★ 32 ★

300 27 1
                                    

Escuché la puerta de mi habitación ser tocada como por milésima ves en el día. No cambie de posición solo me tape más con la cobija, la cual me cubría de pies a cabeza.

- Hani -escuché la voz de Misuk del otro lado- ¿No tienes hambre? No has comido nada desde la cena, desde ayer.

No respondí.

- Hani. Saldré con WooJin a comparar unas cosas para la cena... Hani me preocupas -fue lo último que escuche antes de escucharla alejarse de la habitación.

= ¿¡Y eso que!? ¿¡Qué tiene que ver con qué haya querido secuestrarme!? -le reclamé luego de varios segundos de silencio de mi parte después de haber escuchado tal cosa de su parte.

= ¿¡Qué estaba haciendo en mi casa!? -le pregunté intento calmarme sin dejarlo hablar.

= Tenía que hablar con tu madre.

= ¿¡Y para qué!? -le reclamé, sentía la ira correr por mis venas de solo tenerlo frente a mí.

Tenía al hombre que siempre me recordaban que era idéntica a él, el que habia sido un infeliz al abandonar a mi madre al enterarse que venía en camino.

= Para saber de ti -respondió y sentí que en cualquier momento me le lanzaría encima.

= ¿¡De mi!? -me era imposible bajar el tono de mi voz- ¿¡Y por qué demonios te interesaría saber de mi después de casi 18 años!? -me levanté con ganas de ahorcarlo con mis propias manos- ¡Fuiste un maldito cobarde que dejó sola a mi madre a los 17 años! ¡Si tuviste los huevos para embarazarla también tenías que haberlos tenido para hacerte cargó! -le recriminé.

= Sabe que -tomé aire para intentar calmarme y no llorar, no eso no lo haría, no lo dejaría verme débil- manténgase alejado, lejos de mi madre, lejos de mi familia y lejos de mi. Solo lo quiero lejos.

Mordí mi labio fuertemente para evitar llorar aunque eso terminó siendo en vano porque termine sollozando intentando no hacer ruido.

Luego de eso salí de esa oficina para ir de nuevo a esa maldita celda, a pesar de las preguntas de Misuk no respondí a ningúna, luego de unos 15 minutos nos dejaron salir a todos sin ningún cargó.

Desde anoche que llegamos ni siquiera había salido a desayunar ni nada, no había hablado con Misuk desde anoche, tampoco con Min-ho.
Incluso cuándo mamá me llamo para saber cómo estaba, ya que llamaban todos los días tuve que responderle por mensaje de texto. Sentía que con solo escuchar su voz iba a terminar rompiéndome.

Enserio que no podía con el descaro de ese hombre, después de haber huido tantos años ¿Para que había vuelto? Le hice saber que no quería escuchar sus motivos, no quiero saber nada de él y sinceramente espero no volver a verlo en mi vida.

Volví a escuchar la puerta ser tocada pero no respondí. ¿Acaso no se cansaban de tocar? Suspire acomodandome mejor en la cama sin la más mínima intención de levantarme.

- Hani -escuché la voz de Min-ho del otro lado- Hani Misuk me dijo que no has salido desde anoche y no has comido -chismosa- bonita ¿Podrías abrirme? -preguntó.

...

- Bonita, no me iré de aquí hasta que abras.

Y vaya que tenía razón habían pasado unos 10 minutos y cada 2 tocaba la puerta.

Me levanté de la cama sorbiendo mi nariz arrastrando la cobija conmigo, de seguro estaba despeinada lo unico que había hecho hoy fue darme una ducha y volver a acostarme.
Abrí la puerta para ver a Min-ho sentado en el suelo con su celular el cual dejo para verme.

- Hani -dijo poniéndose de pie.

- Min-ho -dije intentando aguantar las ganas de llorar pero tan solo basto que el me abrazara para empezar a llorar fuertemente, creo que nunca había llorado tan fuerte, ni siquiera cuándo era pequeña.

Llegamos a la cama donde me senté encima de el siendo abrazada por este mismo mientras lloraba sin importarme nada, llore, chille, solloze, hablé incoherencias al intentar formular una palabra.

- Cálmate por favor, no llores más sabes que no me gusta verte llorar -susurró.

Pero no me calme. Cada vez que intentaba calmarme mi llanto solo se hacía más fuerte hasta el punto que me estaba haciendo falta el oxígeno.
Podía sentir el aire no llegar a mis pulmones, me dolía la cabeza he incluso sentía mis ojos húmedos, no dejaba de llorar y eso me ponía aún más peor.

No.

Podia sentir como se acercaba un ataque de pánico, hace años que no tenía uno, al menos no así de fuerte.

- Min-ho -me aferre a su camisa con fuerza, mi garganta se estaba cerrando, sentía que mi corazón en algún momento dejaría de latir.

- Hani cálmate -pidió tomando mis hombros para alejarme un poco para poder verme- estás teniendo un ataque de pánico. Si sigues así te desmayaras.

- Min-ho, no quiero morir -le dije tomando varias respiraciones pero estás no servían solo las sentía atoradas en mi garganta.

- Hani, Hani mírame -tomó mi rostro para verlo, aunque ya la vista me estaba empezando a fallar- respira conmigo ¿Si? Cálmate.

Hice lo que me pidió siguiendo sus pasos, después de varios segundos hasta poder calmarme, estuvimos minutos en silencio hasta qué mi respiración volvió a funcionar con normalidad de nuevo.

- Hani, dime una cosa ¿Ese hombre te hizo algo? -cuestionó.

Suspiré acomodandome en su pecho poniendo mi cabeza en éste, escuchando su corazón.

- Hani.

- Es mi padre -dije sin levantar mi cabeza.

El silencio se mantuvo entre nosostros un par de segundos hasta que decidí romperlo yo misma.

- El vino a buscar a mi madre para saber de mi. ¿Puedes creer eso? -me aleje de él aún sentada encima de el con una burla intentando disfrazar mi enojó- luego de 18 años decide aparecer de la nada, viene a arruinar la vida que construimos lejos de el, el fue quien decidió alejarse haciéndole daño a mi madre y no pienso permitir que se lo haga de nuevo, lo odio, lo odio tanto.

Min-ho no decía nada, solo me veía en silencio.

- Puedo entenderte Hani, y también puedo entender que no quieres hablar sobre eso -tomó mis manos entre las suyas- estare para ti cuándo quieras hacerlo, mientras tanto ¿Por qué no bajamos a comer algo? Te prepárate algo para que comas ¿Si? -asintí luego de unos segundos, no tenía apetito pero no quería desmayarme por no comer nada después.

Admitió qué por primera vez los gritos e insultos de Misuk me resultaron algo divertidos, gritaba caminando haciendo muecas y movimientos raros imaginando como golpearía a ese hombre cuando lo volviera a ver luego de contarle la verdad.

Aunque esperábamos no volver a verlo nunca más.

Habíamos acordado una cosa.

No decirle a nuestros padres.

★ ★ ★ ★ ★ ★ ★ ★ ★ ★ ★ ★ ★ ★ ★ ★

"El chico de al frente" •Lee Know•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora