Capítulo 13
El aire fresco que entra por las ventanas del auto le refresca las mejillas acaloradas. Y mientras va manejando, Fernando se da cuenta de que siempre lo supo. Si mira para atrás, si piensa en todos los momentos que había estado con ella, siente ese pinchazo incómodo en la boca del estómago de reconocimiento. Incluso puede decir que ella se lo había insinuado más de una vez. Él quiere llegar virgen al matrimonio. Y ella quiere experimentarlo todo antes de casarse. Aunque luego le hubiera dicho que no lo era, si realmente hubiese querido, habría indagado más.
El celular le vibra al lado y lo agarra con una mano para ver el mensaje. Viejo dónde te fuiste. No se había despedido de Félix y se arrepiente momentáneamente por haberse ido de la fiesta de su amigo. Félix estaba tan emocionado por ser por fin legal para beber en cualquier lugar, y él no estaba acompañándolo. Se sentiría peor estando ahí, abrazado y riendo con él, sin que supiera exactamente en qué problema se había metido.
No es que pensara que Félix lo condenaría si supiera. No es que Fernando hubiera hecho algo tan malo que lo pudiera condenar. Pero y si no es así, ¿por qué se siente tan mal? Porque había abusado de su confianza. Había abusado de la confianza de la casa, de las invitaciones a comer, por meses enteros, sin decirle una palabra. Lo había hecho feliz, aventurero, rebelde y extasiado por la presencia de Clara en su vida y por estar entre sus sábanas. Lo había hecho y lo haría mil veces más y eso es realmente lo que lo hace sentir mal: no arrepentirse ni un poco de haberle arrebatado la virginidad a la hermana de su amigo.
Sabe que el machismo descarado es el precursor de las ideas. Hace mucho tiempo que la virginidad dejó de ser un tabú en la sexualidad de las mujeres. Hoy en día pocos se dejaban llevar por las ideas tradicionales del matrimonio y eran menos los que llegaban vírgenes a ello. Pero Fernando jamás hubiese querido ser el primer hombre de ninguna mujer. Es un detalle que, aunque machista, o precisamente por ello, lo hace sentir incómodo.
Clara lo había engañado por sus propias ganas. Se había dejado llevar por la pasión y las irrefrenables ondas de placer que sienten cuando estaban juntos. Realmente cree que si ella le hubiese dicho esa vez, Sí, soy virgen, ¿él hubiese parado? Quizá en ese momento, ¿pero y después? La manera en que la deseaba, en que la había deseado desde hace tanto tiempo le dice que se estaría mintiendo. Lo que sucedió entre Clara y él era inevitable. Una química de ese calibre no se puede negar.
Cuando llega a la casa, encuentra a Eric y a su madre en el sofá viendo televisión. La escena de familia y matrimonio feliz le enfurece más, y entra directamente a su cuarto, ignorando el saludo que le brindan. Ni siquiera responde cuando tocan a la puerta de su cuarto.
"¿Cariño?" escucha al otro lado de la puerta. Su madre toca con delicadeza unas tres veces y espera pacientemente. Fernando se agarra la cabeza, intentando aguantar las ganas de responder pero cediendo ante el tercer toque.
"Mamá, ahora no. Estoy bien. Quiero estar solo."
Su madre le avisa que tiene comida en el microondas para cuando quiera salir. Fernando no responde más. No tiene hambre, sino que tiene el estómago revuelto en mil nudos. Agarra el celular para enviarle un mensaje a Félix. Viejo, lo siento. Te prometo que te voy a compensar. Disfruta el cumpleaños. Siente el celular vibrar al rato pero no lo agarra para revisar la respuesta de Félix. No sabe qué hará cuando lo vea, ni que le dirá para excusarse. No sabe cómo hacer para seguir mintiendo.
Frente a él, la guitarra le hace ojos y grita el nombre de Clara en todas las melodías no tocadas. Se ve inundado de ella, recordando los momentos que han pasado desde la primera vez juntos hasta la última vez que la besó, en esta misma cama. No le apetece dejar de verla, y la idea de no poder tocarla cuando quiera no le gusta, pero tampoco se puede imaginar la manera tan descarada en que tendría que mentirle a Félix. Félix, su mejor amigo de toda la vida, que lo ha apoyado en todo momento y ha estado a su lado incluso cuando Fernando se comporta como una mierda. Félix, con lo romántico que es, no se podría imaginar que él solo se ve con su hermana para algo específico; no entendería si se enterara que no pensó en nada más que en su placer cuando decidió llevarla a la cama, y que aunque Clara le gusta, no tiene intención alguna de tener una relación seria con ella en ningún momento.
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De antes, para siempre
RomanceClara pensó que su meta de perder la virginidad antes del nuevo año escolar estaba desecha hasta que, la última noche antes de comenzar clases, tiene un encuentro furtivo con Fernando, el mejor amigo de su hermano, que los deja a ambos intrigados y...