Peligroso Deseo +18 [libro 1]

Capítulo 39

El karma siempre encuentra su camino.

Emily.

En estos momentos mi mundo parece reducirse a una fina línea entre la vida y la muerte. La resignación se siente en mi pecho, en estos momentos el único rostro que puedo ver es el de Cole con promesas incumplidas y mierda cómo debí haberme despedido, no tengo espacio para la esperanza y ahora mucho menos para la lucha.

Un estallido de un disparo me hace estremecer, mis ojos por impulso se cierran, mi respiración se hace pausada.

—Oh mierda!.— la voz de enojo y dolor de crow junto con los quejidos de desesperación de Fran se hace eco por igual.

Mis manos que aún no sabia que están cubriendo mi cara me obligo a bajarlas, al no sentir el dolor abrazador de una bala en mi frente, ni en ninguna en otra parte, solo los malditos dolores de los golpes y el sabor metálico de la sangre en mi boca, tanto la sangre de Fran y las de mis labios partidos.

Mis ojos se habrán de par en par mientras mi mente trata de procesar todo. Dystran y el guardaespaldas que me fue asignado están apuntándole con un arma a Fran, el cual está de rodillas mientras llora agarrando su asquerosa polla , eso me hace sentir con algo de triunfo por un lado y por otro lado Crow agarrando su muñeca llena de sangre y Cristo, el mismísimo diablo, Cole Torrance, con una mirada que nunca jamás e visto en su rostro, un cruce entre lo atractivo y el aterrador peligro, la expresión de su rostro podría a ver congelado el mismísimo infierno, las cosa más aterradora que nunca e visto.

—Cole.— suelto con un sollozo tan profundo desgarrado mi alma. Él se apresura hacia mi llevando mi cabeza hacia su pecho.

Puedo sentir la violencia en él.

—Shhh, todo está bien mi amor.—mis sollozos se hacen aún peor.

—Lo siento, lo siento.—agarra con sus dos manos mi cabeza llevando su mirada hacia el. La rabia es palpable en sus ojos, sus manos se tensa en mi cabeza.

—No tienes que pedir disculpa por nada Emily. Voy hacerles pagar, es tanto así, que van a rogar por la muerte.— su mirada recorre todos mis golpes que quizás tenga mi rostro en estos momentos, hay preocupación en sus ojos, como si mi dolor fuera su dolor. Siento un profundo dolor insoportable en mi estómago, como si estuviera privada. Cada palabra que dijo está sellada con un propósito oscuro.

Hoy se derramará sangre.

—Debí haber venido antes mi reina, habría venido antes pero...—su mandíbula se aprieta.

—Estás aquí, viniste por mi.— toso sangre, los dolores se siente peor cada segundo qué pasa.— llévame a casa.

—No tienen idea del infierno que han desatado, así que prepárense.— la voz de Drystan me hace mirar en su dirección, su mirada está fija en Fran y Crow.

—Déjanos marchar, o te juro que mataré a esa zorra.—la risa de Cole llena de ira resuena.

—¿De verdad crees qué tienes oportunidad de hacer algo?— oh Dios mío.— ¿Crees que tienes el maldito control?.

—Si nos matan, irán a la cárcel.— esta vez habla Crow.

—¿Ahora pregúntame porque debería preocuparme por eso?.— mis labios se curvan hacia arriba en una sonrisa de diversión y maldad.—Marca al doctor Rivers, Dystran, lo quiero lo más rápido posible en la mansión, en cuanto llegue con Emily lo quiero justo ahí.— el dolor agudo y punzante y una sensación de malestar abrumadora hace que no pueda estar de pie, Cole me toma en sus brazos antes de que pueda caer de rodillas.

—¿Qué quieres que haga con ellos señor?.—mis ojos estudian el rostro de Cole, y solo puedo ver al mismo diablo.

—Al sótano.—asiente.