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Capítulo 21 / Clara

La bola de pelos caramelizados que descansa en la jaula frente a su cama es el animal más perfecto que Clara ha visto alguna vez. El botón acolchado que se supone que es una cola común y corriente le da ganas de gritar y de bailar cada vez que la ve, y ella jamás se imaginó que podría querer tanto a un ser que no le brindaba más que presencia.

Coni tiene un mes de nacido exactamente, y pasó su primera navidad encerrado pero a su lado, Clara negada a despegarse un segundo de él hasta que supiera que estaba completamente vivo. Después del incidente con los roedores de Félix que no duraron ni una semana, la familia Henriquez parecía estar destinada a no mantener con vida animales en el hogar, pero ella está decidida a cambiar los cursos del destino. El único problema de Coni, realmente el único defecto que le encuentra a la nube de caramelo, es que cada vez que lo ve, piensa en Fernando. Al fin y al cabo, fue su regalo de Navidad para los tres. Llegó en una caja que Félix trajo en brazos, con una carta que decía Feliz Navidad a mi otra familia, cosa que ella jamás había escuchado de él y que hizo que Clara temblara de la emoción. Los sollozos no tardaron en llegar cuando lo vio por primera vez, una bola de pelos miniatura en la esquina de la caja, asustado y con las orejas caídas, esperando a lo que sea que tuviera determinado como vida. Su padre le había dicho que preparara el cuarto para los dos. Es tuyo, y Clara le respondió, Fue un regalo para los tres. Félix insistió en que debía tenerlo ella, y Clara no había discutido ni medio segundo. Ahora, ya tiene lista la nueva casa para cuando Coni estuviese lo suficientemente grande para estar en la terraza.

Le acaricia el lomo con los dedos mientras mastica un pedazo de lechuga, y se pregunta si fue casualidad o si Fernando recordó que es su animal favorito. En la fiesta de disfraces había llegado con el atuendo de conejo y las orejas puestas con las que soñó incluso cuando no debía. Aunque las cosas entre ellos terminaron definitivamente antes de que acabara el año, eso no era impedimento para que Clara pensara en él a diario. No fue capaz de salir con alguien más en lo que quedó de vacaciones, ni siquiera para seguir conociendo a los amigos de Cristina, y se convenció de que era un duelo que debía vivir. No había logrado siquiera dejar de hablar de él hasta por casi dos semanas, y por poco su plan se daña en una ocasión que había hablado con Félix, cuando quiso explicar lo que había sucedido aquella noche.

"No te imaginas el problema que tuvo Nando con su familia, Clarita. La mamá de Marissa es muy amiga de Sara, y por eso Marissa estuvo allá. No hay nada entre ellos."

"Los vi besándose, Félix. Un problema no tendría nada que ver con eso."

"Seguramente viste mal", fue lo único que pudo decir Félix, porque ni él supo cómo excusar un beso. "El caso es que se que no están juntos, y que Fernando puede ser muchas cosas, pero no es un mentiroso. Yo sé lo que siente por ti."

Clara se negaba a dejarse embaucar, y menos por su hermano, que no conocía todo lo que Fernando podía llegar a ser con una chica.

"Las cosas con Fernando siempre van a ser así. Y no quiero hablar más de él, ni saber de él. Así que por favor... ni lo traigas a la casa."

Fue injusta al decirle eso, y se retractó unas semanas después. La única que debe pagar por haberse ilusionado es ella, que sabía de antemano cómo iban a ser las cosas con él y aun así se dejó llevar por palabras bonitas y por sus propios sentimientos. Fernando quiere y necesita otras cosas, unas que ella no le puede dar. Así que después de unas noches de llanto, tomó la decisión definitiva de olvidarse de él. Ignoró por completo los tres mensajes que le mandó en tres ocasiones distintas: Necesito hablar contigo. No te puedes esconder de mi. ¿Así quedan las cosas entonces? Todo eso fue antes de Coni, que llegó el 23 de Diciembre, y esa misma noche le tomó una foto en su cama y se la envió. La familia Henriquez te lo agradece infinitamente. Le respondió al poco tiempo y desde entonces hablaban de vez en cuando. Sabe que sigue de viaje y que probablemente no llegue sino hasta dos semanas después del inicio de clases. Han hablado tan tranquilamente que Clara está convencida que se están volviendo amigos, y puede ver el futuro con claridad: almuerzos familiares algunas veces sin tensiones de ningún tipo, conversaciones amigables jugando a la consola con Félix... Seguramente para el final del año, sus sentimientos por él serían historia.

De antes, para siempreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora