Capitulo 44

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La catástrofe llegó.

Veinticinco de diciembre.

Tres de la mañana, todo paso de la nada y ambos ex rivales se quedaron asustados ante la situación.

—¡Maldita sea!, ¡Llama a Paul!
—¡¿Ahora?! —Tom rebuzco en los alrededores, no apenas hace unos minutos se dió una ducha rápida, manejaba la toalla alrededor de su pecho.

Vaya que el noruego se burló un poco de eso, pero el ni estaba lejos, de hecho ni se había duchado y para el colmo se sorprendió cuando noto la sudadera azul de su pareja en su encima, cubriéndolo hasta las piernas.

Tord protesto mientras agarraba su vientre.

Que jodido, ¿No?

Tord finalmente iba a tener el parto.

El noruego en esos momentos sintió un dolor agudo en su vientre, seguido de que un líquido corredizo y transparente bajo de sus piernas.

Maldijo en ese momento.

¡Justo después de que habían cometido su situación de relaciones!

¡¿O quizás si se habían hecho daño?!, ambos jóvenes adultos estaban sudando del pavor.

¿Cómo podrían explicar esto?

—¡¿Hola?! —Tom contesto agarrando el teléfono de su pareja mientras con la otra intentaba ponerse sus pantalones.— ¡Paul, Paul!, ¡Necesito tu ayuda, por favor trae un auto a la casa, ahora mismo!
—Maldita sea... Son las putas TRES de la mañana, ¿Ahora que mierda paso? —La voz del cejudo se escuchaba pesada, recién estaba despertando era obvio.
Tord rompió eh... bueno, uhm, ¿Su fuente?

El adulto a través de la llamada abrió los ojos, ahora poniéndose instantáneamente de pie.

Vendre AHORA MISMO.

Con eso todo estaba resuelto, aunque Tom ahora estaba pensando en lo que Tord protestaba de dolor.

¿A qué lugar lo llevaría?

Si lo llevaba al hospital, es probable que tuviera que esperar, en cambio el laboratorio estaba investigando más gente de este tipo.

Chasqueo los dedos entonces, cambiándose rápidamente a una sudadera nueva mientras acomodaba al noruego en sus brazos.

—Tom... —Solto un quejido, mordiendo su labio mientras cerraba los ojos y sentía como su pareja lo quería cargar.— No vas a poder... Thomas...
—No me digas que puedo hacer y no, voy a hacer mi máximo esfuerzo.

Y casi quiso arrepentirse en cuanto tuvo al noruego en sus brazos, ¡Vaya mierda que pesaba! Así que respiro hondo y rápido antes de posicionar sus brazos fuertemente, tenía que aguantar.

Tord apretaba la sudadera azul y limpia del británico, puesto la que llevaba el encima estaba tan sudada.

Cuando salió a la calle esperando por el tipo de las cejas gruesas se quedó maldiciendo por la decoración de las casas.

¡Puta madre era obvio que ya era navidad!

Y eso solo significaban más problemas cuando empezó a notar ciertas actividades subrealistas ocurrir.

Un carajo, era obvio que este día iban a ocurrir más cosas raras, pero no estaba de humor.

—D-Duele... —Tord jadeo sudando, aún presionando sus ojos, Tom miro a los lados, buscando de alguna forma que el cejudo pudiera aparecer en un abrir y cerrar de ojos.

Más se asusto en grande al punto de abrir su boca cuando vio un trineo bastante aterrador aterrizar se justo, JUSTAMENTE, en el techo de la casa, destruyéndolo.

¡Mierda, mierda, mierda!

—Ahora no tengo tiempo para esto. —Thomas protesto con la frente arrugada, gruñendo un poco.
—¡Feliz no navi...!
—¡Vete a joder a otro lado! —Le grito agresivo con Tord en manos, el contrario de piel verde abrió los ojos sorprendido por la agresividad.
—¡Oye!

Cómo no era de esperarse que Zanta apareciera justo en esa fecha, pero no era el momento ni el lugar para tratar de una mierda así.

Aún si era el evento más alocado de la vida de los cuatro amigos.

—¡¿Que no ves que estoy malditamente ocupado?! —Le grito aún más agresivo, a este punto el de gorro de navidad alzó sus manos algo asustado.
—¡Hey ya tranquilízate, me das miedo! —Ironia quien lo decía.— ¿Que sucede contigo?

Thomas maldijo en cuanto aún no noto a Paul venir, ¡¿Cuánto pensaba tardar?! Y no le importaba ignorar a su contrario.

—¿Tu trineo de mierda puede volar?
—¿Para que quieres eso? —El de rojo alzó una de sus cejas, confundido aún por toda la situación, no podía procesar por qué Tord se encontraba quejando y doliendo mientras Tom lo cargaba.
—¡Solo ayúdame y préstame el maldito trineo, es una jodida emergencia!

Casualmente fue así como pudieron llegar al laboratorio, no más aventuras navideñas este año.

—Te quedas aquí. —Le pronunció mientras abría la puerta del "vehículo" de una patada, llevándose mala cara de parte de Zanta.
—¡Tengo una navidad que destru...! —Paro en seco notando la expresión enojado del de cuencas, callando automáticamente.

Que espectáculo.

Cuando llegaron al fondo del edificio el cual milagrosamente llevaba casi todo el día abierto por las investigaciones arduas y cansadas pudieron caminar con tranquilidad por el lugar, finalmente encontrándose con la adulta de lentes.

Quien tomaba una taza grande de café y ahora la había tirado al suelo al ver a Tord.

—¡Es una emergencia! —Tom menciono eso sudando nuevamente, la de cola baja asintió con prisa, indicando a sus colegas que prepararán todo.

Agradeció que tenían conocimiento en medicina para aquello.

No pasó mucho para que se llevasen a Tord en una camilla, Tom tuvo que llamar a sus amigos para aquello.

Todo el mundo si que tuvo un buen susto, incluso Susan quien permanecia quieta en todo el movimiento de sus superiores.

En cambio el cuernudo seguía intentando respirar, dolía como un infierno.

Titubeó cuando escucho a los científicos hablar entre si, manteniendo una conversación de quién sabía sobre partos.

Le pusieron un respirador encima y simplemente comenzó a tener más sueño de lo usual.

Que lío.

—¡Tom! —El de cejas pobladas paso a través de los pasillos, enojado, notando como el de sudadera azul se encontraba preocupado.— ¡Joder avisa si ya no vas a esperar!, ¡¿Y quién carajos es ese con el trineo de afuera?!
—¡Estaba desesperado! —El adulto suspiro, recogiendo con su mano todo su pelo, desde el flequillo para atrás.
—¿Que paso?, ¿Por qué pelean? —Ahora la fémina azabache veía a ambos varones discutir, ella por igual estaba algo sorprendida.
—Dile hola a mi hija, que ya viene. —Fue suficiente para que la fémina tapara su boca con ojos abiertos.

Y justo en la jodida navidad, que puto dilema.

¡Toma La Responsabilidad!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora