El fino rubor que la araña aplicaba todas las mañanas sobre su rostro, al igual que el agua de rosas que le resultaba esencial en las uñas de sus regordetas manos, ocultas bajo la costosa tela que lo vestía, expediía un olor aún más dulzón que el de las rosas plantadas en los jardines de la fortaleza roja.
-Mi señora- dijo inclinándose ante Nyria, quién a dos dias de su llegada ya se aferraba al brazo de Arthur. Transmitía una inegable autoridad, un eclipse que amenazaba con proyectar su gran sombra sobre el trono de hierro. -Permítame darle la más cordial bienvenida,después de todo, su presencia ha dotado al castillo de una belleza incomparable que no se había observado desde tiempos de Aegon, segundo de su nombre.
-Varys, que amable de su parte - se apresuró a responder Arthur al notar lo desconocido que resultaba el rostro de Varys para su prometida.
-Es toda una rosa del invierno, estimado caballero ha dado en el blanco, si se me permite observar. -Varys no pudo evitar resaltar la manera en la que las mejillas de Nyria se encontraban encendidas cual fuego recién provocado, o la manera en la que los finos rizos de Arthur Dayne se asemejaban a un terreno de batalla tras haber sido emboscado por todo un batallón, lejos de tan conocido y ordenado cabello que siempre lo había caracterizado.
-Gracias...usted es el señor de los susurros, ¿O mi maestre me ha mentido?
"Una voz cautivadora,.sensual sin tan siquiera intentarlo.." No había detalle alguno que hubiera logrado escapar su aguda vista.
Sus pajaritos sin duda sabrían el porqué de sus descuidadas apariencias, solo esperaba que no fuese lo que tenía en mente.
-No, no... al contrario, la dotó de sabiduría. Sólo he venido con una invitación del rey.- de entre sus abullonadas mangas nació un pergamino, con el sello real del dragón de tres cabezas intacto.
Ser Arthur fue rápido al cogerla, su respiración casi imperceptible asemejaba a la rapidez con la que un cometa trazaba el cielo de los hombres en la noche. Sus ágiles manos presentaban un ligero titubeo, como si aún se estuviese recuperando de algo tan agitado como la caza matutina.
-Eso sería todo, Varys.
La araña asintió.
Mientras la pareja se alejaba no pudo evitar posar sus ojos en la ligera capa de tierra que parecía haber besado las prendas de ambos.
El fino sudor que perlaba sus frentes,las miradas que se dedicaban de soslayo...Pronto los pajaritos trinarían su canción, y Varys sería todo oídos.
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𝑳𝒂 𝒅𝒂𝒎𝒂 𝒅𝒆 𝒍𝒂𝒔 𝒆𝒔𝒕𝒓𝒆𝒍𝒍𝒂𝒔 (ᴊᴜᴇɢᴏ ᴅᴇ ᴛʀᴏɴᴏꜱ)
Fanfiction"La canción de hielo y fuego ha de ser entonada sea cual sea el precio..." Corre el año 272 D.C en Poniente, entre alianzas y compromisos hay uno que destaca entre la corte de el ahora Rey Aerys II: Arthur Dayne, recién nombrado Espada del Alba se...