33: Side Story II

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33.

Side Story II: Yury e Ivanov.

Básicamente Yury siempre se mostró indiferente ante los asuntos familiares que de alguna forma le concernían desde que se convirtió en el hijo político de la familia Ivanov. Su perspectiva ante cualquier situación siempre fue irrelevante, no importaba cuánto estuviera sufriendo un miembro de esa familia, ellos no eran su sangre, siquiera compartían nacionalidad.

Debido al creciente resentimiento en su interior, se convirtió pronta y desgraciadamente en el hijo favorito, ¿Cómo no? Adoptaron a un niño asiático para remediar el grave error cometido de haber concebido a una hija hembra en lugar de un varón como primogénito y este era el que cumplía con todas sus exigencias.

Una máquina que no refutaba, no intervenía ni mucho menos vagaba. Yury se obligó a sí mismo a cumplir con cualquier orden, creyendo que si lo hacía con una expresión vacía y desinterés, entonces, ganaría el odio de sus padres adoptivos, pero, esto sólo le consiguió un lugar brillante en la familia y constante humillación para su hermana mayor.

En un principio parecía el hijo perfecto, el orgullo de la familia, convirtiendo a su hermana mayor en un cero a la izquierda. Pero, incluso cuando Yury era capaz de resolver y acatar cualquier orden, la primogénita siempre fue más brillante, impulsiva y emocional, pero, siguió ascendiendo a ser la más fuerte.

Siempre en silencio, una expresión gélida cuando su hermana era golpeada y completa frialdad cuando ella volvía a la habitación compartida con sangre bajando por la nariz.

Con el paso del tiempo, donde sólo fueron en asiático adoptado y la hija renegada, Yury se dio cuenta de que sólo existía una manera de conseguir que sus padres pagaran las consecuencias y, no le debía tomar un mes, menos semanas o un año. Le tomaría años, pero, siempre se agachó a levantar a su hermana, curó sus heridas en silencio, la acompañó sin real interés, pero...

Siempre estuvo ahí.

Todo con el fin de hacerse ambos mucho más fuertes, porque incluso cuando Yury fue independiente, estaba en un país extranjero, un idioma complejo y desconocido; un padre de dos metros y una madre indiferente ante los severos castigos del hombre con el que estaba casado. Su única forma de escapar era esa niña que tanto odiaba, su supuesta hermana.

Los primeros hermanos nacieron, un par de gemelos indiferenciables, iguales, idénticos. La idea de mantenerse callado rebotó de su mente cuando descubrió la vulnerabilidad de esos dos, lo frágiles, inocentes y pequeños que eran doblegaron a Yury y terminó —de mala gana— cediendo a sus minúsculos actos de amor y comprensión para con ellos.

Lo que nunca hizo por ____ terminó haciéndolo por no darles la misma infancia a esos niños. Mas siempre fueron un par de niños, cuidando y criando a otros niños; intentando que no perdieran el brillo en su interior y dándoles una minúscula pizca de esperanza a pesar del ambiente hostil donde crecían.

Y Yury culpaba de ello a su hermana mayor, aborrecía su emocionalismo, porque al final, de no haberles dado esperanza, si tan sólo nunca les hubieran mostrado cómo se sentía el verdadero afecto paternal, ellos, tal vez, no habrían sufrido tanto.

—Estoy llegando a casa, te llamo más tarde; necesito un café, mi cabeza va a reventar, bebí demasiado.

El ahora alto, delgado y de rostro fino empresario deshizo con desgano e algo de rabia el nudo de su corbata, dirigiéndose a la entrada de la casa, con un caminar tambaleante y su liso cabello negro despeinado, su aliento evidenciaba su estado de alcoholemia y, sus ojos sólo resaltaban su profundo deseo por dormir un poco.

Yury, además de hallarse en estado de alcoholemia, lucía iracundo y, realmente lo estaba. Tras haber colgado la llamada, divisó a su mucama asomándose por la puerta para recibirlo, definitivamente aprovecharía su estado de ebriedad para besarla una vez más, como ya en variadas ocasiones lo había hecho.

Тоска; Kim SeungminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora