Gold Rush

3.3K 173 6
                                    

Pablo:

―Estuviste muy callado durante toda la cena―Aurora entrelazó su brazo con el mío después de bajar del auto para dirigirnos hacia nuestra casa―. ¿Pedri y tú pelearon?

―No, ¿por qué lo piensas?―pregunto tratando de disimular la pesadez que se asienta en el fondo de mi estómago que hace que me sienta mareado de alguna forma.

―La verdad es que no tengo idea, es tan solo... Un presentimiento―confiesa Aurora.

―Pues presientes mal―contesto y le revuelvo el pelo solo para molestarla, realmente odia que lo haga, pero a mi me divierte la cara que pone cuando se enoja.

―¡Oye!―se queja y me da un puñetazo en el estómago―. Estamos a mano―dice y sale corriendo hacia la casa, soltando una risa.

Niego con la cabeza.

Cuando llego a mi habitación lo primero que hago es cambiarme, no me apetece nada más que meterme en cama y cuando lo hago, me doy cuenta de que ha sido una mala idea, el sentimiento de malestar no desaparece.

Tal vez soy demasiado débil, pero no me resisto cuando su rostro aparece en mis pensamientos.

Recuerdo lo que había ocurrido hacia solo unas horas.

Íbamos cero a cero en el marcador y casi terminaba el segundo tiempo, sólo quedaban veinte minutos para que el partido acabara, el tipo del otro equipo no había dejado de marcarme desde que había pisado el campo, si bien no parecía que nos pudieran ganar, por lo menos, ellos querían que nosotros perdiéramos.

El tipo ya estaba cansado y yo no había desprendido el ojo del balón durante todo el partido, es por eso que en cuanto se descuidó, tal vez porque creyó que ya era un caso perdido, aproveché y pedí el balón, Pedri me vio y fue un pase realmente perfecto.

Un gol perfecto.

Quería dedicárselo a mi familia, así que corrí hacia ellos.

Mientras los buscaba, la vi a ella.

Durante ese momento solo fue ella.

No me había dado cuenta de que me había detenido, había dejado de correr y no podía hacer más que mirarla sonreír y saltar y aplaudir...

No la conocía, pero estaba seguro de que la había visto antes.

El momento terminó cuando Fernando González apareció en mi campo de visión, vi como ella y él celebraban y entonces caí en cuenta de que solo podía ser Alexandra Agüero, la novia de mi mejor amigo.

Aún así, quise creer que no.

Cuando la vi fuera del campo, con mi familia y la de Pedri, quise creer que era otra persona.

Tenía esperanza.

Pero fue en vano.



Alex:

―Papá dice que tenés que levantarte, ya son las dos de la tarde―Benja me había abierto un párpado con su dedo antes de hablar para despertarme.

Agradecí que esta vez no fuera agua.

―Solo cinco minutos más―dije y me revolví en la cama para darle la espalda.

―Como quieras, yo ya te avisé―dijo Benja, en cuanto escuché que se cerraba la puerta volví a sumirme en mi sueño.

Una gran pasarela apareció y de repente Don't Blame me de la maravillosa Taylor Swift comenzó a sonar y ahí estaba yo, cantando detrás de bambalinas mientras le daba los últimos toques finales a los diseños de las modelos. En cuanto le di la señal, la primera salió, una ovación y suspiros del público comenzaron a escucharse.

IT'S JUST A GAMEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora