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Capítulo 28

Las dos madrugadas antes de la audición, Clara se levanta una hora antes de que suene el despertador, y se queda mirando el techo, recopilando las imágenes de los sueños que no la han dejado descansar del todo. Hay águilas, pelícanos y gaviotas, y a veces los ve a lo lejos en la orilla de un río helado mientras ella se frota los brazos por la brisa que la hace temblar, y otras la llaman a acercarse y le gritan Es aquí, es aquí, y cuando Clara les grita de vuelta, ¿qué es aquí?, no recibe respuesta y se despierta.

El día de la audición, se levanta en calma a organizar el atuendo. Ha practicado todos los días desde que anunciaron la obra. Se ha dedicado a hacerlo sola, por lo general, pero ha habido días en la cafetería donde ha aprovechado a Penélope e incluso a Nicole, y en los descansos ha sacado adelante la voz que le costó encontrar de Julieta.

Mientras entra al auditorio se encuentra con Javier, que la saluda penosamente a lo lejos con una mano. Había sido honesta con él el siguiente lunes luego de su encuentro, y le había dicho que lo mejor era que continuaran solo como compañeros de clase. Luego de eso, lo había evitado casi todas las clases, optando por practicar líneas por fuera del salón, y lo había visto practicar sus líneas en el jardín, lo que le había indicado que él también la estaba evitando a ella.

Ahora se acerca de manera lenta pero firme, y le toca un brazo para llamar su atención. Javier la mira expectante.

"Suerte con el papel. Lo harás increíble."

Javier acepta la tregua y sonríe.

"Rompete una pierna."

Se encamina hacia uno de los camerinos. Solo necesita un poco de maquillaje, Julieta siendo una niña de 13 años, y ponerse su vestido blanco largo y las alas de ángel pegadas detrás para la inmaculada imagen. Se pregunta vagamente cuantas personas más habrán escogido la interpretación de Claire Danes para la audición, siendo la más icónica pero no tan reciente del cine de Romeo y Julieta.

Las alas suaves le rozan el brazo y Clara siente una repentina calma, consciente de que ha hecho todo lo que puede hacer para lograr el mejor resultado. Prácticas insufribles, incluso los días que amenazaban con distracción total, de pensamientos alternos y sentimientos unilaterales; la búsqueda del vestido perfecto, paseando por las tiendas y viendo vestidos que la hacían soñar con otros momentos en que le encantaría utilizar ciertos atuendos. Una salida improvisada a un parque, o a un concierto de algún artista de música urbana... ¿Se vería mejor algo totalmente negro o alguna prenda brillante y colorida? No había querido distraerse más de lo debido así que había escogido lo que le llamó la atención y pagó.

Pero ahora si se daba el lujo de distraerse. Lo necesita. El nombre de Fernando da saltos en su cabeza, y cierra los ojos para sentir el beso que le dio al despedirse ese día en la cafetería. Clara recuerda cuando le dio el regalo, como lo había dejado sin palabras, y los ojos de él que se pasearon por todo su rostro, acelerando su pulso. Pensó que la iba a besar, y ella aceptó que no lo habría esquivado; al contrario, lo habría recibido con gusto. El pequeño ticket que no se atrevió a darle ese día no escapa su pensamiento y la llama desde el maletín.

Clara hace una inspiración profunda y se levanta del asiento. Pronuncia algunas frases y practica nuevamente la voz de Julieta, su Julieta, una joven inocente que acaba de conocer al amor de su vida. Es con esta tranquilidad que se acerca a la cortina roja e imponente del escenario y espera a que su nombre sea llamado.

Romeo, rechaza tu nombre, y a cambio de ese nombre, que no forma parte de ti, tómame a mí toda entera. Clara suelta la frase, su favorita de toda la obra, con una naturalidad que se desliza por su lengua como si siempre la hubiese dicho. Supone que lo ha hecho, hasta en sueños, buscando al igual que Julieta, convencer a quien quiera escucharla que no hay nada en el medio que se pueda interponer entre lo que ella quiere y ama. Las manos le tiemblan cuando va detrás del escenario, y da un pequeño brinco al entrar al camerino, extática e ignorante a los ojos que la miran desde una esquina.

De antes, para siempreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora