Desterrados (yoonmin, KookV ¿Namjin?)

Capitulo XLIX

MALGEUN

Hubo un momento de la noche, dónde todos los sirvientes se preguntaban, ¿Que pasará ahora?.
Mientras Itan se recuperaba en la habitación del lago, Hyukari gritaba en el calabozo y Taehyung se aferraba a un cuerpo inherte, la angustia y desesperación se apoderaban de todos en el reino.

Seokjin acompaño un rato al nuevo rey en su duelo, pero con el pasar de las horas, se dió cuenta de que no era tan importante en ese lugar.

Jimin y Hoseok tampoco sabían que hacer, su hermanito no hablaba, no se movía, parecía muerto en vida.

La gente de Malgeun comenzó a hablar, claramente todos habían visto el último beso que le dió Jungkook a Taehyung, eso era lo más comentado y lo más preocupante ya que el último nombrado era su nuevo rey.

Entrada la madrugada, varios lobos comenzaron a llegar al lugar, entre ellos la anciana Kim, quien al ver todo el desastre de acercó al rubio de cabello corto.

-¿Que harás con el?- le pregunto con suavidad.

Taehyung no se movió.

-no puedo dejarlo ir a una fosa común... El también era un príncipe- respondió ahogadamente.

-un cuerpo no puede tenerse de adorno, debes darle sepultura- le dijo ella.

-usted no lo entiende- se levantó con brusquedad -perdi al amor de mi vida, la única persona que me hacía ser yo mismo, perdí a mi mundo entero- dijo Taehyung, casi entre gritos.

De inmediato, Jimin y Hoseok corrieron a ver a su hermanito.
Era la primera vez que se comportaba así con alguien.

-calmate- le decía Hoseok, sosteniendolo de los brazos.

Pero la anciana Kim solo nego.

-su alma ya está perdida, el duelo puede cambiar a las personas, es una lastima, eres tan joven- hablo para darse la vuelta.

Los dos jóvenes se quedaron callados, Hoseok sintió un nudo en el estómago y Jimin sintió aún más culpa.
El ex príncipe se inco a los pies de su menor y llorando lo miro desde el suelo.

-lo lamento, no debí meterte en esto... De verdad lo siento, Tae. No quería que kook muriera, no quería que te volvieras así, no quería separarlos... Solo quería que Malgeun estuviera bien... Por favor... Vuelve a ser tu mismo, sonríe para mí, hermano- pidió Jimin.

Pero el rostro de Taehyung no mostraba emoción alguna.

-es tarde, Jim. ¡Guardias!- ordenó.

De inmediato, varios guardias inmovilizaron a las tres personas destinadas al destierro y los dirigieron a la entrada del salón.
Jimin miraba con temor y preocupación, la imponente figura de su hermano.
¿Cuando se había vuelto tan gigante?, ¿Cuando se había encogido el?.
Tal vez era su culpa, tal vez nunca debió escaparse o enamorarse de Yoongi, porque debió ser el quien estuviera en ese lugar.

Debió ser el quien se sacrificara por sus hermanos.

-drenen el agua de mi estanque, lo sepultaremos ahí antes del medio día- ordenó Taehyung a sus sirvientes.

-pero majestad... Es su habitación- hablo una mucama.

-ya no más... Habrá cambios en el palacio- contestó el, volviendo a su posición inicial.

Ante las inminentes órdenes, todos comenzaron a movilizarse.
Los reales tuvieron que moverse obligadamente al salón del trono junto a Itan, mientras este último recobraba a penas la consciencia.

Todos estaban sentados en las escaleras dónde tres de ellos estaban encadenados, el movimiento no termino hasta que el sol comenzó a salir, anunciando también la inminente despedida.
Haneul no podía evitar tener miedo y preguntarse, ¿Que más cambiaria ahora?.
Era cierto que habían hablado de ciertos temas una noche antes, pero también era cierto que la persona aferrada a un cuerpo inherte podía hacer cualquier cosa sin piedad, porque su humanidad sería enterrada con ese cadáver.