¡Toma La Responsabilidad!

Capitulo 8

-¿Seguro que te sientes bien? -Le murmuro Thomas, y casi estaba anocheciendo y la salud de Tord comenzó a deteriorarse en poco.

No exactamente deteriorarse, pero si que estaba algo mal.

-Ya fuimos al hospital pero creo que tendremos que volver.
-¡No! -Interrumpio Tord en el copiloto, agarrando su barriga conjunto su boca.- ¡El doctor dijo que era normal y...!

¿Que parte de normal era sentir horribles dolores estomacales? Tom sin quererlo aceptar se notó preocupado.

-Bueno, allá t... -Sus ojos tornaron un color blanco al notar que Tord se asomaba abriendo la puerta del copiloto, finalmente vomitando.

Que extrañas formas, recién venían las náuseas del embarazo.

-Ya, ya... Eh, ¿Quieres más agua? -El de cuencas no supo cómo actuar, mientras acariciaba la espalda del noruego quien se mantenía en una esquina cerca de un basurero, vomitando.

También estaba preocupado por el auto en estas circunstancias.

La mano de Tord lo interrumpió, mostrándole la palma de la mano, tosiendo finalmente terminando.

-Ya...
-¿No más? -La botella de agua se le fue alcanzada, Tord la tomo de golpe, llevándose ciertas miradas.
-Vamonos a casa, tengo hambre... -Ahora un dolor de cabeza se asimilaba en su cabeza, limpio su boca con la manga de su sudadera.

Pero su palabra fue interrumpida por otro rictus saliendo de su boca, realmente se sentía mal.

-Creo que vas a tener que reponerte. -Tan solo era un paseo, ya que el noruego lo exigía, el estar aburrido y panza boca arriba lo estaba afectando un poco.- ¿Tendremos que comer por algún restaurante? Tampoco se si lleguemos a casa en estas condiciones.

El cuernudo lo miro mal.

-¡Nop! No me acuses. -Thomas rápidamente se cruzó de brazos.- Fuiste tu quien me insistió: "¡Tom llévame afuera!" Yo solo quería dormir.

Lo último fue mencionado con algo de enojo, puesto que esa noche tenía la intención de volver a degustar de unos tragos de su característica Smirnoff.

-¡Me sentía ahogado! -El de orbes plateados lo confronto.- No podía dormir por qué sentía que el aire era demasiado pesado.

El de cuencas suspiro.

Que mala espina había sido el hecho de ir al hospital a las seis de la tarde, pero Tord se sentía bastante mal así que no había de otra.

Cuando habían regresado a casa Tord se hallaba intranquilo, Thomas en el instante solo aprovecho descansar un poco, todo el tema lo estresaba a veces.

Pero ahí ocurrieron las demandas del noruego.

-Bien, bien, ¿Que deberíamos comer entonces?
-Flan.
-¿A esta hora? -Los ojos de Tom se abrieron, ya eran casi las ocho y algunas tiendas cerraban temprano.- Vaya antojos tienes.
-¿Vas a seguir mirándome o...? -Nuevamente lo miro mal, ganándose la mirada estresada del británico.

Esa noche quizás llegarían a las diez, no por alguna tontería de ir a algún antro a tomar o equis cosa, si no por el tiempo mal calculado.

Ojalá Edd no lo matase por pensar alguna otra cosa.

-¡Mira! Hay una pastelería todavía abierta, ¿Querías flan verdad? -Neutro, giro su cabeza a la del copiloto, Tord siendo quien asentía, mientras tomaba de la botella de agua momentos atrás.

-Mas vale que te apures. -Murmuro mientras notaba que el hombre que se encontraba en el fondo acomodaba algunos postres en la vitrina.- Con crema.

-Que exigente, este nuevo gusto tuyo por lo dulce me está volviendo algo loco. -Se bajo del auto, asegurándose que en sus bolsillos estuviera su billetera.