Тоска; Kim Seungmin

37.

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La madre de Seungmin, la señora Ji, había pasado una mañana agradable, su nuera se había marchado al trabajo y su hijo estaba visitando a su mejor amigo. Ella se sentía muy cómoda en la casa, le alegraba tener la oportunidad de ayudar a los empleados a limpiar, lavar la ropa y cocinar, sentía que era una forma de agradecerle a la novia de su hijo por recibirla en su hermosa casa.

Para ella, Seungmin había encontrado a la mujer perfecta, y no exactamente porque tuviera mucho dinero o lo complaciera con regalos costosos como autos, joyas y ropa de marca. Es que su nuera era excepcional, aunque estuviera pasando por un momento difícil debido a su extraña condición médica, ella consideraba que, era una mujer dulce, atenta y muy inteligente. Amaba la gran disposición que tenía siempre por hacer feliz a su hijo, _____ era todo lo que deseó siempre para su Seungmin.

Lamentablemente, para la señora Ji y Seungmin, su vida no había sido realmente fácil. Ella crió sin sustento de su padre a Seungmin y, lo vio crecer acomplejado, apartado de los demás y extremadamente deprimido en temporadas escolares. Su hijo siempre fue un niño algo ingenuo, con un corazón bondadoso y muchos valores, sin embargo, era tan frágil como una flor.

Criar a Seungmin no fue sencillo, era frustrante tener el inmenso deseo de querer darle todo lo que tu hijo quería y no tener los recursos suficientes para complacerlo.

La abuela de Seungmin siempre fue muy severa con él, siempre lo disciplinaba para que fuera alguien fuerte y valiente, sin embargo, después de que su abuela muriera, Seungmin simplemente se volvió distante, distraído y desanimado, nada parecía interesarle, simplemente existía. Para cuando Seungmin se fue de casa, fue muy difícil, temía por él, no sabía cómo su hijo podría desenvolverse solo en una ciudad desconocida y sin su compañía.

A pesar de su miedo, en cuanto Seungmin se mudó con su amigo Felix, se percató de que el cambio de ambiente le sentó bastante bien. Consiguió un trabajo en una florería, hacía turnos en una cafetería e iba a la universidad, parecía siempre estar ocupado y haciéndose independiente. Ver a su hijo crecer le ocasionó mucho orgullo y tranquilidad.

Entonces, mientras ella preparaba con mucho cariño y afán la receta de sopa que le había enseñado su madre, escuchó la puerta de la sala abrirse desde la cocina y, tras esto, un par de gritos en el idioma que hablaba la dueña de la casa con sus guardias, ruso. Los gritos fueron extraños, así que, se apartó de la cocina, secándose las manos con una toalla y se apresuró a ir a la sala a averiguar qué estaba ocurriendo.

No entendía qué decían los guardias y algunas de las criadas, sin embargo, en cuanto vio a su hermosa nuera con las manos llenas de sangre intentando subir las escaleras, se quedó pasmada.

—¡_____! —exclamó su nombre, viendo cómo los guardias no le permitían subir intentando revisarla y asegurarse de que estaba bien— oh, Dios mío. ¿Estás herida?

La señora Ji se interpuso entre los guardias y también le impidió a la más alta seguir su camino, tomando sus manos manchadas con sangre seca. Sus ojos estaban perturbados, lucía muy preocupada y desesperada por subir al segundo piso.

—Detente por un momento, cariño; vayamos a revisarte.

Como pudo, esta condujo con pasos lentos a la pelinegra de regreso hacia la cocina sosteniendo su mano, guiándola por el pasillo puesto que incluso su caminar parecía torpe. Se sentía extremadamente preocupada, no había ninguna herida aparente, así que, se preguntaba de dónde venía toda esa sangre en sus manos y las manchas en su ropa.

En cuanto pasaron la cocina, la rusa que tenía una expresión de terror y estaba tan pálida como un papel, soltó una arcada, la señora Ji apresuradamente la llevó hasta el fregadero y esta se sostuvo del borde antes de empezar a vomitar. La madre la miró con mucha preocupación, palmeando su espalda repetidamente mientras el cuerpo de esta se estremecía al sacar toda la comida en su estómago.