vez con su legua dejar un camino húmedo.
Pero empecé a sentir su tibio aliento en mi zona. Mi corazón comenzaba a latir rápido.
Pasó su lengua de arriba hacia abajo por mi entrada e introduciéndola un poco, para luego detenerse en la parte de arriba y empezar a succionar mi clítoris.
¡Mierda!.
Esta sensación era nueva, pero TAN placentera.
La mejor manera de describirlo, era decir que me sentía en las nubes.
¿Era momento de decirle?, ¿Qué tal si solo se reía de mí?.
Yo le estaba entregando algo muy importante para mí. Que no cualquiera apreciaría.
Además, supuestamente él tenía nov...
— Ahhh... — gemí cuando lo sentí entrar.
— Eres igual de deliciosa y perfecta, como siempre lo imaginé. — dijo con voz ronca.
Pero en ese momento no presté mucha atención a sus palabras.
Volvió a tumbarse encima de mi volviéndome a besar, pero más cariñosamente.
Clavé mis uñas en su espalda cuando empezó a moverse. Qué aunque empezó algo lento, para mi todo esto era nuevo.
No podía "concentrarme" en una sola cosa. Me gustaba como se sentían sus besos, como masajeaba mis pechos y como se empezaba a sentir mi feminidad.
A medida que pasaba el tiempo, Alfredo comenzaba a aumentar su velocidad.
Sólo se escuchaban nuestros cuerpos chocar, nuestras respiraciones agitadas y uno que otro gemido o jadeo.
Me sentía de maravilla.
— Me estás volviendo loco, Mariana. — gimió.
Ya somos dos, entonces.
Entonces volvió a tocar y masajear mi clítoris haciéndome jadear.
De dónde sabía tanto... Bueno, creo que era más que obvio.
Pero aún así era impresionante cómo sabía dónde tocar para hacerme sentir placer.
Empecé a sentir algo dentro de mí, y no precisamente era él.
Algo se acumulaba dentro de mí y sentía mis piernas temblar. Y él gemía más fuerte, acompañándolo con gruñidos.
— A... Alfredo... — gemí — ¡Dios mío!.
— Ahhh... Mariana. — sentí como dio un último movimiento acompañado de una serie de espasmos.
Sentí cómo salió lentamente y se tumbó a un lado mío.
Sus brazos no tardaron en rodearme y mis ojos comenzaron a pesarme cada vez más.
Qué acababa de pasar...
...
Escuché como cambiaron de canción y esta se escuchó a todo volumen.
Para lo cual, me hizo abrir los ojos y levantarme rápido.
¡No puede ser, me había quedado dormida!.
Desesperada empecé acomodarme mi ropa y ponerme los tenis. Traté de buscar mis bragas por el suelo, obviamente no las dejaría aquí, ni que fuera una descarada.
Pero no tuve suerte.
En la cajita que estaba encima de algo, marcaba las 00:40 a.m.
Seguramente castigada, ya estaba.
Resignada salí de aquella habitación y ahora sí corrí por el pasillo, bajando los eternos escalones.
Aun ellos seguían afuera, o bueno, los que quedaban.
Sólo Iván, Priscila y Alejandro. La única que se dio cuenta de mi presencia fue Priscila.
— Hey, ¿Todo bien?.
— Sí. — contesté buscando mi celular.
Hasta lo ebria se me quitó.
Cuando lo encendí tenía seis llamadas perdidas de mi mamá y papá.
— Ya te quieres ir, ¿Quieres que te llevemos?. — preguntó amablemente.
Negué.
— No, no gracias. De hecho, me están esperando afuera. — en parte era verdad — Pero, ¿Me guiarías a la puerta?.
— Claro. ¡Amor!, ahorita vengo. — le gritó a Iván, quien sólo asintió.
Me despedí con una seña de mano, sólo de Iván.
Cuando menos lo pensé ya estaba en camino a mi casa.
Bendito sea...
Como seguía aun algo nerviosa, empecé a jugar con mis manos y noté que no la llevaba puesta.
— No puede ser. — susurré.
— ¿Todo bien señorita?. — preguntó el copiloto.
— Sí, sí. Todo bien.
Obviamente nada estaba bien.
![](https://img.wattpad.com/cover/343702726-288-k677180.jpg)