Desterrados (yoonmin, KookV ¿Namjin?)

CAPITULO XXIII

Reino norte

El estrés de Jimin solo iba en aumento con el paso de las horas en ese lugar.
Lo habían despertado temprano para darse un baño, mientras lo arropaban tuvo que soportar a Yoongi dándole de comer en la boca, Hoseok se había excedido un poco con las joyas en su cabeza haciendo que le pesará y su mayor problema fue cuando le dieron a escoger a su guardia de confianza para ir a su lado a caballo, esta vez tendría que escoger a dos de sus tres guardias.

En otros reinos el príncipe montaba a caballo junto a sus guardias, el no hacía eso. En su lugar iba en un palanquin adornado hermosamente mientras los ayudantes del palacio lo cargaban y a su lado debían ir dos de sus mejores guardias.

Definitivamente estaba Jackson, pero elegir entre Hoseok y Yoongi era difícil, sobre todo sabiendo que alguno de ellos cargaría el palanquin con la servidumbre.

-¡Estamos listos para partir!- grito su abuelo subiendo a su palanquin.

-¿Que hacemos?- pregunto Hoseok con nervios.

Jimin mordió su labio, sentía una presión enorme en el.

-yo lo llevaré, tu sube al caballo- le dijo Yoongi a Hoseok.

-esta bien- contestó el Min rubio subiendo al animal. Ya no tenia tiempo de refutar a su mayor.

-si lo haces tus manos dolerán- dijo Jimin mirando al pelinegro.

-yo solo soy un simple marginado- sonrió -suba a su palanquin alteza, estamos por salir- le dijo Yoongi empujandolo un poco.

Jimin no contesto y solo subió a ese pequeño cubo para transportarlo, las ventanas laterales estaban cerradas y solo la parte frontal estaba abierta, fue así como pudo ver al pálido alzar con fuerza el palanquin. No lo admitiría pero se preocupo.

Las puertas fueron abiertas, afuera de ellas estaban las personas dejando el camino libre de acuerdo a la ruta que habían proporcionado.

La formación del desfile era elegante, primero pasaban los bailarines, detrás de ellos iba una escolta en caballo, después más espectáculo visual, la formación de los estudiantes, ministros y sabios, una formación armada a pie, el gran palanquin de sus abuelos junto a sus guardias y damas, sus padres de igual manera, el con sus dos guardias, detrás iba otra formación armada y finalizaban con la danza más tradicional que tenían.

El reino norte era grande, el recorrido se volvió tedioso para el en algún punto, no podía saludar, hablar o moverse, así eran las reglas.

Sin embargo su preocupación crecía, llevaban poco menos de la mitad del recorrido cuando su vista fue a dar a las manos de Yoongi. Estás estaban rojas hasta ser casi moradas, para colmo, el sol estaba muy intenso.

Jimin de verdad quería detener el desfile, quería aunque fuera darle un poco de descanso pero hubo un momento en que la cara Yoongi giro a verlo. Al ver su preocupación, Min sonrió para el, asegurándole qué estaba bien, pero Jimin no lo sintió así.

El rostro de Yoongi estaba rojo, sudado  y se notaba el cansancio.

Jimin, que antes disfrutaba del desfile hasta el atardecer, solo quería que en ese momento terminara.

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El sol había comenzado a meterse para cuando todos en el palacio llegaron. Las personas y los caballos estaban cansados pero aún así sus abuelos eran crueles.
Jimin vio durante todo el desfile como aquellas personas que colapsaban eran azotados por los guardias hasta que volvían a su lugar, era como si fueran esclavos.