Capítulo 46

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Vuelves mi mente un caos.

Emily

Esta mansión siciliana es todo lo que esperaba cuando la vi por fuera. Al cruzar la entrada, lo primero que puedo ver es el vestíbulo principal, con piso de mármol pulido hasta el extremo y unas escaleras dobles altas.

—Bienvenida, Señorita Torrance —nos recibe una mujer de mediana edad. Lleva su cabello negro en un moño bajo delicado y un vestido negro sin forma, solo liso.

Sus ojos pasan de Cole a mí, haciéndole una pregunta silenciosa.

—Esta es Emily, Leonora, mi prometida —mi corazón se acelera.

—Un placer, Señora Emily. Soy la ama de llaves, en realidad, la encargada de la casa.

—Me puedes decir Emily, así está bien —ella sacude la cabeza con una risa cálida.

—Es inapropiado —su mirada se dirige hacia Cole—. Su habitación está remodelada y el pasillo de abajo también lo está.

—Tengo que resolver algo en estos momentos. ¿Estarías cómoda si Leonora te muestra la mansión? Aparte, hay una pequeña sorpresa para ti, Leonora te llevará ahí. —Asiento.

Siento que me voy a divertir mucho conociendo este lugar, todo se ve antiguo, lleno de historia. ¿A qué adolescente de 18 años le regalarían una mansión como esta? Claro, a un Torrance. Las personas de dinero viejo y adinerados no saben lo que es echarle agua al shampoo.

—Sí, estaré bien. —Cole besa mi frente, el gesto me parece tierno.

—De acuerdo, mi reina. En una hora llegarán varios vestidos, elige uno para la noche de mañana. —Mis cejas se fruncen.

—¿Saldremos a alguna parte?

****

La compañía de Leonora se siente bien. Esta mansión tiene más de 100 años de construida, con una historia trágica no contada del todo. No me quiero imaginar el precio para poder adquirir algo como esto.

— En total son 16 habitaciones, un salón principal y una biblioteca. Estoy segura de que este será uno de tus lugares favoritos. —Ella tiene toda la maldita razón.

Las estanterías llegan hasta el techo y las ventanas, cubiertas con cortinas pesadas, hacen que el ambiente sea más calmado.

—¿Te gusta la literatura? —le pregunto a Leonora, mientras paso mis manos por los libros polvorientos.

—Para nada. ¿Usted lo hace? —lo supuse, es una pena.

—Sí, aunque ya no lo hago. Para mí, los libros son como puertas a un universo, o varios en realidad, que solo existen en mi imaginación. Por igual, amo hacer bocetos, la única diferencia es que los bocetos son mi forma de crear los míos propios.

—Interesante. —Leonora toma uno de los libros y pasa su mano, un poco envejecida, por la tapa dura del libro.

—¿Sabes algo, Leonora? —Sus ojos pensativos ahora se fijan en mí.

—Sí. —Me incita a hablar.

—Las historias de los libros me dan ideas, me dan el alma para mis bocetos. Es como si lo tuviera que trasladar al papel. —Leonora me sonríe satisfecha.

—Con respecto a eso, usted va a amar la sorpresa que le tiene el señor. Acompáñeme, por favor, señorita.

No me da tiempo a responderle, se da la vuelta y empiezo a seguirla. Bajamos por las escaleras al piso principal. Mis manos hormiguean de los nervios.

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⏰ Última actualización: 2 days ago ⏰

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Peligroso Deseo +18 [libro 1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora