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Seungmin miraba ansiosamente de un lado a otro, como si pudiera sentir miradas sobre él, cualquier persona que pareciera vestir de forma fuera de lo común le ocasionaba inseguridad, no sabía si todos esos ojos estaban sobre él por lo que estaba haciendo —que nadie más que él, por ahora, lo debería de saber— o, por cómo lucía.

Debía admitir que se había estado mirando por bastante tiempo en el reflejo de aquella cafetería, en el cristal, admirando lo brillante que lucía su cabello, su fleco rubio y el cabello perfectamente cortado, se sentía muy distinto, muy fresco. Había muchas miradas sobre él, cosa que lo intimidaba e hacía que mantuviera la vista algo agachada.

Ansiosamente mantenía un constante movimiento en sus pies, sacudiéndolos al mismo tiempo bajo la mesa, mientras que, apretaba sus manos sudadas entre sus muslos. Esto podía salir tan bien como mal, aunque había sido una decisión precipitada y, por si fuera poco, le había mentido descarada y directamente a ____ por primera vez, de alguna forma, no se arrepentía, al menos, no del todo. Sentía que, tenía razones para estar aquí.

Se suponía que debía estar en el sastre, donde debía pasar alrededor de dos horas como mínimo, tenía el tiempo suficiente para solucionar esto y, luego estar ahí. Con tal de llegar antes de que _____ fuera a recogerlo, él estaría bien. Pero, seguía algo temeroso ante la posibilidad de que la persona a la que contactó, le hubiera avisado esto a la rusa pelinegra.

Había visto que _____ estaba en una celebración con Jeonsan, lo supo porque vio los estados de Instagram de Erkan, lo que le garantizaba que ella estaba muy ocupada y distraída como para enterarse tan prontamente que él estaba esperando no más ni menos que a Park Roseanne, a quien le escribió para encontrarse mediante Instagram y en cuestión de segundos aceptó, enviándole la dirección de la cafetería donde estaba metido.

Y se preguntarán, ¿Qué clase de táctica había empleado Kim Seungmin para deshacerse del chófer? Muy sencillo, su cadena de complicidad era lo suficientemente extensa como para haberle dicho a _____ que Felix pasaría por él en el automóvil de Changbin para llevarlo al sastre y acompañarlo. Claro que Felix aceptó, algo intrigado por todo lo que tramaba su mejor amigo, pero, siempre dispuesto a apoyarlo.

La una en punto llegó y, con ello, apareció, justo a tiempo, a la hora acordada, aquella alta, delgadísima y elegante pelinaranja que, entró a la cafetería, causando impacto con su rostro, expresión y su figura, luciendo un vestido verde satinado, tacones de aguja y una cartera negra en la mano, saludando a los encargados de la barra que, parecían conocerla. Seungmin tragó grueso, ella sonreía ampliamente, muy confiada, llevando gafas para el sol negras.

—Dios, el clima es tan agradable ahora mismo —dijo la pelirroja, sonriendo, al mismo tiempo que se quitaba las gafas y se aproximaba a la mesa.

Seungmin se levantó prontamente a saludarla, reverenciándose con su suéter gris, las uñas con esmalte transparente y el rostro radiante, su cabello perfectamente peinado y los labios rojizos.

—Es un gusto —expresó con vergüenza y nerviosismo al mismo tiempo que se reverenciaba hacia ella, del otro lado de la mesa.

—¡Tú te ves radiante hoy! —exclamó la mujer con mucha tranquilidad, jalando la silla hacia atrás para poder tomar asiento— tu cabello luce increíble y, ni hablar de tu cara. Creo que el otro día cuando nos conocimos lucías muy cansado, esos idiotas y su café. Son tan escandalosos los hombres, ¿No crees?

—Ah, sí —respondió un poco perdido, ella habló tan rápido que no supo que responder primero.

Seungmin se sentó nuevamente luego de que ella lo hiciera, la mujer no tardó en reírse de la timidez y lentitud del muchacho.

Тоска; Kim SeungminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora