EPÍLOGO

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República de Corea

(Muchos años después)

Yonsuni lo había logrado, se dió cuenta cuando el mundo comenzó a cambiar junto con el.

Después de separarse de todos, recorrió un largo camino hasta el reino Kim del norte.
Sus guardias y su prima le siguieron, al igual que muchas otras personas que encontraba a su paso.

Dando sepultura a todos los caídos de ese reino, tuvo que derrumbar todo lo que ya estaba hecho pedazos para dar inicio a una nueva época en la vida de todos.
Las cabezas de las pobres víctimas fueron quitadas, las calles fueron reconstruidas y entonces había llegado el momento de nombrar a su nuevo pueblo y a un representante.

Ambas cosas fueron difíciles, principalmente porque los pobladores querían a otro rey.

Negándose rotundamente a ser un rey o un líder, Yonsuni nombró a Wang Injun como el representante del lugar, mientras que el mismo sería su mano derecha y nada más.
Muy a su pesar, los aldeanos aceptaron el trato y comenzaron a experimentar una vida normal fuera del régimen de un rey.

Con el paso del tiempo, Injun y Yonsuni establecieron reglas, establecieron un sistema democrático y justo para lobos y humanos, y finalmente nombraron a su pueblo, Seúl.

Con 30 años cumplidos, Choi Jiwon tuvo que emprender un viaje para buscar a los nietos de la anciana Kim, ya que su maldición se hacía más y más fuerte. El lobo se marchó dejando a sus amigos, quienes seguían guiando la (ahora) ciudad.

Haerin también dejo el lugar en cuanto pudo, había escuchado sobre un pueblo cerca de donde ella era. Así fue como abandono Seúl y viajo hasta el sureste, dónde se volvió la mano derecha del representante de Daegu.

Yonsuni no había Sido el único que se había negado a una monarquía, lo supo cuando a sus 60 años fue buscado por otros líderes y así formar un consejo donde nombraron a un nuevo representante, está vez para toda Corea.
Así fue como a sus 80 años, Yonsuni dejo el plano terrenal viendo que había cumplido el último deseo de su padre y que su nuevo pueblo era nombrado ahora, la capital de la república.

Los años seguían pasando, las guerras mundiales se dieron, las pandemias, las guerrillas, y como compensación, se crearon los juegos olímpicos, dónde la familia Kim destacaba en arquería.

Seúl comenzó a crecer en territorio, se introdujeron cosas como la luz eléctrica, los automóviles, las bicicletas, el arte, la religión, agua potable e incluso cambiaron las tradiciones, las construcciones y las calles de la ciudad.
El comercio extranjero seguía floreciendo, el gabinete de diputados se creo tomando en cuenta a los descendientes de los antiguos reyes, las leyes y normas se establecieron a nivel estatal y entonces solo faltaba una problemática... Igualdad.

Seúl contaba con la mayor cantidad de lobos e híbridos a nivel estado, luego le seguían Daegu y Busan, los tres siendo unidas por bosques donde antes estaba la antigua capital, Malgeun.
El problema radicaba en que nuevamente los humanos se sentían amenazados y había comenzado una cacería, pero incluso entre humanos había problemas.

El presidente de la República había mandado a llamar a todos sus representantes y delegados para atender el asunto de los lobos, sin embargo la mayoría (todos) eran hombres... Solo había una chica entre ellos.

Kim Taeyong, 28 años, egresada de la muy reciente y prestigiosa universidad de Seúl en leyes, campeona olímpica en arquería desde los 10 años, descendiente del último rey de Corea y mano derecha del presidente... Estaba siendo ignorada por completo mientras los demás daban sus puntos de vista sobre la situación.

Park Jimin y Park Hoseok, dueños del muelle de importaciones y exportaciones de Busan, ambos con 30 y 28 años respectivamente, de familias diferentes pero con los mismos descendientes, Park Haneul y su hermana, las últimas princesas del lugar.

Desterrados (yoonmin, KookV ¿Namjin?)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora