Capítulo 36

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Emily.

Cole me miró con una sonrisa lasciva durante todo el transcurso de la actividad hasta hora, de algún modo su presencia resalta sobre todos, las mujeres al rededor no quitaban su mirada de enzima, al igual que algunos hombres.

Luego de salir de la sala de Artes, me subo al Aston Martín en la parte de atrás, Cole toma asiento a mi lado.

—Sal y toma aire.— su mirada se encontró con la de su seguridad, el cual asintió y salió del auto.

Cole pasa su mano por mis caderas haciendo sentar a horcajadas encima de él. Un grito ahogado sale mis labios al sentirlo duro de bajo de mi, mientras pasaba su pulgar en la parte baja de mi espalda.

—No seria buen..—me silencio hundiendo su rostro de bajo de mi cuello y besándome fuertemente. Cada terminación nerviosa qué hay en mi, pareció sacudirse, empecé a me serme contra él.

—¿Qué tan mojada estás?.— sus manos descendieron por mi pecho apretándolo y descendiendo una de sus manos hacia mí entre pierna, su boca se pegó a una de mis senos, chupándolo y jalándolo a través de la tela de mi vestido. Nuestras respiraciones se volvían cada vez más fuerte. Cole hundió 2 de sus dedos en mi vagina ya que tuvo acceso fácilmente porque no llevaba bragas puestas. tocándome en un punto que solo él sabe, su mirada chocó con la mía y una pequeña sonrisa traviesa curvó sus labios al sentir lo empapada que estaba. Luego agregó otro tercer dedo mientras su pulgar rodeaba mi clitoris por unos largos segundos, mi cabeza estaba inclinada hacia atrás y empecé a montar sus dedos, cuando ya estaba a punto de venirme, Cole retiró sus dedos y un grito de frustración salió de mi garganta, mis mejillas se sonrojaron de la vergüenza al mirarlo a los ojos.

—¿Porqué te detuviste?. Yo estaba... apunto de llegar.— su risa ronca llenó todo el lugar en el auto, y juro que sólo de escucharlo tengo un orgasmo de lo tan sensible que me siento en estos momentos.

—Y lo harás.— sus ojos destellaron algo que no pude reconocer.— pero tratemos que lo hagas en mi polla.

Luego de que desabrochara sus pantalones, sacó su longitud y sentí su punta entrando en mi abertura y lo recibí. Sostuve su mirada mientras empujaba a un ritmo lento y cada vez más fuerte hasta que empecé a sentir una tensión creándose en mi centro.

—Oh Dios Cole.— empecé a montarlo. Encontró mi boca con la suya mientras que nuestras lenguas jugaban y absorbió mi labio superior fuertemente.

—Córrete para mi, mi reina.— Golpeó ese mismo lugar que solo él conoce. Los dedos de mis pies se apretaron y vagina empezó a tener espasmos.

—Eso es. Córrete para mi.— una risa gruesa escapó de sus labios, empezó a tensarse y a soltar gemidos culturales mientras se corría dentro de mi.

Quedé maravillada al ver como su rostro se volvió con una mueca y cerró los ojos. Mi pecho se contrajo de una manera extraña.

Al llegar a la mansión subí directo a nuestro dormitorio pero no antes de encontrar a Brenda delante de mi puerta, mi mejillas se sonrojaron al pensar si podía leer en mi rostro que había cogido. Aún sentía eufórica y me dolía mis piernas.

—Oh, aquí estás.—sus cejas se alzaron.

—¿Me buscabas?.— sonreí.

—¿Raro verdad?. Hace un mes y algunos días me ayudabas con la limpieza y a organizar la despensa, pero ahora soy yo quien cambia tus sabanas todos los días.—Su sonrisa se volvió arrogante.

—No sé que responder a eso.— trato de ponerme en su zapato y entenderla, siempre trato de ponerme en los zapatos de los demás.

—Eso es lo que respondería una verdadera señora de la casa, a su empleada.— soltó con sarcasmo. sacó de su bolsillo delantero un sobre blanco y me lo entregó. Fruncí el ceño.

Peligroso Deseo +18 [libro 1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora