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Para Seungmin la preciosidad del mar lo cautivaba, iluminando sus pupilas, sus pequeños ojos rasgados admiraban la belleza de la luna y el agua oscura en medio de la noche, agarrado al barandal del barco mientras su cabello se sacudía bajo la fugaz caricia propinada por el viento, reluciendo no más que encanto en su expresión.

Su corazón bailaba de alegría, probablemente porque estaba en un barco, siendo acariciado por la fría brisa marina y presenciando la belleza del inquieto mar nocturno mientras viajaban hacia Jeju.

En dicha situación sus preocupaciones pasaron a un plano menos relevante en sus inquietudes casi constantes. Después de todo, estaba en un lugar hermoso, con una mujer hermosa y probablemente había sido una noche maravillosa, la más brillante de todas.

La familia rusa parecía muy cómoda y tranquila en su amplia nave de apariencia costosa, él no había hablado mucho en el trayecto, no por incomodidad, sino, mas bien, por la hermosura del mar durante la noche y el agradable olor que desprendía su inmensidad. Ansiaba que, pronto, pudiera encerrarse en la intimidad de algún lugar con su alta y pelinegra dómina, quien se hallaba ausente por alguna razón desconocida.

Y es que Seungmin se sentía verdaderamente ansioso y nervioso, ¿Cómo no? Su propuesta —por fin— había sido aceptada y de una forma pública e oficial, era la pareja de _____ Ivanov. No era ese título lo que realmente le emocionaba tanto, era el saber qué podría llamarse suyo de ahora en adelante. «Soy de _____ Ivanov» eso sonaba tan bien en su mente.

Mientras los hermanos estaban esparcidos por la proa, admirando de frente el ambiente frío y fresco de la noche, él se hallaba ensimismado en la popa, observando las lejanas luces de la ciudad, con el cuello de la camisa abierto y las mangas recogidas hasta los codos, respiró el aire puro, en cuanto vació su pecho, unas delicadas y grandes manos se apoderaron de su cintura por detrás, el calor corporal ajeno envolvió su cuerpo por la espalda y una tenue respiración acarició su sensible cuello, sacándole una sonrisa luego de que su corazón se disparara de un susto.

La luna presenció las manos de Seungmin sujetando las manos femeninas que, abrazaban sus costados, apegándose más al regazo de ella y girando el rostro lo más que pudiera para encontrarse con aquella hermosa mujer.

—Te estuve buscando —susurró cariñosamente contra su piel la rusa, propinando un ósculo beso en su cuello.

El castañito rió tímidamente ante el cosquilleo en su cuello, palpando suavemente las manos tibias de ella con las suyas que, estaban bastante frías. Un rubor tan caliente como el calor en su espalda adornando su rostro en cuanto se sintió querido y mimado.

—¿La madre de Noona está enojada? —preguntó él, cerrando sus ojos.

—Pasa más tiempo enojada que alegre, créeme.

_____ se mantuvo enganchada al chico, respirando en su cuello y embriagándose con su aroma mientras disfrutaba del calor que su cuerpo le proporcionaba, temblando ante la satisfacción de tenerlo tan cerca, buscando imposiblemente mayor cercanía. Seungmin rió suavemente y se dio la vuelta bajo sus brazos, encontrándose con ese pecho tibio donde acurrucó su rostro, escondiéndose en ella.

Тоска; Kim SeungminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora