Se miran, se presienten y se desean; se acarician, se besan, se desnudan, se respiran, se acuestan y se olfatean; se penetran, se chupan, se demudan, se inflaman, se enloquecen, se derriten, se sueldan, se calcinan, se desgarran, se muerden, se ases...
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Su cuerpo desnudo entró en contacto con el agua templada que, abrazó su cuerpo, regalándole una agradable sensación de calma. Entró a la bañera de cerámica blanca reafirmándose de las manos femeninas que, lo ayudaron a sentarse en dicho lugar, estando completamente desnudo, con ojos cansados y una mirada tímida.
Apoyó su espalda de la bañera y, las manos de la mujer se colocaron sobre su pecho, empujándolo un poco más abajo para que estuviera mucho más cómodo y, el nivel del agua sobrepasara su pecho.
—No tenía idea, ¿Por qué no me lo habías dicho? —Preguntó con algo de tragedia en su tono la mujer, sujetando sus mejillas mientras fruncía el ceño.
—¿Hay algo mal conmigo por ser virgen? —Cuestionó con temor en su mirada, apretando sus manos con nerviosismo.
Seungmin se mantuvo callado dentro de la bañera, cerró sus ojos y, simplemente disfrutó del aroma que empezó a desprender una vela aromática en una esquina del amplio baño. Suspiró lento, sintiendo una mano mojando su cabello de forma delicada.
—¿Quieres que te regrese a casa luego del baño o, prefieres quedarte?
Él volvió a abrir sus ojos, ahí estaba ella, sus ojos indiferentes y, su expresión serena, acarreando agua en su mano y, empapando su melena castaña. Se sentía extraño, la vergüenza de exponer su cuerpo ante ella se había esfumado en este momento y, ahora, se sentía tranquilo.
Y, aunque siquiera sabía si había un vínculo profundo o no, ella le estaba cuidando e atendiendo con mucho afán. Se encargó de desvestirlo, entregar a la lavandería su ropa y, ahora, estaba acompañándole a pesar de la pequeña tensión que había entre ambos.
—¿Nunca debí haber dicho que ésta era mi primera vez? —Rebatió, cambiando abruptamente el tema, con una mirada cansada y algo triste.
Seungmin se sentía avergonzado, frustrado. Se arrepentía de haber mencionado que ésta era su primera experiencia sexual, pero, él nunca creyó que eso cambiaría de tal forma el semblante de ella.
Nunca había tenido relaciones sexuales con nadie, aunque algunas personas se insinuaron, el mayor contacto de ese tipo que llegó a tener, fue en la privacidad de su habitación, él solo. Y, aunque le preguntasen por qué se había entregado a esta mujer, todavía no tenía una respuesta certera.
Es que, todavía no sabía si sólo había sido la emoción del momento o, algo más.
—No te desprecio por eso —contestó la mujer, mirando en dirección a la cerámica del suelo—, simplemente intento entender por qué razón habrías de dejar que te toque yo por primera vez.
—Aunque yo tampoco lo entienda del todo, sé que no estuvo mal y, no me arrepentiré —aseguró Seungmin, mirando sus piernas bajo el agua—. Estoy realmente avergonzado.
