De antes, para siempre

17

Capítulo 17

"¿Podrías dejar de mirar para todos lados? Cuando llegue créeme que te darás cuenta."

Clara se sonroja al ser descubierta por Cristina en el intento desesperado por ver a Fernando. Mira a su alrededor y se da cuenta que ya no faltan muchas más personas para completar los invitados. Silvio le había dicho que iba a ser una fiesta "modesta", con un número de personas selecto para que fuese lo suficientemente grande para desaparecer de cualquier ojo pero que aún pueda mantener el control, en sus propias palabras. Los padres de Silvio estaban al tanto de lo que sucedía en la casa mientras pasaban el fin de semana en la playa, con Serena, pese a la pobre.

Suena música desde diferentes partes de la casa: hay parlantes en las cuatro esquinas del techo del salón, y hay un DJ contratado que tiene la mesa en la terraza, con un grupo de personas que desde ya están a su alrededor, como abejas a una flor. La casa entera está decorada con tres distintas temáticas. Hay una esquina de Halloween, fantasmas de papel que caen del techo y zombies pegados a la pared, hay otra zona con decoración de navidad, y una última con decoración de los años 70. Silvio lo había llamado "La fiesta de todas las fiestas''. En los años que lleva conociéndolo, jamás había celebrado una fiesta que no fuese la de su cumpleaños, pero se había decidido a que haría la mejor fiesta de fin de año. Hasta el momento, lo iba logrando.

A su lado, Cristina y Penélope tienen cada una un vaso de cerveza en las manos, con los disfraces de las chicas superpoderosas, modificadas pero igual de magníficas. Cristina es Burbuja y tiene el cabello recogido en dos coletas altas, Penélope es Bellota y decidió agregar lentillas de contacto color verde para darle más vida al personaje. Clara está de Bombón, con el cabello suelto y unas orejas de conejo rojas que cambió por el moño alto. En vez de utilizar vestidos, decidieron usar un body muy pegado al cuerpo y una mini falda negra, separados por un cinturón también negro, de hebilla ancha y dorada. Cristina y Clara tienen ambas unos tacones de plataforma, pero Penélope se quedó en sandalias, negándose rotundamente a "dañarse los pies innecesariamente". Clara refutó que estaba acostumbrada por las actuaciones en Drama, y está convencida de que sin tacones el atuendo no se ve igual de poderoso.

Intenta controlar su nerviosismo ante lo extraña que siente la noche. Tiene un ambiente de expectativa y de vulnerabilidad, como si todo se pudiese construir y destruir en ese mismo instante. Lleva tanto tiempo esperando la fiesta que ha armado hipótesis en su mente de cómo interactuará Fernando al llegar. ¿Se acercará a hablarle? ¿O la ignorará como si no se vieran a escondidas cuando se encuentran en la casa? Es la primera vez que estarán en público después de que Félix se enterara de los dos.

Clara escucha a Cristina hablar a su lado, en parte para distraerse pero principalmente porque hoy conocerá a su nuevo novio. Es el primer chico con el que Cristina sale desde que regresó de vacaciones, lo cual ya es mucho que decir, y tanto Penelope como ella están emocionadas de conocerlo. Se llama Mauricio y es de otro colegio, el Santa Superior, con el que comparten convocatorias y eventos deportivos un par de veces al año. Mauricio llega al poco rato acompañado del hermano y ambos terminan siendo muy divertidos, haciéndolas reír a cada rato. Mauricio se muestra lo suficientemente amable con Cristina. Clara la ve sonreír de oreja a oreja.

Tiene el celular en la cartera y aunque se impacienta con las ganas de revisar si tiene algún mensaje, se detiene en cada ocasión. Cuando vuelve a mirar hacia la puerta abierta, lo primero que ve es una máscara de conejo acompañada de un cuerpo eminente envuelto en un jean negro y una camiseta roja y ancha, con lineas negras dripeadas en escarcha. Clara lo reconoce enseguida, sintiendo la mirada penetrante incluso debajo de la máscara. Félix la saluda con la mano apenas la ve pero se detiene a hablar con algunas personas frente a la puerta. Clara no ve a Fernando interactuar con nadie, sino que se desvía hacia la derecha, caminando directamente a la cocina. Clara suelta el aire que retiene y Penélope le da con el codo a un costado.