SEPTIEMBRE
ÁNGELA
Recorro con la mirada el café de Erick en busca de Julia y Lucas los cuales no tardo en ver porque están sentados en la mesa de siempre. Hace como una hora que me han avisado para venir a desayunar y cuando les he dicho que venía me han pedido que le dijera a Liam de venir, que él no les respondía los mensajes. He entrado a su cuarto y me ha tirado un cojín a la cara porque se negaba a madrugar el penúltimo domingo antes de empezar el instituto, así que no he tardado en vestirme e irme andando hasta el centro del pueblo.
Me siento en la silla que hay en frente de ambos, Erick no tarda en llegar y traerme lo de siempre, un cruasán de chocolate con un zumo de piña, suelo venir mucho a desayunar así que ya sabe lo que pido.
Sé que al principio no quería mudarme a un pueblo escondido entre las montañas de Cantabria, pero tengo que decir que es la mejor decisión que ha tomado mi madre en toda su vida. Te juro que estoy viviendo más que estando en mi ciudad natal, quizá porque era eso, una ciudad. Supongo que en los pueblos es diferente, y más en un pueblo como White Moon. Es como que no hay mucho que hacer, pero es más divertido.
—¿Preparada para el primer día de clases? —Pregunta Julia.
Asiento.
—Supongo que sí, aunque estoy un poco nerviosa.
—No te preocupes por eso —Añade Lucas—, la mayoría de los estudiantes son buena gente y los profesores tres cuartos de lo mismo.
—Además, nos tienes a nosotros y aunque Liam sea un cascarrabias también lo tienes. Puede ser un capullo, pero siempre que lo necesites va a estar ahí. Es mi primo, sé de lo que hablo.
—¿Y si no nos toca en la misma clase? Soy malísima para hacer nuevas amistades, ¡y para hablar delante de la gente! —Ya empiezo a frustrarme y llegan los nervios por hacer algo nuevo. Me tapo la cara con las manos y resoplo. Empiezo a entrar en calor y noto como mis manos cosquillean. Me obligo a relajarme un poco y a respirar profundamente antes de quitarme las manos de la cara y volver a mirar a la pareja que tengo en frente.
—Cálmate, Ángela, eso no va a ser ningún problema —Dice Julia masticando un trozo de su tostada—, solo hay dos clases de segundo de bachillerato y aquí todos hemos cogido sociales.
—¿Y las optativas? ¿Y si no me toca con ninguno de vosotros?
—¿Cuáles has cogido? —me pregunta esta vez Lucas que me mira con cara de pena.
—La de música y audiovisuales.
—Entonces eso no es un problema, yo estoy en música, y en audiovisuales están varios de nuestros amigos, te los presentaremos. —Noto como mis ojos se iluminan. Eso relaja un poco mi ansiedad, pero me quedo pensando en qué optativa habrá cogido Julia. Lucas me sonríe, quizá me haya leído la mente o algo—. Yo es que soy un cantante nato. —Bromea, aunque sé que canta demasiado bien. Julia me ha contado varias veces que su novio le canta sus canciones favoritas con esa «pedazo de voz» que tiene, cito textualmente las palabras que ella me dijo—. Y Julia está en anatomía, que sé que te lo estabas preguntando.
—Igual no te preocupes por eso, aún queda una semana para empezar. —Explica Julia.
—Y podemos ir un día de esta semana al instituto para que te den las listas y todo, si así te sientes más segura. —Añade el pelirrojo.
Asiento y quedamos en ir el martes.
Terminamos de desayunar y nos vamos cada uno a nuestra casa, hoy no tengo nada que hacer así que voy a la cocina y preparo algo ya que ni mi madre ni Bruce están en casa y no tengo a nadie que me moleste.
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La magia de nuestros latidos ||YA EN AMAZON||
RomanceLa vida de Ángela da un vuelco cuando se ve obligada a mudarse con el nuevo marido de su madre y su hijo, quien parece odiarla. Ella, que odia los cambios no está de acuerdo, pero todo cambia cuando pisa White Moon, un pueblo perdido entre las monta...