12 de septiembre del 2004
Adam estaba en el piso, jugando con unos juguetes que el psicólogo infantil
de apellido Anderson le había dado. Se sentó en el suelo a un lado de Adam,
tomó uno de los carros de juguete y comenzó a moverlo por la pista, al igual
que Adam lo hacía. Llevaban un largo rato conversando en la sala de juegos.
— Adam ¿Cuándo empezó todo esto que me has contado?
El pequeño niño dejó de prestarle atención al juguete para mirar al psicólogo
con seriedad.
— Desde que fui a la feria con mis papás y Steve— respondió.
Anderson estiró su brazo para tomar la libreta que había dejado sobre el sillón
e hizo un par de anotaciones, luego miró a Adam.
—¿Eso fue en tus vacaciones? — preguntó aun cuando él sabía la fecha
exacta en la que había sucedido gracias a los padres del niño.
—Si, yo no iba a la escuela.
— ¿Y podrías repetirme lo que viste ahí?
Adam asintió.
— A un niño, las dos señoras y a un hombre que tocaba el piano, todos
estaban en el teatro y las cosas con alas que volaban como las palomas del
parque al que voy con mis abuelos, pero son más grandes y con colmillos,
son grises y todo el tiempo están gritando.
— ¿Como los de los dibujos que hiciste? — Anderson puso su mano sobre la
carpeta que estaba en la mesa de juegos y donde estaban guardados los
dibujos.
El niño asintió. Volvió a mirar los juguetes y continuó jugando con ellos.
ADAM
16 de marzo del 2018
El señor Anderson tenía el cabello más canoso y ya no se sentaba en el piso,
a lado de los niños, sino que estaba en un cómodo sillón y frente a él tenía a
un joven.
—¿Cómo has estado? — le preguntó.
— Bien, muy bien.
—¿Cuántos años tienes? La última vez que te vi eras un niño de este tamaño—
dijo mientras levantaba la mano a la altura de su hombro.
— Tengo 22 años.
Las manos de Adam no dejaban de temblar, él trataba de disimularlo.
Anderson prestó un particular interés al hecho de que se las apretaba con
fuerza.
— Si que has crecido, me haces sentir como un viejo. Y dime ¿Qué has hecho?
— preguntó sin dejar de mirar sus manos.
Adam notó que las miraba así que las metió en los bolsillos de su chamarra.
— Bueno, yo...me fui de intercambio a Francia por seis meses, y dentro de
poco presentaré un examen, me graduaré y hay una chica que
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Caminos de medianoche
HorrorUn culto siniestro se estableció en las tierras de Kenny's Lake y Candy's Dock. Trescientos años después volvieron para recuperarlas. Durante un evento histórico, comenzó la peor noche de todos los habitantes de estos pueblos, desatando el mal del...