Capitulo 23

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—¿Amigos de Tord? -Edd se sintió increíblemente celoso, unos dos hombres adultos llegaron a la casa, uno de cejas pobladas y el otro con el cabello algo largo.

¿Cómo que no eran los únicos amigos de Tord? Le pediría una explicación más después...

—S-Si, hace un buen tiempo ya no hablábamos con el. —Paul se vio bastante nervioso, era la primera vez que vería a Tord de mucho y aparte apenas conocía con quiénes vivía su viejo amigo.
—Y pensábamos salir con el. —Continuo Patryck.

El dúo estaba haciendo lo que sea por no verse sospechosos.

—Aunque digan eso, Tord no puede salir. —Pauso.— No sin eh...
—¡Edd! —Hablando del rey de Roma, la voz de Tom se escuchaba ajetreada.

Había entrado como si nada por la puerta, mientras cuidaba que el noruego no tropezara o algo parecido, con una mano en la espalda y la otra en la muñeca derecha del cuernudo.

—¡Tord! —La cosa no podía empeorar, el de cejas pobladas se levantó bastante preocupado, ver a su amigo en esas condiciones era nuevo y preocupante.— ¿Estás bien?

La cara del británico se vio en total confusión, y sabía que no era momentos para cuestiones pero...

—¿Y tú quien eres?
—No es momento... —Murmuro nuevamente el noruego, ahora siendo ayudado por Edd, terminaron llevándolo al sillón donde poco a poco pudo relajarse.

O al menos un poco, ya que al notar a sus dos amigos: Paul y Patryck su pánico nuevamente creció y el vientre hinchado que llevaba no le ayudaba en nada.

—¿Que hacen ustedes dos aquí? —El cuernudo mostró un semblante entre asustado y molesto.
—¡A-Ah!, ¿Sorpresa? —Patryck se llevó un manotazo en la nuca de parte de Paul.
—¿Ah?, ¿Entonces si los conoces? —Edward alzó las cejas, confirmando todas sus dudas de hace rato.

La verdad es que el sospechaba que eran simples extraños con... algunas intenciones malas.

—Yo también los conozco, digo, solo a uno. —Tom miraba de reojo al de cejas pobladas, llevaba un rato que el rostro de esta persona no le causaba alguna confianza.— Conozco a Patryck, pero a él...
—Paul, mi nombre es Paul.
—Ah, este es Tom. —El noruego aprovecho la oportunidad para poder presentarle al de cuencas, estaba manejando una especie de vibra tensitiva y eso no le estaba gustando nada.

Lo peor de todo fue que siempre pensó que Tom y Paul se parecían bastante, y resulta que ahora al estar uno frente al otro no se llevaban tan bien que digamos...

—¿Bueno que hacen aquí?, ¿Que querían de mi? —Tord volvió de nuevo a las preguntas.
—Es un asunto urgente y algo privado.
—¿Cómo que privado? —Tom se cruzó de brazos, alzando una de sus cejas.
—¡Chicos!, ¡Miren!, Traje un nuevo integrante a la fami... lia... —Matt apareció desafortunadamente con un conejo de pelaje blanco en manos, olfateando todo a su alrededor mientras sus orejas largas se balanceaban.— Em... ¿Interrumpo algo?

Si Tom tuviera pupilas se diría que ahora mismo había desviado la vista por el rabillo mientras seguía cruzado de brazos.

Incomodamente seguía mirando al de cejas pobladas.

—No, para nada. —Tord era el único que apenas reaccionaba a la situación, aún si se demostraba tranquilo tenía un poco de nervios a flor de punta, sobre todo, una nueva faceta se veía de el: Movía la punta de su pie derecho con rapidez en el suelo.
—Miren, no quiero ser grosero, pero de verdad necesito. Necesitamos, hablar con Tord sobre unos asuntos sumamente urgentes. —Paul explico sin bastante paciencia, quería que todo esto terminará pronto, ya que el plan estaba totalmente arruinado.

¡Toma La Responsabilidad!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora