Capítulo 7

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Emily

Cole Torrance emana peligro, poder y supremacía. Mi mirada pasan de sus ojos al tic de su mandíbula sincelada, es cómo si, su rostro a sido esculpido por lo mismo dioses, veo en su rostro una mirada de ira y irritación al mismo tiempo.

—Idiota! Qué pasa contigo?— le grita el chico rubio tocándose su mejilla ya golpeada— Tú quién diablos eres?! Eh! Solo bailábamos.

Cuando el chico se dirige para encima de Cole, Drystan lo de tiene con una mano en su pecho agarrándolo con fuerza— Oredene señor— Cole se acerca y le susurra algo a los oídos a Drystan, su mirada pasa de él a mi y asiente— como ordene.

—¿Emily sucede algo?— Rubén y los chicos y las chicas llegan a mi lado , Rubén coloca su palma en mi espalda baja, Cole baja la mirada de mis ojos hacia donde estan las manos de Rubén y veo en sus ojos enojo y observo el tic de su mandíbula apretada cómo si estuviera a punto de romperse.

—No, todo esta bien— luego le digo al señor Cole con voz tímida — Muchas gracias, de verdad.

Cole no dice nada y cuando esta apunto de irse se detiene frente a Rubén mirándolo con esa mirada tan intimidadora y con voz amenazante le dice — Para la próxima tienes que estar más pendiente a tú cita— con eso se retira y lo veo subir escaleras arribas en el club.

—¿Segura que todo esta bien?

—Nada grave, podemos irnos?

*****

Después de que Rubén dejó a los chicos, me trajo a la mansión. Durante el viaje a la mansión no pasamos más de tres palabras, el ambiente se sentía pesado e incómodo.

—Gracias por dejarme— le ofrecí una sonrisa no tan genuina. No sé en qué hubiera terminado todo si el señor Cole no hubiera aparecido justo a tiempo, la manera en cómo me tocó a quel  chico sin mí permiso me trajo recuerdos de mi infancia que estaban guardados muy profundos en mi mente.

7 años atrás:

Recuerdos

Estoy en la pequeña cocina preparando un poco de pasta, por el rabillo del ojo veo entrar a Fran, mi corazón empieza a latir fuerte mente, el pánico, el miedo y los nervios entran en mi. Fran entra en la estancia y cuando estoy apunto de invertir la salsa el se acerca de tras de mí y empieza a oler mi cabello por detrás.

—Mmm- hueles también Mily..— posa sus dos manos en mis caderas, observo el pequeño juego de cuchillos que esta frente a mi, mis manos tiemblan por agarrar uno de los cuchillos afilados y acuchillarlo con el. Fran siempre huele a alcohol y a hierba, su olor invade mis fuerzas nasales y me da náuseas. Odio a ese hijo de puta.

Agarro uno de los cuchillos y  de prisa me volteo haciéndolo retroceder 2 pasos de mi, apunto, con la punta del filo apuntando a su garganta con manos temblorosas y veo cómo traga saliva —Si-vuelves-a poner... una de tus sucias manos en mi cuerpo juro que enterraré este cuchillo en ti.

El hijo de Puta empieza a reír— Sabia que eras brava Mily, no te pareces en nada a tú mamá.

—Sal de la cocina! Ahora!.

Fran levanta las manos en rendición y con una risa se va, pero antes de irse se detiene en el marco de la puerta.

—Me la vas a pagar maldita Perra, me daré un rico festín contigo.

Presente:

Al llegar a la mansión, saludo a los de seguridad afuera y cuando me adentro veo que ya algunas luces están apagadas. Camino con pasos silencioso hasta que  escucho pasos en la escalera y una voz me hace pausar mis pasos.

—A mi oficina Emily, Ahora— suspirando lo sigo al largo pasillo. Abre unas de las puertas dobles  y espera a que yo entre primero, luego de que estemos adentro  cierra las puertas. Su oficina tiene un enorme escritorio, detrás del un enorme estante con libros, el lugar esta decorado con cuadros de Da vinci  y uno que me llamó mucho la atención, un cuadro de Pablo Picasso, es una pintura al óleo. Al parecer yo y este hombre al menos tenemos algo en común. Creo que le gusta  y conserva el arte.

Se quita su saco negro y lo pone en su asiento detrás del escritorio, lo mismo hace con su chaleco, se afloja la corbata y se alza hacia arriba las mangas de su camisa blanca. Con pasos lentos se acerca a mi rompiendo el poco de espacio, mis nervios se disparan. Por más loco que suene... pero no me siento incómoda con su cercanía, siento nervios pero me gusta que este serca de mi, me gusta el Peligro que emana.

—Quiero darte las gracias por lo de esta noche,  no sé que...— Cole alza una mano y pone un dedo en mis labios silenciandome. De repente me entraron ganas de abrir mis labios y lamer su dedo dentro de mi boca. Pero ¿qué diablos estás pensando Emily?!.

—Voy a besarte, quiero saber a qué saben tus labios.

Casi me quedo sin palabras, miles de preguntas y pensamientos pasaron ahora por mi mente. No, no lo arruines Emily, piensa en tú mamá, piensa en lo que dijo la señora Meredith.

—No, no está bien— casi lo dije en un susurro, la respuesta era un si.

Cole suelta una risa ronca, pasando sus dedos detrás de mi nunca, acerca su cara a mi oído.

—Yo no te lo estaba preguntando, Emily.

Hola mis queridos amigos lectores! aquí les dejo un nuevo capítulo.

Peligroso Deseo +18 [libro 1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora