Capítulo 6 / Fernando
Fernando ya sabía que Clara no se iba a despedir al bajarse, pero lo que no esperaba es el portazo con el que cierra la puerta. Clava la mirada en la espalda de ella, pensando que quizá se voltee a disculparse, pero no hace ni el amago, y ya pasados unos segundos que entra, Fernando enciende el auto nuevamente, soltando un sonido entre risa y jadeo. Le sube el volumen a la radio para intentar no pensar en lo que sabe que es inevitable. Las emociones están muy despiertas, las palabras intercambiadas muy recientes, y siente el pecho acongojado.
El problema es que él ya sabía que esto iba a pasar. Sabía que enredarse con Clara era la peor decisión que iba a tomar y lo que más le enfurece es saber que igual lo iba a terminar haciendo, a como dé lugar. Aunque se haya tomado el tiempo de evitar pensar en ella y de poner su relación con Félix como un factor contrario, haber probado a Clara esa primera noche ya lo había deshecho.
Sabe que a Félix no le importaría si se enterara. No es celoso, ni con su hermana ni con sus novias. Era más bien chistoso las veces que algunas habían intentado suscitar un sentimiento de angustia en él con otro chico y fallar en el intento. Y Fernando quiere creer que su amigo piensa lo suficientemente bien de él para estar con su hermana. Pero una cosa es la estima cuando la situación es decente, y otra cosa es lo que Clara y él están haciendo.
La situación no estaba terminando de comenzar cuando ya se estaba complicando. Fernando se pasa la mano por la cara al recordar cómo le había hablado antes de que se bajara del auto. El pánico creció en su pecho desde el momento en que había terminado dentro de ella. Había luchado contra las ganas de llevarla a su casa, subir al cuarto y seguir hasta que se sintiera saciado. Cuando miró en los ojos de Clara, vio la respuesta si se lo hubiese propuesto: le habría dicho que sí sin dudarlo. Lo mucho que le gustó esa idea lo enfureció.
"Gracias por traerme," dijo, sonriendo, y por alguna razón, eso lo enfureció más. Cuando volteó a mirarla, Clara se acercó para darle un beso en los labios. Un beso de despedida. Fernando explotó.
"No Clara, no chaves, que no somos novios. No nos damos besos de despedida." Ella se alejó y Fernando vio la brillantez en sus ojos. Una brillantez que no debía estar ahí porque la situación no debía llegar hasta este punto. "Dios mío, eres una niña."
Pensó que en ese momento lo iba a golpear. Le hubiese gustado que lo golpeara más que la expresión de dolor que tenía y que no trataba de ocultar. Clara es completamente transparente y eso lo aterra.
"Porque solo me quiera acercar a ti no me hace una niña."
"Claro que sí, una niña que no ha entendido las reglas del juego. Una niña que me cela, que hace berrinches, que no ha aprendido a compartir aun."
Clara agarró el maletín en un arrebato rápido y furioso. Fernando jamás la había visto así. Había querido agarrarla por los brazos y mantenerla aprisionada en el auto hasta que la hiciera entender.
"Actúas como si tú fueras el muy grande. Te veo aquí, andando con una 'niña'."
Le dedicó una última mirada fulminante y si iba a llorar, lo aguantó hasta el final.
Fernando suelta un suspiro cargado de todo lo que no puede decir y lo que no quiere sentir. Daddy Yankee sigue sonando de fondo, y aunque generalmente lo ayuda a relajarse, ahora solo recuerda que a Clara también le gusta; la había visto mirar la pantalla de la radio para ver qué canción sonaba cuando iban de camino.
Cuando llega a la casa, la encuentra silenciosa y vacía. Su madre no ha llegado del hospital, y probablemente no lo haga hasta la madrugada. Los turnos extras se extienden hasta que el último sinvergüenza hipocondríaco decida irse. Por eso, cuando llega, generalmente está muy cansada para siquiera comer un bocado. Fernando le prepara dos sándwiches y un jugo. Comida en el microondas, beso. Le manda el mensaje y camina hacia su habitación. A pesar de saber que no hay nadie en casa, se asoma en la habitación de su madre. Se deja envolver por el alivio que siente al comprobarla vacía. Eric no ha dado señales de vida, pero Fernando siente que debe estar alerta todo el tiempo, hasta que llegara el día en que supiera por completo que no volvería.

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De antes, para siempre
RomanceClara pensó que su meta de perder la virginidad antes del nuevo año escolar estaba desecha hasta que, la última noche antes de comenzar clases, tiene un encuentro furtivo con Fernando, el mejor amigo de su hermano, que los deja a ambos intrigados y...