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Los pequeños ojos de Seungmin admiraban con gran fascinación las nubes, en su expresión había asombro, su corazón latía fuertemente al poder apreciar el cielo y todas esas nubes a su alrededor y, en cuanto volteó el rostro hacia el otro lado, el paisaje fue todavía más hermoso, ojos color oliva y una mirada de complicidad. Él sonrió muy feliz, agradeciéndole con los ojos y, luego, tomó fuertemente su mano.

Seungmin rió de alegría, mirando por la ventanilla del cómodo y lujoso avión donde se hallaba, la emoción era tan grande que se le erizaba la piel, pegado al asiento con algo de temor por la altura y el ruido. Sin embargo, adoraba el lugar donde estaba y todo lo que podía ver. Así, inició su viaje soñado al lado de su amada. Podía escuchar claramente a sus amigos riendo y disfrutando de la comida mientras escuchaban música.

Él todavía no podía creer que estaba en un avión, menos en uno tan elegante, se sentía muy emocionado, acompañado por la rusa que, sostenía su mano para calmar sus nervios y, apreciaba con mucha satisfacción la expresión tan alegre y de ilusión que había en el rostro del menor.

Para Seungmin, el avión era enorme, no sabía si realmente lo era o no, pero, le parecía increíble. Se hallaba sentado en un sofá blanco junto a la ventanilla, con una mesa frente a ellos llena de comida y bebidas. Todo parecía perfecto, a pesar de todo, así que, se esforzaría porque nada pudiera arruinar su viaje.

Sus amigos estaban tan felices como él, les hacía muchísima ilusión viajar a Europa acompañados por alguien tan importante como lo era ______ y, se sentían muy agradecidos por haber sido invitados sin tener que pagar absolutamente nada. Estos disfrutaban al máximo las comodidades que ofrecían las azafatas y los sirvientes, además de los lujos a su alrededor.

—Es fantástico —murmuró con un suspiro de asombro Seungmin.

Había batallado tanto por elegir qué ropa empacar y qué utilizar, pero, ahora se había olvidado por completo de todo lo que le había estado preocupando.

—Vamos, come un poco —insistió la mujer, riéndose de la cara que ponía el menor.

La rusa tomó un tenedor y lo aproximó a la boca del que, como un niño, se hallaba distraído mirando por la ventana del avión, encantado con la vista de las nubes. Seungmin abrió su boca suavemente, recibiendo casi de forma inconsciente el trozo de panqueque con moras y miel.

La semana había sido larga y ajetreada, apenas y tuvieron tiempo para hablar por varios días, sólo podían pasar las noches juntos y descansar cada vez que se lo permitía su trabajo; Seungmin, por fin, había presentado sus últimos exámenes y sólo restaba después del viaje su proyecto para cerrar el semestre. Sin embargo, gracias a los contactos de ______ el trabajo en la florería había sido bastante arduo, incluso la señora Choi tuvo que contratar a un nuevo pasante.

Pero, ahora que estaba dirigiéndose a Italia, la conocida ciudad del amor, no le preocupaba siquiera si había dejado algo importante en la casa. Por fin podrían relajarse y, él podría dar por iniciado su plan de hacer memorable todo el viaje.

—Jeonsan llegará antes que nosotros al hotel, todavía quedan varias horas —avisó la rusa, deslizando su dedo por la pantalla del reloj.

—No sabía que Jeonsan vendría.

Seungmin apartó la vista de la ventana y, tomó el brillante tenedor para terminar de comer lo que le había servido el chef que los acompañaba en el avión, mirando con ojos atentos a la mujer que, se hallaba sentada a su lado, vistiendo un traje negro y una camisa color vino, revisando su teléfono mientras hablaban.

La pelinegra asintió a las palabras del menor, manteniendo su atención puesta en su celular, haciendo que el castaño formara un puchero, inconforme por su respuesta. Se estaba olvidando por completo de que estas eran vacaciones para él y sus amigos, pero, no para ella.

Тоска; Kim SeungminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora