Capítulo 3 / Clara
Clara camina nerviosa mientras se acerca al colegio. De lejos puede ver a Cristina y Penélope esperándola en la esquina lateral del edificio donde se encuentran todas las mañanas desde que son amigas. Hablaron la noche anterior, cuando Cristina había llegado a la casa, pero no fue capaz de contar nada en ese momento, y todavía está planeando cómo les va a soltar la bomba de su vida. Clara ya no es virgen. Las tres son iguales. Y no sabe si tiene novio o no.
Para su buena suerte, Fernando no había podido ir a recogerlos hoy y su padre había hecho espacio para traerlos. Se siente nerviosa por encontrarlo, aunque se muere de ganas de verlo. No volvieron a hablar desde que salió de su casa, y no entiende bien cómo están ahora, pero por la forma en que se fue, le dio a entender que no estaba contento con ella. Todo se había salido de control.
Cuando le había dicho la próxima vez, Clara sintió mariposas en el estómago. Mariposas reales. Ese sentimiento de cosquilleo incómodo que amenaza con no dejarte respirar de tan fuerte revoloteo ahí dentro. Sintió ganas de gritar y de bailar, pero prefirió estar acostada y reposando, acariciando a Fernando que seguía a su lado.
Sin pensarlo, se dio la vuelta y se acurrucó a su lado. Su cabeza estaba sobre el brazo de él, que hacía de almohada, y había pasado el brazo sobre su pecho. Lo sintió tensar al instante, y supo que había cometido un error. Pero no se quitó. No tomó mucho tiempo antes que él lo hiciera por ella. Se removió en la cama y se sentó, obligando a Clara a separarse para darle espacio.
"¿Todo bien?," se atrevió a preguntar. Fernando se cruzó de brazos y recostó la cabeza en la pared. Solo asintió.
"Solo no me gusta," contestó al cabo de unos segundos. Clara recostó la espalda sobre el marco de la cama. Fernando soltó un suspiro y se levantó a coger las cosas.
"¿Te vas?"
Se sintió indefensa. Nuevamente no sabía cómo debía actuar.
"Clara," dijo mientras detenía los movimientos para mirarla. Lo hizo por unos segundos y luego solo negó con la cabeza antes de seguir recogiendo. "Ya es tarde. Estoy seguro de que Félix no volverá."
En ese momento, el celular de Fernando sonó. Hizo una mofa al ver la pantalla y le señaló el celular. "No vuelve más", afirmó, se subió el jean y lo abotonó. Clara lo vio vestirse sin decir una palabra, consciente de su propia desnudez. No hizo amago de moverse. No sabía qué esperar.
"Clara", repitió Fernando, y ella se dio cuenta que la había llamado una vez anterior. "La pasamos bien, ¿si? Nos debíamos", señaló con el dedo sus cuerpos, yendo de ella hacia él, "y esto fue."
Clara, al no saber qué decir, solo sonrió. Se sentía en una fase total de relajación, tranquila a pesar del nudo que se empezaba a formar en su estómago. Se levantó cuando Fernando se dio la vuelta, completamente vestido y con los zapatos puestos. Lo acompañó hasta la puerta del cuarto hasta que recordó que estaba desnuda. Lo dejó salir solo al pasillo. Fernando volteó a mirarla y le dio un suave roce de labios. Antes de que Clara pudiera decir algo, ya iba bajando las escaleras.
Cristina y Penélope la ven mientras se acerca, y Clara esboza una sonrisa, apartando las imágenes de su cabeza. Se abrazan con fuerza las tres al mismo tiempo, dándose besos en el cabello y en las mejillas y en cualquier parte que encuentran disponible. No se veían desde el comienzo del verano, hacía un mes, pues Penélope había viajado a su ciudad natal donde tenía a la mitad de su familia, y Cristina se había ido de vacaciones a un crucero con su madre y hermano. Clara, aunque fue la única que se quedó en la ciudad, había ido un par de veces a la playa con su padre y Félix. Eso era suficiente.

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De antes, para siempre
RomanceClara pensó que su meta de perder la virginidad antes del nuevo año escolar estaba desecha hasta que, la última noche antes de comenzar clases, tiene un encuentro furtivo con Fernando, el mejor amigo de su hermano, que los deja a ambos intrigados y...