De antes, para siempre

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Capítulo 32 / Clara

Querida Nicole:

Te doy inmensas gracias por estos últimos meses que me permitiste estar en tu lugar favorito del mundo. Se supone que iba a trabajar pero realmente estaba conociendo otro lugar en el que pasaría horas aprendiendo a amar algo que no hacía antes: el café. Ahora, una taza cada tarde es indispensable en mi rutina; con leche, por supuesto. Lamento no ir personalmente a buscar mis cosas, pero espero que entiendas que no quiero manchar el recuerdo de Verano Azul como lo que siempre debe ser: un lugar que nos brinda la oportunidad de enamorarnos.

Prometo ir a despedirme pronto.

Con amor, Clara.

Enviar. Clara cierra la computadora y la deja a un lado. Acaricia la envoltura de la caja que tiene a su lado y la abre, encontrando 4 galletas de distintos sabores, red velvet, caramelo, chips de chocolate y vainilla, y un vaso pequeño lleno de lo que se puede imaginar es Mocha Blanco. No hay corazón roto que no se pueda enmendar con una pizca de azúcar. Xx P y Cris.

Sus amigas no le han dejado de escribir desde la tarde del sábado, cuando les había enviado un mensaje explicándoles por encima lo que había sucedido. Estaban al tanto de su historia con Fernando lo suficiente para llenar por ellas mismas los detalles que dejó de lado, y solo se habían dedicado a acompañarla y hacerla sentir apoyada, aunque Clara les había pedido espacio para retomar las ganas de salir de casa. Penélope se ofreció a recoger su cheque y las demás cosas que dejó y Clara se lo agradeció de corazón. No quería tentar a la posibilidad de ir al café y encontrarse con la persona indebida.

Sabe que sus miedos no tienen fundamento, y que si Fernando estaba buscando hablar con alguien era con Félix. Si no le había enviado un solo mensaje desde esa noche, mucho menos la iría a buscar a la cafetería. Ya ella lo sabe, que no es lo suficientemente importante para él, y aun así la realización de ello no la salva del dolor.

Félix, por su lado, había salido desde muy temprano de la casa y le había informado que no pretendía volver hasta que supiera qué hacer. Necesito espacio para pensar. No le había contestado los mensajes desde entonces y Clara dejó de insistir, otorgándole ese espacio que le había pedido.

No es que su hermano estuviese enojado y planeando dejar de ser amigo de Fernando, porque si algo sabe Clara es que los dos se necesitan más de lo que están dispuestos a admitir. Pero la situación se salió lo suficiente de las manos de los involucrados para lograr que Félix no quisiera verle la cara a su amigo de toda la vida luego de haberla visto perder el control en el asiento del copiloto. Había intentado hablar y decirle a Félix que todo estaba bien, que solo estaba un poco descompuesta, pero Félix no le creyó en ningún momento.

"Fue muy tonto de mi parte pensar que podía quedarme de lado y que eso no me afectaría. Vamos por algo de comer, Clarita, y podemos hablar."

Por supuesto, Clara habló solo un poco, y sin dar muchos detalles innecesarios que solo echarían leña al fuego. Su hermano no necesitaba saber lo realmente complicada que fue su casi relación con Fernando, y sin embargo, poder abrir su corazón infinitamente partido le ayudó sobremanera. Esa noche, Félix la escuchó hasta que no quiso hablar más, y antes de que entrara a su cuarto, la abrazó, con una expresión frustrada por las decisiones que pensó que debía tomar. Clara consideró reafirmarle que no tenía que hacer nada por ella, pero no le quedaban fuerzas para luchar por algo que no fuese su tranquilidad.

Ahora eso es todo lo busca. Tranquilidad.

Fue su resolución de año nuevo, pero no llevaba ni seis meses y se había olvidado de sí misma, entre camisas holgadas y manos ardientes, y un par de ojos insistentes que la buscaban incluso en la oscuridad de sus sueños. Está dispuesta a dejarlo todo atrás, a enderezar su vida en los próximos y últimos días de colegio, y que perdurara en los meses que se avecinan sin ninguna distracción.