Las cosas se volvieron tensas de la nada.
Edward tenía la cabeza contra el volante mientras daba una mirada a sus piernas, respirando constantemente.
Claro que había mentido en que su madre lo necesitaba, si no, ¿Cómo saldría de esa situación?
Nunca lo habían visto llorar y tan solo estar en esa situación sería tan... tan...
Paso el antebrazo izquierdo por sus ojos, moqueando en parte, su cabello estaba empezando a despeinarse.
—¿De verdad soy tan inmaduro...? —Murmuro bajo, casi como el sonido del viento, como si alguien fuese a responderle, puesto que se sentía solo ahora mismo.
No quería llorar de más, la situación le pesaba un poco, ahora cubriendo todo su rostro con ambas manos.
El era Edd.
El integrante más tonto y animado del grupo, lo mantenía unido a base de chistes tontos y aventuras alocadas.
¿Que le dirían si se mostraba así a los demás?
La persona que es tonta, no podría llorar.
Fue algo que le habían mencionado de niño, al tener un espíritu tan enérgico.
Ya habían pasado casi cuarenta minutos de que había huido de la casa, conduciendo a dónde demonios podría importarle.
Solo quería estar solo y desahogarse un momento.
Así que sin darse cuenta termino en el estacionamiento para dar entrada a un parque algo grande.
Solo vio lo primero que encontró.
—Creo que me daré una pequeña caminata, quizás me animé algo. —El castaño se rió de si mismo, aunque nuevamente moqueo.
¿Cómo es ese sentimiento en cuanto después de haber aguantado tantas cosas en un día te encuentras firmemente sentado y solo en un rincón?
El dolor del llanto es sumamente... extraño y a la vez algo aliviante, por qué finalmente puedes llorar sin que nadie que conozcas te vea.
Puedes tirar las pequeñas gotitas de tus ojos mientras lamentas tu situación o expresas lo mal que te has sentido momentos antes.
O se supone que era eso.
—¿Edd?
Lo último que podría querer escuchar en el día estando sentado en una banca mientras cubría su rostro cubierto de lágrimas era ese acento gallego que obviamente iba a reconocer siempre.
Vaya que hasta ni tenía ánimos de decir su nombre.
—Perdon si hice algo malo, Tom. —Era el cuernudo quien llevaba la mirada baja desde hace rato, el británico después de haber sido alcanzado solo mostraba una mirada vacía o bien triste.
—No lo hiciste, tranquilo. —Vaya que era pésimo para mentir, si su rostro ya dejaba las cosas claras.El noruego no quería que está pequeña salida terminará así, ¿Es que siempre iban a estar peleando de alguna forma u otra?
—No es cierto.
—Lo es.
—No, no lo es. —Discretamente tomo la mano de su pareja, Thomas se sobresalto repentinamente, alzando su espalda mientras abría sus ojos y daba mirada al contrario.— No eres tan callado.
—¿Cómo lo sabes? Quizás tan solo estoy ebrio. —No iba a deshacer el agarre de su mano, por qué eso solo era empeorar las cosas, ¿No?Tord le dió una mirada apenada.
—¿Tendrías el valor de tomar sabiendo que tengo el vientre tan grande? —Rio mostrando parte de sus colmillos, a lo que el de sudadera azul solo dejo caer sus párpados.
—Ah...
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¡Toma La Responsabilidad!
FanfictionEn una noche de fiesta, Tom se encuentra demasiado animado para invitar a sus amigos por un trago, sin saber que esa decisión lo llevará a terminar en una cama desnudo junto a Tord, un gran misterio. Junto a lo que son esas recientes noticias sobre...