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Capítulo 22 / Fernando

"Que curioso encontrarte por aquí," dice Fernando, retirando la mano de la piel de Clara. La introduce en el bolsillo y se pellizca los dedos, incrustando la sensación lo más hondo posible en el cuerpo.

"Se supone que debo creer que Félix no te dijo que trabajo aquí."

"Algo comentó."

Clara le sonríe.

"Pensé que este lugar no te gustaba para nada. Algo de que el café es terrible, dijiste."

Fernando se encoge de hombros, sin inmutarse.

"Está muy bien, en realidad. He venido un par de veces."

Nicole aparece detrás, saliendo del armario, y lo saluda con una sonrisa de oreja a oreja.

"Hola, Fernando. Qué bueno verte."

Fernando le sonríe y devuelve la mirada a Clara, que lo mira con la boca abierta.

Cuando le había dicho lo de la cafetería, lo hizo con la sola intención de que terminaran en su casa. No pensó siquiera en la posibilidad de irse a un lugar público cuando tenerla sola y en privado era lo único que había querido en ese momento. La sorpresa en el rostro de Clara ante el descubrimiento la dan ganas de soltar una carcajada.

"Me alegra saber que el curso sirvió para más que fiestas," dice, apuntando la tasa de café con una figura a medio hacer en la superficie. Clara se apresura a agarrarla y llevarla atrás, donde solo están los baristas. Cuánto formalismo.

"Estoy esperando que me sirva para que me pasen a manager."

Ambos miran a Nicole, que levanta la mirada hacia ella y entrecierra los ojos en juego, y los dos sueltan una carcajada natural y suave. Se miran con lentitud, con un suspiro aguantado, el mundo alrededor deteniéndose. Clara podrá intentar ser muy formal pero todo lo que los hace a ellos ellos, sigue intacto.

"Pensé que no regresarías hasta dentro de dos semanas."

"Ya estaba un poco hostigado de estar tan lejos de lo mío."

Clara carraspea y toca la pantalla de la caja. "¿Qué quieres pedir?"

"¿Qué me ofreces?"

"¿Hay algo que pidas siempre?"

"Tengo ganas de cambiar. ¿Qué me recomiendas?"

"No lo sé. Hay mucha variedad de cosas."

"Pues ahí está el placer, dicen."

"Tú lo sabrás mejor que nadie."

Nicole tose y Clara se tensiona, mirando de reojo. Empieza a enlistar las opciones que puede pedir, dependiendo de lo que le guste. Termina pidiendo lo mismo, Americano doble, y Nicole lo mira, levantando las cejas. Lo pide para llevar y mientras paga, espera y recibe, Clara se asegura de no cruzar la mirada con él nuevamente. La que le entrega el café es Penélope e intercambian saludos por unos segundos hasta que se da la vuelta y sale del lugar. Respira hondamente, inhalando la creciente humedad que marca el invierno. Solo existen dos estaciones en su país: calor extremo y lluvia incesante. No puede esperar a que el verano vuelva a llegar.

Deja Verano Azul a sus espaldas y se adentra en las calles desoladas de la ciudad. Las vacaciones de invierno son las que más saquean la ciudad, la gente yéndose a pasar la humedad insoportable y los aguaceros a cualquier otro lado. Él mismo lo había pasado en la playa pero con frío, caminando solo por la orilla tantas veces, pensando en las cosas que no tenía y que quería y en las que tenía y quería hacer desaparecer. Pasó las primeras semanas conociendo gente a las que casi nunca les preguntaba los nombres y tomando hasta el amanecer. Llegaba entonces al hotel donde se hospedaban y entraba al cuarto que tenía solo, sin enterarse su madre de cuándo había llegado. La veía a la mañana siguiente cuando desayunaban juntos, antes de que Eric se levantara. No lo habían hablado pero continuaron así hasta el final del viaje.

De antes, para siempreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora