Capituló 22

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Emily

Luego de un largo viaje a Cambridge, Cole estaciona el auto afuera de una cabaña estilo victoriana, lejos del centro de Cambridge. Sale del auto y camina hacia la puerta del pasajero y abre mi puerta, con piernas temblorosas salgo afuera y veo todo a mi alrededor, al entrar en el lugar todo es agradable y espacioso y para ser una cabaña alejada del centro de la ciudad todo es elegante.

—¿Qué es este lugar?—Cole se acerca a mi y mete su mano en su bolsillo de su pantalón de vestir.

—Compre esta cabaña hace como 2 años. Aquí es donde pasaremos una agradable semana.— las comisuras de su boca se inclina hacia arriba y me mira cómo si pudiera ver más de mi, lo dice así sin más. Por lo que e aprendido de Cole, le gusta que las cosas siempre se hagan a su manera, él accede y toma lo que sea.

Me acerco a él respirando su olor a cedro, lavandas y cítricos. Cada palabra que suelta por menos significativa que sea, calienta mi piel a una maldita temperatura insoportable y ese es mi miedo, es como si me doblegara por el, cuando está cerca de mi y respirando su aroma es como si hiciera cada cosa que él me pida y eso me suena a obsesión.

Me duele saber que sus besos y caricias serán de otra mujer. Mi cuerpo entra en tensión y ciento una rabia terrible, como si quisiera matar a cualquier mujer que sienta las manos de el.

—No.— apenas sale esas dos letras de mi boca y ya siento que se me va la respiración, la mano de Cole sale disparada hacia mi garganta y me aprieta más fuerte que nunca.

Una risa glutural sale de su garganta, su cuerpo se acerca más al mío y siento su pesado cuerpo duro en tensión.

—Si me vuelves a decir que no, una vez más Emily, te haré sangrar los labios con mi boca.— su mirada es oscura buscando mis ojos y su mandíbula esta apretada. un gemido silencioso sale de mi garganta, de repente me siento húmeda y eso lo provoca el.

Cole me suelta y empiezo a toser frotándome la garganta.

—Ya te dije que no pienso ser la segunda en nada Cole. Nunca lo seré.— lo digo con dientes apretados, aunque no estoy dispuesta a admitir ante el, que odio que toque a otra mujer con las mismas manos que me tocaron a mi por muy jodido que sea.

Cole

Emily en mi vida no es la segunda en nada, ella es la primera. Con esta semana con ella aquí en Cambridge quiero que me pida que rompa un compromiso que estuvo roto desde el principio, quiero arruinarla para cualquier otro hombre, que tenga el mismo deseo y esta jodida obsesión que siento yo por ella.

Y si no termina amándome, aunque yo no la ame a ella... la obligaré hacerlo. La palabra amor con ella no existe, con ella estoy obsesionado, algo jodido de todas las maneras que se pueda ver.

—Ya te dije reina, pídeme que cancele el compromiso y lo hago. Pero en cambio tú serás mi reina.

Veo la lucha en sus ojos y a veces puedo ver la tristeza en ella. Quiero conocer cada parte de su cuerpo y alma, saber que piensa todo el momento, si alguna vez en su vida a amado a un hombre y si es así yo mismo lo mato.

—Creo que te haz olvidado de algo. No me preguntaste si quería pasar una semana contigo en este lugar y eso se supone que no tengo mis ropas aquí.

Pequeña diablilla, una sonrisa sarcástica tira de mi labio al ver lo tan astuta que es mi reina al atreverse a cambiarme la conversación.

—No tienes que preocuparte por eso, todo esta resuelto.

Con mi dedo mayor y índice le indico que me siga escaleras arriba, esta cabaña tiene 3 niveles. Escojo la habitación más grande que se encuentra en el segundo piso. Con una cama king con docel, una lámpara de diamantes que cae del techo, todo está en caoba, abro las puertas del balcón para que entre aire fresco.

—En el armario tienes ropa y en el baño hay artículo de mujer. Si sientes que necesitas algo, más tarde después de un baño vamos y lo compramos.

Emily se dirige al armario y se queda por unos segundos sin tocar nada, dirige una mirada fría hacia a mi, levanto una ceja indicándole que me diga qué sucede.

—Si no te gusta nada, te compro otras cosas al rato, todo a tú gusto. Aunque a decir verdad me gustaría que te pasaras toda semana paseándote desnuda aquí adentro.— Emily vira los ojos hacia arriba.

—¿A cuántas mujeres a parte de mi has traído aquí?—mi reina me dedica una mirada asesina. Mi miembro se pone duro de ver la mirada que me dirige en estos momentos y quiero seguir jalando más de la tira.

—¿Celosa Emily?.— las comisuras de mis labios se levantan hacia arriba.

—Creo que la que te hará sangrar los labios con mi boca seré yo.

Mi sonrisa se hace más notoria y mi excitación recorre todo mi cuerpo, algo oscuro crece dentro de mi, mi dulce Emily es una fierrecilla y eso me hace que me caliente aún más, ella no sabe de todas las formas que la quiero y voy a dañarla. Me quito la chaqueta y la lanzó a la cama, luego siguen mis gemelos y también los lanzo a la cama y voy desabrochando mi camisa con calma

—¿Qué haces?— me pregunta con voz nerviosa y sin quitar la mirada de mi cuerpo y me pregunto qué pasará por su mente en estos momentos.

—Me voy a dar un baño. ¿Quieres venir conmigo?.— le dedico una sonrisa y empiezo a desabrocharme los pantalones.

—Te hice una pregunta Cole.— Su mirada permanece en en sima de mi, puedo oler su excitación desde aquí.

Me acerco a ella y la enjaulo contra el armario con una mano en sima de su cabeza y otra encima de la puerta. Su mano acaricia mi abdomen duro y tranza las líneas de mis tatuajes.

—Solo a ti.



Les recuerdo que aquí van a ver algunas escenas oscuras y fuertes. Escribo cosas algo perturbadoras, mis libros son para personas fuertes de corazón.



 Escribo cosas algo perturbadoras, mis libros son para personas fuertes de corazón

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Peligroso Deseo +18 [libro 1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora