Capitulo 2

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Una fiebre.

Estaba en su cama, tan débil, quizás esa noche de la fiesta familiar de Edd había pasado frío, aún si no recordaba nada suponía que por la euforia debió entrar en la piscina.

Y quizás cometió algunas otras locuras.

Estaba en su habitación después de haber vuelto de aquella borrachera y la más asquerosa experiencia de amanecer junto a Thomas Reidgwell.

Sin duda algo que obviamente lo dejaría muy mal para ratos más después, y tan solo había ocurrido esa mañana, que cosas.

—Ugh, por qué este dolor no se va. —Suspiro con irritación mientras agarraba su pecho, gradualmente su estómago comenzaba a doler.

Oia cómo por abajo conversaban todos, Matt, Edd y Tom, todo se hallaba algo mezclado, ni siquiera podía dormir bien.

Pensaba ser capaz de ver una serie para distraerse de su dolor, en aquella tele pequeña que había comprado en algún trabajo suyo anterior dónde lo echaron.

Ah sí, aparte de todo lo que había ahorrado en su armada, pero ese era otro tema.

—¿Quizás si me baño...? —Nego con la cabeza, no tenía bastantes ganas de hacerlo y su cabeza daba vueltas, impidiéndole dar algún paso.

—Ohh, Tedd~ —Una cosa más de dolor.

—Es... Tord... —Corrige pausadamente en lo que observaba al rubio fresa en el portón de la puerta de su habitación.

—Sí, sí,cómo sea, ¿No quieres algo de comer? Edd dice que es probable que pida comida.

—Uhh... —Cubre su cuerpo hasta su cara, tan solo demostrando esos dos cuernos característicos.— No lo se... ¿Pay de queso?

—¿P-Pay de quesooo? —Alargo Matt sorprendido, ni siquiera recuerda que el noruego haya degustado algo así antes, es más, odiaba lo dulce o mayormente postres.

Prefería lo picante a veces, pero era bastante raro.

—¿Si...? —Volvio a descubrir su cara, ahora mirando con desdén.— O quizás paella.

—Eso ya es algo normal, pero es muy raro que escojas eso, ¿Estás bien? —Viendolo de cerca, pudo notar que el rostro de Tord se veía algo pálido y sudado.

—Lo más raro es oírte hablar bien, Matt. —Murmuro, poniendo al pecoso con una expresión algo extrañada.— No se, solo, tráeme alguno de los dos, no importa cuál...

—Uh, si quieres, le hablo a Edd.
—¡No, no! Mejor no... ya se me quitó el hambre...

Mathew se cruzó de brazos, frente a aquella cama del nordico, la cual se componía de una frazada delgada encima, la cual lo cubría a este mismo.

Tomando la punta, decidió destapar para poder ver la expresión de su amigo.

—¿Seguro?, ¿O no quieres ir a un hospital?
—Que raro, nunca te he oido hablar así, Matt.

El nombrado rodó los ojos, aunque sonriendo.

—Hay muchas facetas que a veces no muestro, lo cual me hace más perfecto que mostrar alguna cosa mía.
—Uhh...

El castaño miel se sentó en su cama, no traía la sudadera roja, en su lugar estaba una camiseta gris.

—Quizas si, vaya a un hospital, pero no lo se, capaz solo necesito... relajarme, creo que aún tengo un poco de la resaca.
—Entonces ve a la farmacia, habrán pastillas para eso.

El de púrpura dió una leve mirada al techo, pensando en que podría haber dañado a su amigo.

—¿No tomaste algo que no debías, verdad?
—No, ese es Tom, no yo. —Con su mano, limpio toda su cara, buscando quitar el sudor que se hallaba en esta, entrebusco entre las frazadas su sudadera roja, saldría definitivamente.

¡Toma La Responsabilidad!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora