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Capítulo 18

La ve agacharse y ayudar a Silvio, que está desparramado, los brazos y las piernas abiertas de una manera que sería cómica si Fernando no se sintiera furioso. No había querido empujarlo con tanta fuerza, sino alejarlo de Clara, a quien besaba con la naturalidad de quien reclama lo que es suyo. Un ardor intenso se apoderó de él, un ardor completamente distinto al del deseo, y solo pudo agarrarlo por los hombros y dejarlo caer. Busca la mirada de Clara para que le explique lo que sucede, pero está concentrada en Silvio, que se apoya en ella para levantarse. Fernando cierra y abre las manos insistentemente.

"No tenías que hacer eso, Fer. Está borracho."

"No estoy tan borracho. ¿Fer?"

Fernando vuelve a sentir ganas de empujarlo.

Lo había visto hacía solo un rato con un hombre en un cuarto. Fernando piensa detenidamente en el recuerdo, tratando de desmentir si fue producto de su imaginación, pero sabe que los había visto juntos, el chico que acababa de entrar al baño y él, sin camisetas, claramente en mitad de una encuentro sexual. No le dio importancia en el momento, pero ahora tiene ganas de decírselo a Clara, hacerla entender que lo que sea que Silvio está intentando hacer, la está engañando.

"No lo puedo creer. El enemigo se mueve rápido y está más cerca de lo que uno cree." Silvio vuelve a hablar ahora, y suelta una carcajada, mirándolo. "Hasta vinieron matching atuendos." Fernando está estupefacto. Le dedica una mirada rápida a Clara, e intenta agarrarle una mano, la que tiene en el pecho de Silvio, pero ella niega con la cabeza antes de que alcance. Fernando se acerca un paso.

"Déjame hablar con él."

Clara mira a Silvio, que le devuelve la mirada con los ojos entrecerrados, y apoya la frente en la de ella. Fernando se siente como si estuviera en un show de comedia.

"¿Me estás hablando en serio?"

Hace tan solo un momento habían estado juntos en el baño. No se le podía haber olvidado tan rápido. ¿O si?

"Por favor. Espérame aquí. O cerca. Yo te busco." Fernando se lleva las manos a la cabeza, quitándose el gorro. Clara le agarra un brazo entonces, y se acerca a un costado. "No me demoro." Le da un beso en el hombro y desaparece.

La espera de espaldas apoyado en la baranda del pasillo, mirando hacia el salón. Ve a Félix bailando con una chica, y a las amigas de Clara a un lado, riendo. Siguen en el mismo puesto que cuando estaba él abajo, bailando con Clara. Siente la mano que lo agarra pero no se deja dar la vuelta. La mira por encima del hombro.

"¿Hablamos?"

Clara tiene las cejas enarcadas y los labios separados, y lo mira fijamente. Fernando busca indicios de algo, cualquier cosa que le muestre lo que estaba haciendo. Tiene la boca roja pero no hinchada como cuando él la besa, así que no la habían besado en los últimos minutos. El último beso había sido el de Silvio, y siente una opresión en el pecho que impulsa a decirle que no, no pueden hablar, es más, se va ya porque no la quiere ver. Pero Fernando nunca ha sido bueno para engañarse, y si la esperó, fue para que le explicara.

Camina hacia el cuarto del que acaba de salir, donde encontró a Silvio hace un rato, y se da cuenta al entrar que es de él. La cara se repite en todas las fotos que adornan las paredes, álbumes y trofeos de un lado y una pecera muy grande del otro. El lugar tiene un olor entre sudor y ambientador que hace que Fernando arrugue la nariz. Si había intentado que se fuera el olor a sexo, no lo había logrado.

"Lo vi hace rato con un chico. Aquí, en esta misma cama."

Clara se está mordiendo el labio cuando voltea a mirarla. "Lo sé."

De antes, para siempreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora