Volaron siete cuervos hacia los siete reinos de todo gran señor, tal y como lo hicieron hace tantos años, en una época bañada en fuego y sangre.
Siete cuervos para siete señores, incrédulos y orgullosos, honrados y ambiciosos.Siete señores desdoblaron un mismo pergamino, siete maestres leyeron en voz grave:
"Sus majestades, el rey Aerys segundo de su nombre y la reina, la amada Rhaella de la casa Targaryen, extienden por este medio la más cordial invitación para la asistencia ante la corte de la fortaleza roja con motivo de atender a los correspondientes anuncios de importancia.
Firmado bajo el sello de la Casa real"
De todas aquellos pergaminos solo uno sería entregado al fuego.
-Robert, ¿Con qué derecho osaste a realizar semejante estupidez?
Dos tormentas se avecinaron, el pasado y el futuro. Un ciervo y un demonio.
O al menos, lo sería.... todavía faltan unas cuantas lunas.
-Con el mismo derecho con el que te atreviste a rechazar entregarme la mano de Lyanna Stark. O la de Nyria.
-Dioses... de verdad eres acero.
-¡SOY UN BARATHEON, NO HAY MEJOR CANDIDATO PARA UNA STARK DE INVERNALIA QUE YO!- Su voz era la mismísima furia de los relámpagos, la ira de mil tempestades -¡ELLA ERA MÍA, POR TODOS LOS DERECHOS ESCRITOS POR HOMBRES Y DIOSES!.
Steffon Baratheon cerró los ojos, tratando de buscar semejanza con un tranquilo océano, uno piadoso, más due en vano.
Bastión de tormentas nunca había visto la quietud. Y mucho menos su señor.-Robert..ya he escuchado suficiente. -El salón principal del castillo ee transformaba poco a poco en un campo de batalla, la única oportunidad que el imponente Steffon poseía sobre su hijo mayor, quien con sus anchos hombros era capaz de impedir el paso de luz que intentara socorrerlo, eran las palabras. -¿Hasta cuándo comprenderás..? Nyria ha estado prometida con Ser Arthur desde hace meses, tú mismo no puedes negarlo, ¿o acaso estabas ocupado fornicando en algún rincón mientras hablaba?
Un centenar de cristales surcaron el aire tras estas palabras, pues Robert había condenado a su preciada copa de vino del rejo a estrellarse contra el piso, el dulce contenido de esta no tardaría en apoderarse del piso bajo ambos hombres, llegando a lamer las botas de su padre. Asemejándose de forma siniestra a sangre.
-Tienes suerte de ser mi heredero- resopló Steffon aproximándose a su hijo este último doblándole la altura -si no, estarías a merced de la bahía de los naufragios en este preciso instante.
-¡NO PUEDES FORZARME A VERLA EN BRAZOS DE OTRO CUYO NOMBRE NO SEA EL MÍO!- Vociferó rn respuesta mientras su padre se alejaba lentamente su túnica haciendo un gran contraste a comparación de la armadura que Robert siempre procuraba vestir.
Como si estuviese esperando a ser llamado a pelear.
-¿De quién hablas..? ¿Lyanna....o Nyria?
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𝑳𝒂 𝒅𝒂𝒎𝒂 𝒅𝒆 𝒍𝒂𝒔 𝒆𝒔𝒕𝒓𝒆𝒍𝒍𝒂𝒔 (ᴊᴜᴇɢᴏ ᴅᴇ ᴛʀᴏɴᴏꜱ)
Fanfiction"La canción de hielo y fuego ha de ser entonada sea cual sea el precio..." Corre el año 272 D.C en Poniente, entre alianzas y compromisos hay uno que destaca entre la corte de el ahora Rey Aerys II: Arthur Dayne, recién nombrado Espada del Alba se...